Castilla-La Mancha prepara el Plan Rector del quinto mayor parque natural de España
“Es el instrumento que marcará las reglas del juego”. La definición corresponde al futuro Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) del Parque Natural del Valle de Alcudia y Sierra Madrona en la provincia de Ciudad Real y quien la hace es Alfonso Martín Grande, presidente de la Junta Rectora del parque.
Hasta el 29 de noviembre, las mesas sectoriales adscritas a la Junta Rectora del parque, de forma conjunta o a título individual de sus componentes, pueden realizar aportaciones al documento antes de disponer del borrador definitivo que pueda salir a información pública para que todos los interesados puedan realizar alegaciones.
Será la Junta Rectora la que eleve informe favorable o desfavorable para su posterior traslado al Consejo de Gobierno que deberá aprobarlo. “Esperamos que el proceso culmine entre enero y febrero de 2019, si todo va bien”, concreta Martín Grande.
El director-conservador del parque, Juan Ruiz de Castañeda, se encarga de que se cumplan todas las directrices respecto a la gestión del parque, también de la ejecución de los planes de desarrollo y de dirigir al personal. Aclara que con el Plan Rector “no se trata de hacer algo nuevo sino de tener claro que los usos públicos sean compatibles con el espacio natural”, algo que ya recoge la normativa vigente y que ahora hay que “aterrizar”.
“Se busca que todo el mundo sepa cómo se funciona y se ha realizado un esfuerzo grande porque hasta ahora lo que había era una especie de cajón de sastre”. Con el Plan Rector, cada sector con presencia en el parque (ganadería, agricultura, sector cinegético, forestal, el turismo y la industria) sabrá a qué atenerse. “Todo está muy bien definido por bloques para que cada sector pueda organizarse y que la gestión sea más fácil”.
En realidad no es algo nuevo. “Se está siendo muy consecuente, lo que se está plasmando es una forma de trabajar desde hace ya seis años”, explica. En ese tiempo en el parque han llegado a elaborar unos 8.000 informes que se han elevado a la Consejería o a otros órganos sustantivos como los propios ayuntamientos.
La hoja de ruta de este Plan Rector es ya larga. El inicio del expediente data de diciembre de 2016, auspiciado por la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural. En enero de 2018 la Junta castellano-manchega encargó una asistencia técnica a la Fundación Savia para habilitar un proceso participativo destinado a todos los sectores implicados.
En ese proceso se han producido reuniones tanto de la Junta Rectora del parque como sectoriales, incluyendo al sector público y a colectivos vecinales, se han desarrollado encuestas y se han realizado unas 100 entrevistas para conocer el sentir de todos los agentes implicados.
Y es que hablamos casi 150.000 hectáreas en ocho términos municipales - Almodóvar del Campo, Brazatortas, Cabezarrubias del Puerto, Fuencaliente, Hinojosas de Calatrava, Mestanza, San Lorenzo de Calatrava y Solana del Pino- que conforman el parque natural más grande de Castilla-La Mancha y el quinto de España.
Compaginar usos tradicionales y gestión ambiental
Entre las aportaciones recibidas hasta la fecha, Martín Grande destaca las consideraciones sobre cómo compatibilizar los usos tradicionales con la gestión ambiental, la mejora de infraestructuras y caminos públicos, la apuesta por el turismo sostenible, la viabilidad del sector ganadero en la dehesa o la valorización del patrimonio natural, geológico o etnológico, entre otros.
También se ha puesto sobre la mesa la necesidad de un Centro de Recepción de Visitantes (aún sin definir su ubicación), la regularización y señalización de senderos y caminos, del aprovechamiento cinegético incluyendo la creación de infraestructuras o de la posibilidad de desarrollar una marca de calidad para la apicultura de la zona, de la creación de una escuela de pastores, del desarrollo de programas de educación ambiental o de la promoción de los productos locales.
“Todas estas aportaciones han sido recogidas por la Fundación Savia y se tienen que trasladar al PRUG en directrices de gestión por sectores”, explica el director del parque quien reconoce que, sobre todo, deberá dar solución a “la gran preocupación” de conjugar los usos tradicionales del parque con otros nuevos.
También podrá incidir sobre la despoblación. El área de influencia del parque contaba en 2015 con 10.925 habitantes, 1.191 menos que en 2005. “Es una problemática común a todas las zonas rurales” y en esta zona en particular tiene mucho que ver con el agua pero también, aclara Alfonso Martín Grande, “con el sentir de la gente del territorio. Han de ver el Plan Rector como suyo. Que sirva para complementar las rentas procedentes de las actividades actuales para fijar población”.
¿Cuál será el impacto económico?
El PRUG incluye una memoria económica con inversiones concretas que todavía no se han hecho públicas, desvela Alfonso Martín Grande. Y este aspecto ha generado en los últimos meses no pocas dudas en el área de influencia del parque. Por ejemplo entre los alcaldes.
“Las dudas son razonables”, sostiene el director del parque porque “ mantiene. ”Los alcaldes tienen que luchar por su territorio. Es obvio. Quieren ver cómo eso se plasma en un documento“ pero pide tener en cuenta que el hecho de que un término municipal se encuentre en un parque natural protegido ”permitirá el acceso a determinadas subvenciones que llegarán a través de distintos departamentos“.
Quiere desterrar cualquier suspicacia en torno al proceso de participación, cuestionado en los últimos meses: “También son lógicas. Los sectores tradicionales son amplios y quieren que se reconozca que el parque natural ha llegado a serlo gracias a todos los usos tradicionales. Estoy de acuerdo” y sostiene que “todos los procesos de participación son así y es bonito que haya opiniones contrapuestas”, insiste.
Los valores del parque natural
El patrimonio natural del parque “es único” y está caracterizado por el bosque mediterráneo de gran importancia botánica y una importante diversidad de flora y fauna. Existen cinco áreas críticas o zonas de cría para el águila imperial ibérica, el buitre negro, la cigüeña negra y el lince ibérico, se pueden encontrar nutrias “y hasta lobos cuya presencia no ha podido ser confirmada”, explica el director-conservador de parque. En la actualidad “pelean” por realizar un estudio sobre una la cabra montés autóctona de Sierra Madrona “para confirmar su pureza genética antes de que se produzca mezcla”.
Después está su particular geoformología, con presencia de volcanes y con una orientación este-oeste en la que sus formaciones -crestas, gargantas, valles, hoces...-, son el balcón de la meseta a excepción de la depresión del río Guadalquivir.
En el parque se encuentra el punto más alto de Sierra Morena, el Pico de la Bañuela con 1.330 metros. Jalonado de ríos de aguas limpias, alberga especies endémicas. “Es un auténtico santuario de vida silvestre donde se pueden encontrar todo tipo de depredadores en uno de los mejores ejemplos de bosque mediterráneo del mundo” y paradójicamente es “un auténtico desconocido cuyo potencial es un diamante en bruto, con gente entrañable y muy comprometida con su zona”.
Castañeda cree que la zona “está esperando un empuje por parte de la clase política. Es un recurso muy importante para que la población joven no se termine de ir. Puede ser un aliciente” y para ello juega a favor un amplio patrimonio arqueológico que abarca desde el neolítico, al íbero o el romano. “Su arte rupestre esquemático es relevante a nivel mundial”, resalta el director-conservador, al que se suma el patrimonio cultural, minero, el de la transhumancia (acoge casi la mitad de la invernada de España) con una amplia red de vías pecuarias.
“A veces digo que cuando sales del valle de Alcudia es como abandonar Narnia, parece que te has trasladado a otro sitio”, dice Castañeda. Es solo uno de los encantos de la provincia de Ciudad Real.