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26M: ¿Y el basurero nuclear qué? El proyecto sigue en el aire 15 años después

Foto: Europa Press

Carmen Bachiller

“El ATC se va a hacer en Villar de Cañas, eso lo sabe toda España y los socialistas lo saben mejor que yo”. Quien lo dice es el alcalde de este pequeño municipio conquense que no llega a los 400 habitantes, José María Sáiz, en una conversación con eldiarioclm.es, camino del 26M y basa su afirmación en que “nadie me ha dicho ni me va a decir que no se va a construir”.

Sáiz mantiene su fe ciega en un proyecto que debía estar en funcionamiento en 2018. “El ATC hay que hacerlo. La señora ministra (Teresa Ribera) sabe que si quiere cerrar las nucleares tiene que construirlo”.

Despoblación y alternativas económicas inciertas han sido un caldo de cultivo para que proyectos como las macrogranjas porcinas o un cementerio para todos los residuos nucleares de España, pusieran a la provincia de Cuenca en el punto de mira.

Cuando en enero de 2012 el Boletín Oficial del Estado publicó una resolución de la Secretaría de Estado de Energía aprobando la designación de Villar de Cañas como emplazamiento para el Almacén Temporal Centralizado (ATC) de combustible gastado y residuos de alta actividad, junto a su Centro Tecnológico Asociado, en este pequeño municipio el alcalde, ya lo era entonces, se mostraba eufórico. “Supondrá un balón de oxígeno para Villar de Cañas y todos los municipios de la zona”.

Enresa llevaba pidiendo un único almacén para los residuos nucleares desde 1999 aunque no fue hasta 2004 cuando el Congreso aprobó por unanimidad iniciar el proceso. Había que dar salida -aunque fuera temporal, durante un periodo de 60 años- a los residuos nucleares de España y a los que están en Francia, a la espera del llamado Almacén Geológico Profundo (AGP). Si tomamos la última fecha como referencia, han pasado 15 años y el silo nuclear sigue sin tener autorización para su construcción.

Mientras, las centrales nucleares, saturadas, han ido depositando los residuos radiactivos en almacenes temporales individuales (ATI’s), salvo los de la nuclear Vandellòs I que están en Francia. El bloqueo judicial del Ejecutivo socialista de Emiliano García-Page primero y la paralización del proyecto por parte del Gobierno de Pedro Sánchez después, a la espera del VII Plan General de Residuos Radiactivos, que definirá si habrá o no ATC, han impedido que prosperase.

“En el plan de residuos hay que presentar a Europa, el ATC va como proyecto estrella. ¡Hombre por Dios, lo sabe toda España!”, insiste el alcalde que acusa a García-Page de ser el único en oponerse al proyecto. “Imagine que el ATC es un bidón. García-Page está empujando desde una punta y en la otra está toda Europa, toda España y todas las eléctricas…Con eso le digo todo”.

Sáiz lamenta la estrategia del Gobierno castellano-manchego: “Me clavaron una Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) de 25.000 hectáreas y he ganado dos veces en los tribunales”, en alusión a la iniciativa de la Junta para ampliar la protección ambiental en torno a la Laguna de El Hito que, de facto, bloqueaba la construcción del silo nuclear. Ahora, la pelota está en el tejado del nuevo Gobierno central.

“Los vecinos están todos deseando que se haga el ATC”, asegura el alcalde, porque cree que la infraestructura dejará beneficios y empleo. “Tenemos una inversión de 1.200 millones de euros y seis millones durante 100 años para 20 pueblos”. Y añade que habrá 150 empleos fijos (ENRESA solo habló de 70), “más lo que genere alrededor. Siempre lo he dicho, no es el dichoso almacén sino el centro tecnológico que lleva asociado y que es único en el mundo. Nunca se habla del I+D+i, solo del basurero”, lamenta el alcalde.

“Con lo poco que hay construido, puedo tener el colegio con 25 alumnos”

Sin embargo, en Castilla-La Mancha, desde el Gobierno PSOE-Podemos apuestan por el turismo y las energías renovables como alternativa económica para la comarca. “¿Y que tiene que ver una cosa con la otra?”, espeta el alcalde. “Más gente que va a venir a ver el ATC… más incluso desde que se inventó Cuenca. Van a pasar entre 15.000 y 20.000 personas anuales como ya está pasando en los lugares donde hay ATC’s, en toda Europa”.

Unos argumentos que contrastan con los de la Plataforma contra el Cementerio Nuclear, conformada por 29 asociaciones y personas a título particular. “No se habla de la posible destrucción de empleo en sectores agropecuarios, de turismo ecológico o de energías renovables”, sostienen, y periódicamente salen a la calle a mostrar su rechazo al proyecto.

El Ayuntamiento no desdeña las energías renovables pero el alcalde confía poco en su rentabilidad. Villar de Cañas ya cuenta con dos instalaciones fotovoltaicas, una inversión alemana en un total de 60 hectáreas. “Llevan dos años sin pagar la contribución. ¿Qué hago? ¿Me como las placas solares?”. La deuda, según el alcalde, alcanza los 60.000 euros.

En cambio, contrapone el beneficio que ha dejado la única instalación que existe vinculada al ATC. “Con lo poquito que hay construido, como el vivero de empresas, hay diez personas trabajando: cuatro vigilantes, tres técnicos de ENRESA y varias chicas de la limpieza. Con eso puedo tener el colegio con 25 alumnos”, comenta.

Y es que Villar de Cañas es uno de los pueblos de la llamada ‘España Vaciada’ en el que (casi) todos esperan como agua de mayo la instalación nuclear. Y decimos casi todos, porque en el pueblo quienes se oponen al ATC apenas levantan la voz.

No asustan los argumentos de inestabilidad (geológica y sísmica) del terreno que los detractores del ATC han aireado reiteradamente y que el alcalde niega. Ni siquiera los informes de los técnicos del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) que desaconsejaban esta ubicación. “Si hubiese algún problema, nos habrían descartado”, defiende.

Las posiciones de los partidos políticos de cara al 26M

Villar de Cañas está a unos ocho kilómetros de la autovía A-3 que une Madrid con Valencia. La economía comarcal de esta parte de Cuenca está basada en pocas cosas más que la agricultura del cereal que no da para mucho, al margen de las explotaciones porcinas intensivas en ciernes.

Los pueblos en el área de influencia más próxima al cementerio nuclear no llegan a los 3.000 habitantes. Villarejo de Fuentes (454 habitantes), Cervera del Llano (216), Montalbo (626), San Lorenzo de la Parrilla (1.040) Montalbanejo (106), Zafra de Záncara (124) o Alconchel de la Estrella (90).

La voz cantante a favor de la instalación nuclear la lleva Villar de Cañas, donde el Partido Popular ganó las municipales de 2015 y también lo ha hecho el pasado 28A, eso sí, perdiendo más de 18 puntos. 

Es precisamente el PP el único partido que se declara abiertamente a favor del silo nuclear. Lo considera un proyecto “necesario y seguro” (según el alcalde de Las Pedroñeras, capital del ajo morado, a poco más de 50 kilómetros), aunque el actual candidato a la Presidencia de la Junta, Paco Núñez, no lo quisiera cerca de su pueblo, Almansa (Albacete), cuando era alcalde y cabía la posibilidad de que el emplazamiento elegido fuese el cercano municipio valenciano de Zarra, próximo a Cofrentes.

PSOE y Unidas Podemos se han mostrado en contra del proyecto -los socialistas ya lo vienen haciendo desde el Gobierno de José María Barreda, anterior a Dolores de Cospedal- mientras que Ciudadanos mantiene una postura equidistante.

La cabeza de lista por Cuenca a las Cortes de Castilla-La Mancha, Casandra Castilblanque, sostiene que “hay que sacar el tema del debate político y centrarnos en un criterio científico-técnico independiente para saber si el ATC se puede poner o no”. El informe emitido por técnicos del Consejo de Seguridad Nuclear no es suficiente para la formación naranja. “La perspectiva debería ser totalmente ajena para asegurar la imparcialidad”, dice Castilblanque quien sostiene que “da igual que sea en Villar de Cañas o en otra población, lo que hay que ver es cuál es el lugar idóneo”. Ciudadanos cree en todo caso que “es el modelo más eficiente para vigilar los residuos y es el que supone menor coste para España. Es algo necesario”.

Desde Unidas Podemos se muestran “en desacuerdo” con reanudar el proyecto del ATC de Villar de Cañas porque consideran que “sólo viene impulsado por intereses y beneficios personales y no por el bien de la región”. En su opinión, “un basurero nuclear, que es lo que realmente es, supone un desastre medioambiental que puede perjudicar el entorno y que pone en riesgo la salud y la vida de miles de personas”.

Se trata, añaden, de una infraestructura “que no cumple con ningún criterio de seguridad, que no es necesaria y que no crea empleo. Nosotras apostamos por proyectos sostenibles medioambientalmente y que supongan un cambio de modelo productivo”.

En cuanto a Vox, su candidato a la Presidencia de Castilla-La Mancha, Daniel Arias, se ha mostrado partidario de que se realice un proyecto “ya aprobado y presupuestado”. “No podemos favorecer la ilegalidad”, ha afirmado en declaraciones a CMM, resaltando que el ATC fue un proyecto del PP de María Dolores de Cospedal y que el PSOE declaró “que era una zona ZEPA, y eso no se podía hacer”.

De cara a las elecciones municipales, en Villar de Cañas solo concurren dos candidaturas para el 26M. Por un lado, la del actual alcalde (PP), por otro, la de Olga Bravo, una jubilada que en 2011 ya dijo que si gobernaba renunciará a albergar el cementerio nuclear. Ahora no ha sido posible recoger sus impresiones.

¿Marcará el cementerio nuclear parte de la campaña autonómica y municipal en Castilla-La Mancha? En los primeros días no lo ha hecho.Mientras, en el tablero de cuentas para los partidos políticos se maneja un importante dato: Cuenca aporta tan solo cinco de los 33 diputados del Parlamento castellano-manchego y es la de menor peso electoral junto a Guadalajara. Veremos.

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