Comprar el queso directamente en la quesería o coger el tomate en la propia explotación, más cerca para los consumidores de la región
Comprar un queso artesano en la misma quesería dónde se hace, adquirir miel en un pequeño mercado local directamente al productor, apreciar lo que se produce en los entornos más cercanos y conocer a ese pequeño agricultor que nos surte de un tomate del terreno madurado en la mata está ahora más cerca.
El Gobierno regional sacaba el pasado 19 de agosto a información pública el proyecto de decreto que regulará la venta directa de productos agroalimentarios en Castilla-La Mancha, lo que permitirá que el productor venda directamente al consumidor final sin intermediarios. Con ello, se posibilita un tipo de venta para el que hay poco desarrollo en España y en la región pero que en otros países europeos como en Francia o en Alemania es una modalidad comercial muy extendida y apreciada por los consumidores y que se ha proliferado desde principios de este siglo.
Por ejemplo, Francia no llegó a perder nunca este tipo de comercio de proximidad y el consumidor mantiene un conocimiento extenso de los productores de su entorno. En el país vecino, tras un decaimiento a mediados del siglo XX, en los años 70 volvieron a aparecer en diversas modalidades y desde los años 90 están de nuevo plenamente asentados en la sociedad, una buena parte de los productores la practica y existen mercados de productos de proximidad en todas las comarcas.
También los productores de Alemania o Austria comercializan una parte importante a través de la venta directa y Hungría ya hace años aprobó un programa para ‘Fomento de los productos locales, mercados locales y ventas directas“ para establecer las bases de la relación más directa y más rápida entre el productor y consumidor, potenciando los sistemas de suministro local de alimentos.
Mientras, España ha ido por detrás en lo que se refiere a la regulación y el fomento de la venta directa. Por lo que respecta a las Comunidades, casi todas ellas en los últimos años varias han sentado las bases para regular y fomentar la venta directa de sus producciones agroalimentarias.
Una demanda de productores y consumidores
En el momento en que se apruebe esta normativa en Castilla-La Mancha los consumidores podremos comprar a través de canales cortos (aquellos con un solo intermediario), directamente en la explotación, en la venta on-line directa entre productor o consumidor o en venta directa en pequeños mercados comarcales.
Avanzar en esta modalidad de venta es una demanda de los productores agroalimentarios como una forma de mejorar sus resultados económicos. De hecho, el borrador del decreto elaborada por el Gobierno de Castilla-La Mancha recoge este objetivo como uno de los que les ha llevado a impulsar esta nuevo normativas. Así señala como esta modalidad de venta puede “mejorar los resultados económicos de las personas titulares de explotaciones agrarias a través de una mayor participación en la comercialización de sus productos, primarios o transformados, con el consiguiente incremento del valor añadido, diversificando así sus fuentes de ingresos”, pero además, también pretende “facilitar y fomentar el acceso a productos agroalimentarios con un valor añadido de proximidad y de información sobre su procedencia, coste real, sistemas de producción y condiciones de sostenibilidad, aspectos sobre cuyo conocimiento el interés de las personas consumidoras ha aumentado notoriamente.
De hecho, el consumidor, cada vez más informado y más exigente, también demanda cada vez más poder acceder al producto de proximidad como una mayor garantía de calidad y más sostenibilidad de las producciones agroalimentaria. Las modalidades de venta que regula este Decreto dan respuesta a la demanda creciente de la sociedad de productos locales y de temporada, con una menor huella de carbono.
No sólo el consumidor, sino también hay demanda por parte de los profesionales del sector hostelero. Chefs y cocineros demandan poder acceder a productos de proximidad de manera directa porque aprecian la calidad de este tipo de producciones que en muchos casos conservan una forma de producir tradicional que conserva las propiedades y características originales de los productos.
Esta modalidad de venta desempeña también un papel importante para la revitalización de las zonas rurales, repercutir en mantener el empleo local y conllevan sinergias con otros sectores como el turístico o el hostelero.
Un distintivo que identifique los productos
Para facilitar un mejor conocimiento por parte de los consumidores de los puntos de venta directa y de los productos, se creará un distintivo que permita su identificación. El uso de este distintivo será voluntario para los productores agrarios y agrupaciones que practiquen la venta directa.
Además, el decreto establece las condiciones de adaptación de la normativa comunitaria para los productos en lo referente a seguridad alimentaria e inocuidad de los alimentos, requisitos de etiquetado, publicidad y presentación, trazabilidad y responsabilidad de los distintos agentes de la cadena alimentaria. Los productores deben cumplir los requisitos en todas las etapas, desde la producción, transformación, envasado y transporte, hasta la venta de sus productos.
Los productos agroalimentarios que podrán comercializarse mediante esta modalidad y van desde las patatas, frutos secos, aceites, mermeladas, cervezas, vinagres, licores, trufas, hierbas aromáticas, carnes y productos cárnicos elaborados. Las excepciones son la leche cruda; los moluscos bivalvos vivos; los productos de la caza y la pesca; los productos silvestres recolectados en el medio natural y los productos transformados de elaboración propia que de ellos se obtengan que continúan rigiéndose por la normativa autonómica y local sobre forma de recolección, cantidades, tiempo y otros requisitos técnicos.
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