La yenka de Revilla con el coronavirus o cuando la realidad estropea un buen titular
La COVID-19 no sabe de política ni de economía, ni lee periódicos ni escucha la radio ni ve la televisión, sino que hace lo que mejor sabe hacer: expandirse. Frente al empecinamiento del SARS-COV-2 por dar malas noticias, en frente se encuentra el optimismo del consejero Sanidad, Miguel Rodríguez (PSOE), que ha aprovechado el menor respiro para mostrarse confiado en una recuperación, y el pragmatismo de un presidente, Miguel Ángel Revilla (PRC), especialmente aplicado a la disciplina económica contra viento y marea. Las autoridades sanitarias y políticas de Cantabria han bailado de este modo una yenka desde junio, cuando se declaró por finiquitado el primer estado de alarma, hasta la segunda ola del otoño en que los avatares de la pandemia no han encajado con los deseos de buenas noticias de los políticos y, así, frente a los anuncios de fin de la crisis sanitaria, nuevos contagios y nuevas rectificaciones.
Hay que reconocer al presidente que ha mantenido desde junio una línea inamovible sobre la base de 'la economía primero', reiterando, por si cabía alguna duda, los casos de Estados Unidos y Reino Unido, países del mundo que no se han caracterizado precisamente por disciplinar la economía y que lo han pagado con una alta incidencia de contagios. En donde el presidente no ha estado fino es en su capacidad predictora: declaró como superada la pandemia en junio y ya se afronta la segunda ola con cifras de contagios superiores; dijo que nunca se daría un paso atrás en la desescalada y en la actualidad Cantabria ha vuelto a la fase 2; afirmó que no volvería a haber confinamiento y, tras la declaración del último estado de alarma, Cantabria asumió un toque de queda nocturno y suenan tambores de clausura; dijo que la vacuna estaría para finales de este año, y citó como fuente a Pedro Sánchez, pero ni está ni se la espera hasta 2021.
La postura de Revilla se centra sobre todo en la defensa del sector servicios, vinculado al turismo, la hostelería y la restauración, lo que en sí ya revela el auténtico cambio de modelo productivo que se ha producido en la autonomía en las últimas décadas. Salvar la temporada alta del verano requería una afluencia masiva de turistas, como así se ha producido, en un planteamiento en el que Revilla no estaba solo, sino que era compartido por alcaldes y alcaldesas, como la de Santander, Gema Igual (PP), quien no ocultaba que el objetivo era salvar la temporada turística.
La pandemia también ha sacado a la luz la existencia de dos gobiernos en apariencia unidos, pero en la práctica con compartimentos estancos, no solo en el ámbito político, en donde PSOE y PRC defienden sus áreas de gestión y raras son las interferencias en campo ajeno, sino también desde el punto de vista de la salud pública, en donde los regionalistas han hecho una opción preferente por la economía, mientras los socialistas, de quienes depende el área sanitaria, optan por el mutismo dada su debilidad dentro del Ejecutivo aunque sean más partidarios de atacar de raíz la pandemia, en sintonía con la doctrina del Gobierno central. De hecho, ni el vicepresidente, Pablo Zuloaga (PSOE), ni su consejero, Miguel Rodríguez, valoran las habituales declaraciones presidenciales, limitándose a salir del paso con un críptico “son como son”.
Para que quedara claro el papel de cada cual, Revilla, ya en el estado de alarma inicial, desautorizó a su consejero por sus críticas a los gestores de los geriátricos, le rebajó de la condición de “político” a “técnico” y le conminó a pedir disculpas. Desde entonces, Rodríguez no hace comentarios a las declaraciones presidenciales como si estas no afectaran a la evolución de la pandemia. Después de este 'capón' inicial de Revilla a su consejero, este ha ido informando de la situación procurando no colisionar con la doctrina presidencial, hasta el punto de que, cuando en octubre estalló la bomba informativa en que Revilla animaba a los madrileños, en puertas de un confinamiento, a pasar el puente del Pilar en Cantabria, ni el consejero ni la directora general de Salud Pública, Paloma Navas, cuestionaron públicamente la declaración.
Ya el presidente cántabro el 4 de junio decía claramente que no se volvería a la situación de marzo por la sencilla razón de que el coronavirus se había extinguido. Durante una entrevista por videoconferencia para el programa 'Espejo Público', presentado por Susanna Griso, Revilla dictó el epitafio de la COVID-19: “La pandemia la tenemos vencida, más allá de los augurios que se puedan hacer de si va a haber rebrotes o no va a haber rebrotes, el bicho está chamuscado”.
La pandemia la tenemos vencida, más allá de los augurios que se puedan hacer de si va a haber rebrotes o no va a haber rebrotes, el bicho está chamuscado
12 de mayo de 2020. Revilla desautoriza a su consejero
El presidente de Cantabria desautorizaba a su consejero por sus críticas a la gestión de las residencias. El sector en donde más se cebó el coronavirus pidió el cese del consejero y Revilla lo mantuvo, lo que no impidió decir que las declaraciones “no son afortunadas” y exigían pedir disculpas. Revilla no tenía “ninguna queja” de las residencias ni de su personal y opinó que, en general, y salvo que pueda haber “alguna excepción”, allí se hizo “una extraordinaria labor”. Para mayor abundamiento, Revilla dijo que el consejero era un “técnico” no un “político” que como otros (incluido él mismo) llevan años “en la batalla”.
19 de junio. Reapertura exprés de la frontera con Vizcaya
El líder regionalista e Íñigo Urkullu (PNV) se encontraron en la frontera entre Vizcaya y Cantabria para escenificar la pronta apertura de la misma, sobre todo para favorecer el turismo entre territorios, especialmente en el caso de los vascos con segundas residencias en municipios cántabros costeros como Castro Urdiales, Laredo, Noja y Arnuero.
30 de julio. Revilla: “Ya no hay vuelta atrás”
Revilla reitera que la economía no se puede parar, pese al aumento de casos de coronavirus y lo hace con un expresivo “ya no hay vuelta atrás”, pasara lo que pasase. “Ya no hay vuelta atrás, no va a haber ningún confinamiento como el que hemos padecido durante tres meses. Primero, porque la sociedad no lo aguanta y, segundo, porque la economía no lo aguanta. No podemos parar la dinamización económica porque entonces el virus económico va a ser peor que el de la pandemia”, dijo.
31 de julio. Revilla da por enterrada la pandemia
Revilla dio en julio por enterrada la pandemia y reiteró que “no hay marcha atrás en la desescalada”.
1 de agosto. Rodríguez: Las declaraciones de Revilla “son las que son”
Sobre las declaraciones del presidente acerca de que no habrá en Cantabria una marcha atrás en la desescalada, Rodríguez dijo que no lo consideraba una contradicción con el aumento de contagios que se estaba produciendo. Añadió que las declaraciones del presidente “son las que son”, pero que él como máxima autoridad sanitaria creía que “hay que lanzar un mensaje de alerta y pedir máxima precaución a la ciudadanía”.
4 de agosto. La culpa es del botellón
Tras apenas unas semanas de respiro, el coronavirus volvía a tomar posiciones, algo de lo que se responsabilizó a los jóvenes y sus hábitos de consumo social. Revilla pidió a la Delegación del Gobierno que metiera en cintura la práctica del botellón, sin que se declararan más responsabilidades por el aumento de contagios.
19 de agosto. Protesta contra el consejero
En la diana política no solo estaban los jóvenes sino los jóvenes médicos, que respondieron constituyendo una asociación a unas declaraciones del consejero que señalaba supuestos comportamientos irresponsables. Tres jóvenes médicos del Hospital Sierrallana salieron a la palestra pública para defender su trabajo: pese a su “incansable esfuerzo se han visto agraviados por las declaraciones del consejero de Sanidad” cuando “llegó a declarar que son jóvenes que se contagian en terrazas” en lugar de “considerarles profesionales que han superado multitud de horas en vela para atender a los ciudadanos cántabros, a pesar de la nefasta gestión y la escasa disponibilidad de material adecuado”.
25 de agosto. No habrá estado de alarma
“Aquí no vamos a declarar ningún estado de alarma”. Así de tajante mostraba el presidente de Cantabria en agosto sobre la posibilidad de pedir un estado de alarma individualizado por comunidades anunciado por Pedro Sánchez. Revilla descartaba entonces el ofrecimiento del líder del Ejecutivo nacional defendiendo que el incremento de los contagios “era previsible por la cantidad de controles que se están haciendo y por la movilidad” entre territorios. El mantra hacía acto de aparición para ya no desaparecer: “La economía no se puede parar porque el virus económico puede ser mucho más letal que este”. Es lo que denomina el presidente “pandemia económica”.
28 de agosto. Pandemia económica y el egoísmo belga
El presidente de Cantabria anuncia que reclamará en la Conferencia de Presidentes (septiembre) dinero al Estado para hacer frente a la “pandemia económica” derivada de la crisis sanitaria generada por el COVID-19, que, a su juicio, va a ser “terrible”, y abordar la recuperación. El presidente regional tuvo tiempo para criticar que Bélgica recomendara no viajar a Cantabria e impusiera cuarentena obligatoria a los viajeros procedentes de la región cuando, a su juicio, no es un país que “pueda presumir demasiado” de su situación ante la COVID-19. Además de admitir que esto le parecía “muy mal”, aseguró que algunos países buscan “retener a la gente” dentro de sus fronteras “para que no gasten dinero fuera”, algo que veía como una muestra de “egoísmo”.
14 de septiembre. Revilla admite que la pandemia se complica pero no ve justificados los cierres
El presidente de Cantabria admitía que la situación derivada de la COVID-19 era “complicada”, pero hizo una llamada a no caer en el “pesimismo” pese las noticias “tremendas”, y agregaba que el problema, desde el punto de vista sanitario, está “relativamente controlado”. “No veo ahora una alarma como para que tengamos que cerrar nada especial”, afirmó en septiembre.
22 de septiembre. Paloma Navas: “Lo peor está por venir”
Pese al optimismo de los cargos públicos, la directora general de Salud Pública, Paloma Navas, arrojaba un jarro de agua fría y cruda realidad: lo peor no había pasado, sino que estaba por llegar. “Nos viene un trecho duro y preocupante”. Y entre las preocupaciones mayores estaba hace un mes apenas la repercusión en la salud mental de los ciudadanos. “La gran preocupación es la salud mental. Desde la de un sanitario que está agotado hasta una persona mayor que no puede salir de casa”, comentaba en sede parlamentaria.
30 de septiembre. Nuevo optimismo tras el inicio del curso escolar
El Gobierno de Cantabria respiró aliviado tras la apertura del curso en que los pronósticos agoreros no se cumplieron. El Ejecutivo resaltaba la buena evolución de la pandemia en dos ámbitos especialmente delicados: las residencias y los colegios.
9 de octubre. Estalla la bomba: Invitación a los madrileños
El presidente de Cantabria se declaraba “encantado” de que los madrileños se desplazaran a la comunidad autónoma el puente del Pilar, pese los datos de evolución de la COVID-19 en la capital de España, porque “no podemos estigmatizar a nadie”. Preguntado si temía una “avalancha” en Cantabria de visitantes procedentes de Madrid con motivo de estos días libres y que este hecho pueda influir en la situación de la pandemia en la comunidad autónoma, que ha mejorado ostensiblemente en las últimas cuatro semanas, el presidente dijo no temerlo “en absoluto”.
11 de octubre. Revilla se retracta
El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, se justificaba el domingo del puente diciendo que sus declaraciones se produjeron, pese los datos de evolución de la COVID-19, antes de la entrada en vigor del estado de alarma. “Lo dije a las 10.00 horas del viernes. No se me hubiera ocurrido decir eso después de decretar el Gobierno el estado de alarma”, explicaba Revilla en una entrevista en Antena 3, recogida por Europa Press, en la que insistía que estaba “en contra” de la “fobia” y de “estigmatizar” territorios con altos números de contagiados con coronavirus, en referencia a la situación de Madrid.
16 de octubre. “Los políticos no pintamos nada”
“Cantabria va mejor que otros sitios porque los políticos no pintamos nada en esta materia”, aseguraba el líder del Ejecutivo cántabro en declaraciones a la agencia EFE después de inaugurar la instalación del nuevo alumbrado en la localidad de Arredondo.
17 de octubre. Sanidad recomienda el autoconfinamiento
La Consejería de Sanidad de Cantabria, ante el gran repunte de casos experimentado a mediados de mes en la comunidad autónoma, instaba a la población a realizar autoconfinamientos domiciliarios, limitar al máximo la actividad social y reducir la movilidad, salvo casos estrictamente necesarios. También recomendaba, en la medida de lo posible, cancelar o posponer cualquier evento familiar o social.
18 de octubre. El consejero prevé un endurecimiento de las medidas
El consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez (PSOE), preveía que la evolución de la pandemia en Cantabria “se complique” en los próximos meses y cree que habrá que tomar medidas “más restrictivas”.
19 de octubre. Revilla, medidas parciales
El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, apostó por tomar medidas “parciales” para controlar la pandemia de la COVID-19 si continuaba en aumento en la región y descartó la vuelta a un confinamiento absoluto porque, a su juicio, “no es posible” ni para los ciudadanos ni para la economía.
21 de octubre. Revilla, contra el toque de queda
Miguel Ángel Revilla no se mostraba el día 21 de octubre muy partidario de la propuesta de toque de queda promovida por el Gobierno de la Comunidad de Madrid y que el Ejecutivo central estaba dispuesto a estudiar. “Yo pensé que eso era en las guerras”, aseguró el presidente de Cantabria. Para Revilla, la implantación de otro estado de alarma en España, necesario para poder ejecutar esa restricción horaria, era “una marcha atrás”. “Un confinamiento en España no se va a llevar a cabo”, opinó el líder regionalista, quien consideró que habría territorios que podrán cerrar temporalmente, como ya se está haciendo, “pero no todo el país”. El estado de alarma finalmente se ha declarado para toda España y en Cantabria rige el toque de queda.
25 de octubre. Para Zuloaga, lo primero es la salud
El secretario general del PSOE de Cantabria y vicepresidente autonómico, Pablo Zuloaga, aseguró, tras la declaración del estado de alarma en España, que “lo primero es la salud y el bienestar” de los cántabros, y apuntó al respecto que desde el Gobierno autonómica seguirían “actuando con este único fin”.
26 de octubre. Consecuencias positivas
El presidente de Cantabria esperaba que la situación remontase pronto con la aparición de las primeras vacunas, que llegarán, según las previsiones que maneja, “en la última semana de diciembre o los primeros 15 días de enero”, sin detallar en qué fuentes se apoya para precisar tanto. Mientras, animaba a “no parar la actividad económica” y a respetar las medidas de seguridad para que Cantabria siga estando, comparativamente, en mejores cifras que el resto del país. También opinó que la crisis dejará “consecuencias positivas” en Cantabria, entre ellas, la revalorización de la vida en los pueblos, que ofrecen hoy en día, según dijo, “los mismos servicios que las ciudades”.
27 de octubre. El consejero está preocupado
El consejero de Sanidad de Cantabria, Miguel Rodríguez, manifestaba que la incidencia actual de la COVID-19 en la comunidad es “preocupante” y, aunque espera que las nuevas medidas restrictivas aplicadas (toque de queda y restricción del número de personas en reuniones sociales) tengan efecto en “los próximos días”, advertía de que “no se puede descartar nada” si la pandemia sigue empeorando.
El mismo día, el presidente de Cantabria manifestaba que los cierres perimetrales decretados para frenar la expansión del coronavirus en comunidades autónomas cercanas, como País Vasco y Asturias, eran una “malísima noticia” por la incidencia de sus visitantes en la economía cántabra. Sin embargo, reconoció que estos cierres eran “previsibles” ante la situación actual de la COVID-19 y que “hay que respetar las decisiones que cada territorio tome”, ya que “nadie conoce mejor la realidad de un territorio” que quienes viven en él. En cuanto a Cantabria, indicó que “de momento” no se ha planteado confinar el territorio, ya que la presión hospitalaria aún “no es agobiante”.
29 de octubre. Cierre perimetral y suspensión de las vacaciones escolares
El Gobierno de Cantabria decretó al día siguiente el cierre perimetral de la comunidad autónoma hasta el 9 de noviembre ante la situación de la pandemia y la tensión hospitalaria que comenzaba a hacer mella, con un incremento significativo de pacientes hospitalizados por coronavirus. También decidió la suspensión del periodo no lectivo con un cambio exprés del calendario escolar para no tomar otras medidas más duras, como el establecimiento de cordones sanitarios en los municipios más afectados o incluso el confinamiento por municipios para evitar la movilidad durante esa semana sin clases.
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