Los “beneficios extra” de la agricultura manchega que respeta la biodiversidad
Las políticas de conservación de las aves esteparias traspasan la tareas encaminadas al respeto de la biodiversidad. Si un producto manchego extraído de la tierra tiene además el valor añadido de haber sido puesto en el mercado bajo parámetros ambientales y además en perfecta síntesis con la protección de las aves esteparias, eso significará también una “marca de calidad”, un “beneficio extra”. Así quiere ponerlo de manifiesto el proyecto LIFE ‘Estepas de La Mancha’ que lleva a cabo la Fundación Global Nature de la mano de la Junta de Castilla-La Mancha, una “excusa perfecta” para trabajar en positivo con los agricultores y promover la comercialización diferenciada de los productos que pertenecen a la Red Natura 2000.
El proyecto cuenta con la contribución del instrumento financiero LIFE de la Comisión Europea, el apoyo del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente a través de la Fundación Biodiversidad y de los ayuntamientos de Villacañas, Lillo, Madridejos, Mota del Cuervo y Pedro Muñoz, todos de la comarca de La Mancha.
El director gerente de la Fundación Global Nature, Eduardo de Miguel, después de participar en Madridejos (Toledo) en la inauguración de uno de los talleres llevados a cabo para presentar esta iniciativa, explica que España es “la última reserva de aves esteparias de toda Europa Occidental”, donde se encuentran las últimas poblaciones de avutardas, sisones o alcaravanes, y eso es gracias a que hay cultivos de herbáceos que rotan con los de legumbres y barbecho, sectores fundamentales para la cría y alimentación de estas especies.
Pero para ello, es necesario que esas prácticas agrarias sean sostenibles. “Queremos un valor añadido para que esos agricultores que lo hacen bien, es decir, que prácticamente no usan plaguicidas ni herbicidas, cuenten cuna una producción diferenciada”, explica. Eso significa una marca de calidad de esos alimentos en ferias internacionales, como Global Nature ya ha podido demostrar, por ejemplo, en la Feria de productos agroalimentarios Biofach de Núremberg (Alemania): el año que viene contará allí con un stand propio donde puede llegar a comercializar hasta 60 toneladas de legumbres obtenidas de toda la zona esteparia de La Mancha.
Lo mismo ocurre con el aceite, con el vino y con el ‘tirón’ del cultivo de los almendros en esta zona. La cooperativa de almendra ecológica de Villacañas a la que cedieron la siembra hace cuatro años ya está empezando a obtener un producto directamente asociado a la biodiversidad, y “totalmente diferenciado para venderlo en el exterior”.
¿Cómo pueden conseguir estos agricultores que sus prácticas sean sostenibles y respeten las zonas protegidas? En los talleres les proponen tareas como la recuperación ambiental de setos y linderos, que sean aptos para el refugio de las aves y también como criaderos de insectos que forman parte de su alimentación; así como practicar la cubierta vegetal en cultivos leñosos, rotaciones con legumbres o tratamientos ecológicos de plagas (trampas con feromonas, labores para romper el ciclo de hongos o evitar la resiembra de cereal para no reinfectar) y realizar gratuitamente análisis foliares de sus cultivos.
“Se trata de acompañar al agricultor en todas estas labores, de formarlo, de buscar su beneficio y el de todos”, subraya De Miguel. En esta formación se incluye también abrir nuevas charcas y humedales para que las aves tengan hábitats confortables o tejados para cernícalos primilla, una especie migrante que sirve como indicador de la salud de las explotaciones agrarias en las estepas.
Actualmente, la Fundación también está realizando balances de nitrógeno, puesto que los agricultores, con el objetivo de conseguir más enzimas y vitaminas para sus cultivos, utilizan este recurso más de lo necesario, dejándose en esas labores gastos que pueden optimizarse con un uso más adecuado. El cumplimiento de estos requisitos consigue que al final la Fundación firme, de manera particular con dueños de explotaciones agrarias o también con cooperativas, convenios de colaboración para ayudarles en su comercialización y conseguir sus “beneficios extra”.
En paralelo, Global Nature también va a trabajar con el sector cinegético. Quieren enseñar a los cazadores cómo determinadas prácticas agrarias han terminado disminuyendo las poblaciones de perdices o sisones, debido a la pérdida de insectos y linderos. “Es muy interesante que vean estos talleres como positivos, ponerles ejemplos prácticos, como el hecho de que las libres prácticamente hayan desaparecido en estas estepas por el uso extendido de herbicidas”.
El proyecto comprende a un total 150.000 hectáreas y cuatro zonas ZEPA de La Mancha: la zona esteparia de La Mancha Norte, los Humedales de la Mancha, San Clemente y la zona de la Laguna de El Hito y su ampliación. En total son una docena de talleres con más de 300 agricultores procedentes de unos 50 municipios
Participa también en este proyecto la Fundación Biodiversidad. Su directora, Sonia Castañeda, resalta la importancia de que los agricultores comprendan que las prácticas sostenibles disminuyen sus costes y diferencian a sus productos en el mercado. Además, destaca que la sociedad cada vez está más concienciada a este respecto y demanda, según todos los eurobarómetros, que las marcas estén vinculadas a la ecología, al producto “de proximidad”, como un “elemento diferenciador”.
Esta Fundación lleva a cabo actualmente 16 proyectos LIFE Naturaleza en todo el país, bajo el objetivo de que todas las organizaciones que quieran apostar por la conservación del medio ambiente tengan su respaldo. En 2016, se canalizaron un millón de euros con este objetivo, uno de ellos el de Global Nature centrado en las estepas, y en breve volverá a publicarse una nueva convocatoria con similares características.
La iniciativa puesta en marcha en Madridejos ha contado también con la intervención de José Antonio Contreras, alcalde de Madridejos; José Antonio Hernández, director de RTVE Castilla-La Mancha; Cruz Ponce, directora general de Agricultura y Ganadería de Castilla-La Mancha; y Rafael Cubero, director general de Política Forestal y Espacios Naturales.