¿Pueden los bosques ayudar a combatir la pobreza? Así ha enriquecido la sociedad civil la Estrategia 2030 de Castilla-La Mancha

El proceso de participación pública de la Estrategia de la Agenda 2030 del Gobierno de Castilla-La Mancha ha sido uno de los más exitosos de los últimos meses. Ha recibido decenas de aportaciones, muchas de ellas aceptadas y que amplían los contenidos generalizados de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en la comunidad autónoma. Precisamente, este 25 de septiembre se cumplen seis años desde que la Asamblea de Naciones Unidas (ONU) adoptó este plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, y que también tiene la intención de fortalecer la paz universal y el acceso a la justicia.

Entre las principales novedades que esta Estrategia va a añadir a su texto a petición de particulares y colectivos se encuentra la de la Comunidad de Regantes Las Fuentes de Letur, que ha propuesto incluir la protección de los regadíos tradicionales como “ejemplo de uso sostenible”. “Constituyen sistemas de elevado valor ambiental, cultural y paisajístico. Contribuyen a la consecución de numerosos ODS”, argumenta esta asociación.

Entre los motivos que alega para su inclusión en la Agenda se encuentra que este tipo de regadíos ayuda a fijar población, no utilizan energía externa, son resilientes y son ejemplo de economía circular. Considera así que deben estar protegidos por las políticas públicas y que en el texto debe aparecer una referencia expresa a su valor.

A este respecto, esta comunidad de regantes explica que centrar únicamente los esfuerzos de cara a los ODS en “transformación, modernización y mejora de los regadíos” puede acarrear un efecto contrario al deseado, “como ha quedado demostrado en las modernizaciones ya realizadas que han traído aparejadas una sobreexplotación y contaminación de acuíferos además de una pérdida de biodiversidad y riqueza cultural y paisajística considerable”. “La situación de las Tablas de Daimiel y del Mar Menor provocadas por intensificaciones del regadío son un ejemplo de en qué dirección no se debe caminar”, concluyen.

Otra propuesta incorporada es la realizada por la Asociación Nacional de Empresas Forestales (ASEMFO), que defiende los bosques como elementos esenciales para la Estrategia de la Agenda 2030. Justifica esta propuesta por su contribución a la lucha contra el cambio climático y la conservación de la biodiversidad, “sin olvidar la reducción de las desigualdades, la producción de agua de calidad, el suministro de alimentos, medicinas, de combustible y la mejora de los hábitats urbanos”.

Este colectivo repasa las ventajas de la defensa de los bosques de cara a la Agenda 2030 y para cada uno de los ODS con el objetivo de impulsar la gestión forestal, la restauración de las áreas degradadas y el incremento de la superficie forestal. Así, en cuanto al fin de la pobreza, afirma que las áreas forestales ofrecen productos y servicios a los habitantes del medio rural y que la selvicultura proporciona alimentos favoreciendo la creación de rentas e ingresos en los entornos rurales. En cuanto a la salud y el bienestar, subraya que está demostrada la capacidad de la naturaleza para fortalecer la salud humana; y sobre la educación de calidad, recalca las grandes oportunidades a las que contribuye la educación ambiental.

ASEMFO también ha conseguido que se incluya el reconocimiento de los bosques para el ODS número 6, que implica garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento. Resalta así la importancia del sector forestal en Castilla-La Mancha y, cómo el primer elemento del ciclo del agua, que son los bosques, puede contribuir a generar agua de calidad para la ciudadanía.

“Se debe potenciar un impulso al sector forestal regional por su contribución a las políticas de conservación de la biodiversidad, protección frente al cambio climático, lucha contra la despoblación, generación de agua de calidad, además de su papel en la creación de riqueza y empleos verdes en los entornos rurales”, concluye esta asociación.

Por otra parte, el Observatorio de la Sostenibilidad también ha conseguido que se incorporen sus aportaciones al texto. Según indica, deben incluirse algunas medidas como la Estrategia contra la Pobreza y la Desigualdad Social de Castilla-La Mancha, la Estrategia de Economía Circular y el decreto que regula la soberanía alimentaria en el ámbito del consumo responsable. Añade que el enfoque de género ha de ser aplicado al entorno productivo, y no solo el ámbito social, sanitario y educativo.

Agua, empleo y cooperación internacional

Igualmente, considera imprescindibles los datos de cumplimiento de la Directiva Marco del Agua, respecto a saneamiento y abastecimiento, u otros más sencillos como las ratios de consumo por habitante en un periodo dado, así como el peso de cada uno de los sectores de consumo del recurso (agrario, doméstico, industrial, institucional). Lo mismo aporta sobre los humedales: pide información concreta de su estado de salud, medidas y programas de conservación y/o restauración. Por último, propone indicar una aproximación al impacto de la pandemia en el tejido empresarial y empleo (ERTE, evolución industrial y empresarial, etc.) y, en el caso del empleo, con desagregación por género y origen de las personas.

Seguidamente, la Coordinadora de ONGD de Castilla-La Mancha, UNICEF y Médicos del Mundo aúnan una misma petición en una serie de propuestas que también han sido aceptadas: la recuperación de la política de cooperación.

En este sentido, argumentan que la Estrategia incluye un análisis de los alineamientos de los ODS, de la distribución competencial y de los instrumentos ya existentes para la implementación de la Agenda 2030 en la región. En este análisis, recuerdan que la política de cooperación está incluida en 15 de los 17 objetivos, demostrando “el importante peso que tiene esta política”. Por ello piden incorporar esa recuperación al igual que se refleja en el Plan de Acción del Gobierno de España para la Agenda 2030. A todo ello añaden incorporar una mención del aporte que hace la cooperación descentralizada de Castilla-La Mancha a la dimensión global de la Agenda 2030.