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La biodiversidad no sólo depende de la protección del lince y del águila imperial

Buitre negro

Francisca Bravo Miranda

2 de agosto de 2020 19:18 h

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Es innegable el impacto positivo que ha tenido el programa de reintroducción del lince ibérico en Castilla-La Mancha. Los ejemplares de la especie ya superan el centenar, y la cifras de camadas y hembras reproductoras suponen un paso más en el retorno del lince a su territorio. Sin embargo, no es ni de lejos la única especie con la que se está trabajando, para garantizar el mantenimiento de la biodiversidad en la región. Antonio Aranda, jefe de Servicios de los Espacios Naturales de la Consejería de Desarrollo Sostenible, explica que el trabajo “debe ir más allá” de las llamadas especies 'clave' o 'paraguas', como son el lince ibérico o el águila ibérica.

“Cuando trabajamos con especies emblemáticas, no significa que las otras estén abandonadas, hacemos seguimiento de muchas especies, aunque no todos sean anuales, sino periódicas”, recalca Aranda. La Consejería publicó recientemente procesos de participación ciudadana para los planes de recuperación y conservación de tres especies “emblemáticas” de la región, como son el lince ibérico, el águila imperial y el buitre negro, catalogadas como especies amenazadas, en peligro de extención o vulnerables, en los catálogos nacional o regional.

Dichos planes, explicó el consejero José Luis Escudero, necesitaban una revisión, ya que están “al haber transcurrido más de 16 años” y debido a que la situación de las especies en cuestión ha variado “sustancialmente”. Por su parte, el jefe de Servicios de los Espacios Naturales señala que se hacen seguimientos de “muchos grupos” de especies, como en el caso de las aves esteparias, que tienen una especial importancia en Castilla-La Mancha, pues la mitad del territorio de la Comunidad es agrícola y el resto, forestal. Se trata de especies como la avutarda, el sisón, el aguilucho cenizo o el aguilucho pardo. “No tienen, a lo mejor, la misma publicidad que el lince, pero se hace seguimiento de ellas”, explica Aranda.

Aves ligadas a los humedales

Otro de los ecosistemas de relevancia en la región son los humedales, por lo que la fauna que vive en ellos, de manera permanente o temporal, también es parte del trabajo de la Comunidad Autónoma. “Tenemos censos de ellas desde hace más de 30 años, como ocurre con las que vienen a invernar a nuestros humedales. De esta manera vemos la evolución de su población, al igual que hacemos con las aves acuáticas nidificantes, que se crían aquí y luego se van, como es el caso de la garza imperial”, explica Aranda.

Otra de las especies que tienen un seguimiento cercano son los murciélagos cavernícolas, ya que en Castilla-La Mancha existen refugios “muy importantes” para la especie, que viene a la zona para invernar en las cuevas. Esto, se debe a que el clima en invierno es más suave que en el norte e Europa. “Tenemos uno de los principales refugios de invernada de Europa”, señala Aranda, que asegura que los datos vienen de “muchos años”.

Las aves migratorias no acuáticas tampoco se quedan fuera del radar. Especies como la tórtola, la codorniz o los zorzales son parte de un proyecto de seguimiento. Los estándares de seguimiento de la fauna vienen directamente de Europa, según lo que establece el llamado 'Horizonte 2030'. “Uno de los objetivos es la conservación de la biodiversidad, y para eso es necesario saber con lo que contamos. Una parte importante de nuestro trabajo es contar, contar muchos animales, para saber cómo evolucionan las poblaciones. Y no sólo se trata del lince o del águila”, asegura.

Especies amenazadas

La Consejería trabaja también en nuevos planes de conservación de otros animales amenazados, como ocurre en el caso del cernícalo primilla, el quebrantahuesos y la alondra ricotí. “No son aves tan famosas como el águila ibérica, pero tienen un impacto en la biodiversidad de la región”, señala Aranda. Y las especies se siguen sumando: también se trabajará con los anfibios, reptiles o peces. “Queremos ver qué ocurre con Castilla-La Mancha, y los indicadores de población es la principal manera”, explica.

Entre las medidas que se van tomando, el caso de la alondra ricotí, por ejemplo, es de apoyo en las zonas de pastoreo, ya que “al apoyar el ganado podemos seguir apoyando también la especie”. En cuanto al cernícalo primilla, Aranda revela que próximamente se van a declarar las dos primeras Zonas de Especial Protección para las Aves en zona urbana, en dos iglesias en Ciudad Real. “El animal se mete en los agujeros de construcción y su cría está datada del siglo XVI y XVII. Hablamos de 400 años de historia. Pero no significa que vaya a dejar de haber misa, simplemente queremos proteger la zona para que la especie siga criando”, asegura.

Colaboración ciudadana

“Existen muchas medidas para la conservación de la biodiversidad, es un objetivo clave para la Unión Europea y nosotros lo hacemos dentro de nuestras posibilidades. No nos engañemos, no somos una comunidad rica, pero hay muchas iniciativas para mejorar esta situación”, recalca Aranda. Y para ello, la colaboración ciudadana es también muy importante, señala. “Podemos poner por ejemplo, el caso de los vencejos de Toledo. Existen hace siglos y todos los años se caen pollos. Por eso, empezaremos un programa de concienciación y colaboración ciudadana, para que sepan que hacer con los pollos, sacarlos adelante, alimentándolos y cuidándolos”.

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