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Recuperar memoria para ganar vida, el pueblo de 24 habitantes donde se firmó el Tratado de la Mesta hace 750 años

Gualda, en Guadalajara, donde en 1273 se firmó el Tratado del Concejo de la Mesta impulsado por Alfonso X El Sabio

Carmen Bachiller

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Hace 750 años, un pequeño pueblo de Guadalajara cambió el rumbo económico de Castilla (y de León). El 2 de septiembre de 1273, Alfonso X El Sabio celebró en Gualda una reunión de la Corte itinerante donde se firmó el Real Tratado por el que se creó el llamado ‘Honrado Concejo de la Mesta de Pastores’.

Hoy es quizá una desconocida institución para muchos, pero en el siglo XIII puso en el mapa a esta parte de Guadalajara. Ahora los pocos vecinos que quedan en Gualda quieren recordar la efeméride.

“Queremos recuperar la memoria y empoderar al pueblo contándole que tuvo una época de gran esplendor y que fue algo muy importante en el mundo”, explica Nines Cejudo, organizadora de un evento que preparan para el próximo mes de septiembre.

Con 24 personas empadronadas y una amplia población flotante que reduce el número de habitantes reales a una decena, Gualda es una Entidad de Ámbito Menor al Municipio (EATIM) dependiente de Cifuentes. “Está dentro de lo que nosotros llamamos la España abandonada porque todavía hay vecinos, pero queda fuera de la atención de los políticos y de los recursos. Aquí no hay nada de nada”.

En el pueblo ribereño del río Tajo hoy apenas quedan 1.000 ovejas. A diario las arregladas calles están desiertas, no hay ni tiendas pese a lo monumental de muchas de sus edificaciones, incluida su “descomunal iglesia” de la que hoy cuelga un pendón que anuncia la conmemoración.

Muchas de las personas con arraigo allí vuelven los fines de semana. Por eso el alcalde nos cuenta que cada sábado abre el ayuntamiento para facilitar todo tipo de trámites. La despoblación obliga. Mariano Bravo explica que el pueblo conserva “una copia de documentos posteriores a la firma del tratado en los que se hace referencia a ese evento en el que se plasmaron los privilegios para los pastores”.

Ahora quieren recuperar “el orgullo” de haber protagonizado un hecho histórico y, de paso, darle vida al pueblo. En Gualda equiparan lo que ocurrió en 1273 a lo que supuso el Tratado de Maastrich, el mismo que acuñó en 1993 el término Unión Europea. Y es que la firma del Tratado del Real y Honrado Concejo de la Mesta de Pastores fue la columna vertebral de la economía de la Corona de Castilla e influyó en su relación con Europa.

Dar a conocer el “invisibilizado” papel de la mujer en la Edad Media

Con la celebración del aniversario “se pretende recuperar la memoria histórica pero también dar a conocer el papel de la mujer en la Edad Media, todavía hoy invisibilizado”, explica Nines Cejudo, quien resalta la importancia de “empoderar a las mujeres, especialmente aquellas que trabajan y luchan porque el medio rural no desaparezca”.

“En aquella época había grandes politólogas, no solo la mujer de Alfonso X Violante de Aragón o posteriormente Isabel La Católica, sino que fueron fundamentales en la transmisión cultural. Muchas mujeres fueron juglares en la Corte [juglaresas era el término]. Todo eso está eclipsado y queremos visibilizarlo”. Por eso, esperan que durante el evento se pueda hablar del tema en una charla-debate, habrá títeres y hasta una obra teatralizada que contará la historia desde el punto de vista femenino.

“Aquí no habrá un mercado medieval de tantos. Participarán los maestros artesanos de la Escuela de Folklore de Guadalajara para hacer demostraciones y el objetivo no es tanto vender como divulgar”.

Otro de los objetivos pasa por reivindicar el papel del pastoreo como herramienta de gestión ambiental alternativa para un mundo rural vivo. “En los pueblos estamos muy en contacto con el medio ambiente, sufrimos los incendios forestales, la deforestación… La gente tiene memoria de todo eso y la trashumancia es un ejemplo en la apuesta por la biodiversidad y permite la prevención de incendios… Es una sensibilidad mucho más arraigada en las zonas rurales que en las grandes ciudades”, comenta Nines Cejudo.

Lo celebrarán bajo el lema ‘Recuperar memoria para ganar vida’, con actividades culturales ambientadas en la Edad Media, durante el primer fin de semana de septiembre. “Reivindicamos la trashumancia y que se recuperen las vías pecuarias para que no se conviertan en estercoleros. Ya sabemos que hoy un mero pastor no da para mucho, pero hay otras fórmulas vinculadas a la ganadería que se están experimentando para repoblar esta España abandonada”.

Cuentan con el apoyo de la Diputación de Guadalajara, pero siguen buscando más financiación. “Son las vecinas del pueblo, sobre todo, las que con su trabajo y dedicación harán posible este acto cultural autogestionando con materiales artesanales, jabones tradicionales, camisetas, bolsas y elaborando los adornos medievales del pueblo”.

La historia del Concejo de la Mesta

El término ‘Mesta’ se utilizaba para definir las reuniones de los ganaderos allá por el siglo XIII en asambleas o concejos. La intención original del Concejo de la Mesta era proteger a los pastores serranos que necesitaban desplazar a su ganado cuando se acercaba el invierno, a zonas más benignas en pasto.

Fue también una manera de evitar los conflictos cuando el ganado necesitaba emigrar y atravesaba – dos veces al año- los cultivos, con el consiguiente malestar de los agricultores.

Se facilitó la trashumancia que hoy todavía se mantiene, aunque con escasos ejemplos en nuestro país. La Mesta fue una poderosísima organización que tuvo enormes privilegios concedidos por el rey. Quienes formaban parte de ella estaban exentos del servicio militar, de testificar en los juicios y tenían garantizados los derechos de paso y pastoreo, entre otras cosas.

La razón era económica. La lana era el principal producto que Castilla exportaba a Europa y frente a la ganadería, la agricultura quedaba entonces en un segundo plano.

Se crearon itinerarios concretos. Las cañadas reales eran los más importantes y los más utilizados: la Cañada leonesa, partía de León, atravesaba Zamora, Salamanca, Béjar y desde allí se dirige a Plasencia, Cáceres, Mérida y Badajoz, con ramificaciones hasta Portugal y Andalucía.

La Cañada segoviana, partía de La Rioja con dos ramales, el primero se dirigía al suroeste por Burgos, Palencia, Segovia y Ávila, para unirse en Béjar con la leonesa y el segundo partía de Cameros, pasaba por Soria, Sigüenza, El Escorial hasta Talavera de la Reina, continuando por un ramal hacia Guadalupe, Almadén y llegaba al valle del Guadalquivir.

La Cañada manchega nacía en Cuenca y enlazaba con las llanuras murcianas, atravesando La Mancha y parte alta de la cuenca del Guadalquivir.

En las Cortes de Toledo celebradas en 1480 los Reyes Católicos decretaron también que quedase libre el paso de rebaños entre Aragón y Castilla. No solo protegían el pastoreo, había intenciones puramente económicas, para incrementar ingresos arrendando o vendiendo derechos de pastos. 

Con el paso de los siglos entró en decadencia para perder poder y desaparecer en 1836, pero hasta entonces la Mesta había sido en sí un “Estado dentro del Estado”, como en alguna ocasión ha comentado el cronista provincial de Guadalajara, Antonio Herrera Casado.

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