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Organizaciones agrarias y cooperativas de la región rechazan la propuesta de ecoesquemas del Ministerio porque “perpetúa” la desigualdad

Campo de cereales

AgroalimentariaCLM

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Las organizaciones profesionales agrarias regionales (ASAJA‐CLM, UPA‐CLM y COAG‐CLM) y Cooperativas Agroalimentarias de Castilla-La Mancha han fijado su posición firme y unánime en contra de la propuesta realizada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) para los ecoesquemas, propuesta que actualmente se está debatiendo con las comunidades autónomas en el marco de la arquitectura ambiental del Plan Estratégico de España para la próxima PAC.

Según el sector agrario regional, la propuesta ministerio “perpetua los desequilibrios territoriales entre unas regiones y otras, especialmente en aquellos ecoesquemas que afectan a los cultivos leñosos y a los cultivos herbáceos, beneficiando nuevamente a las regiones de mayor pago básico actual y alejándose de la convergencia que exigen los nuevos reglamentos de la PAC”.

Ecoesquemas de cultivos leñosos y herbáceos

Según han señalado las organizaciones, la propuesta fechada el 21 de julio por el Ministerio, en lo que respecta a los ecoesquemas de cultivos leñosos (olivar y viñedo principalmente), denominados “Cubiertas vegetales inertes cultivos leñosos” o “Cubiertas vegetales vivas en cultivos leñosos”, se ha establecido diferenciaciones de ayuda en función de la pendiente de las parcelas (para pendientes menores del 5%, entre el 5‐10% y mayores del 10%) que, en la práctica, supone que las parcelas con pendiente mayor del 10% (que, por ejemplo, son el 67,6% de la superficie de olivar andaluz según datos de  su PDR) cobren aproximadamente 2,4 veces más ayuda que las de una pendiente del inferior al 5% (que es la práctica totalidad de la superficie de olivar de nuestra región), baremos que no atienden al diferencial real de incremento de costes de manejo que, teóricamente, es la base de cálculo.  

De la misma forma, en el caso de los ecoesquemas dedicados a los cultivos herbáceos, se establecen tres niveles de ayuda distintos para el mismo ecoesquema en función de si son tierras de cultivo de secano, secanos húmedos y tierras de regadío, con diferencias importantes en los niveles de ayuda de manera que el pago por hectárea en los secanos húmedos duplica la de los secanos, y la de los regadíos triplica la de los secanos.  

Una “territorialización a medida”

Para el sector regional, este diseño de los ecoesquemas supone de facto una “territorialización hecha a medida para primar a aquellas regiones con rendimientos históricos más elevados sobre la base de criterios como, por ejemplo, la ‘pendiente’ que se ha moldeado interesadamente en tres tramos que pretenden que cobren un mayor importe de ayuda regiones concretas sin tener en cuenta estudios agronómicos y de caracterización del olivar que justificarían un único tramo diferencial del 20% de pendiente a partir del cual la mecanización es sumamente dificultosa y a partir del cual está más justificada la diferenciación de la ayuda, y obviando otros criterios agronómicos como el nivel pluviométrico o el marco de plantación”. 

Las cuatro organizaciones instan al MAPA a que cumpla con el mandado de los reglamentos europeos que exigen a los estados miembros una convergencia real y efectiva en los pagos del primer pilar, objetivo que no se cumplirá con el diseño de la actual propuesta que mantiene 20 regiones de pago básico que convergerán internamente entre cada una de ellas, pero no entre todas ellas, como sería lo lógico. 

Convergencia que, igualmente, debe afectar a una parte importante del presupuesto destinado a los ecoesquemas (23%) que “no pueden perpetuar las desigualdades que vienen sufriendo históricamente regiones como Castilla‐La Mancha en el reparto de las ayudas”, han señalado.  

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