Un entorno de ensueño para presentar cuatro vinos prodigiosos

Una agradable temperatura acompañó el acto. 28 grados en el sevillano barrio de Santa Cruz en los albores de noviembre fueron buen preámbulo para la presentación de una de las colecciones de vinos más esperadas de la temporada: los Finos Las Palmas, un conjunto de cuatro vinos que Tío Pepe elabora desde el año 1880. Las Palmas son denominaciones que, como muy bien definió Manuel María González Gordon, descendiente de los fundadores de González Byass (grupo al que pertenece Tío Pepe), en su libro ‘Jerez-Xeres-Sherry’ escrito hace más de 80 años y considerado como la Biblia del Jerez, «se aplican a aquellos vinos finos que se distinguen notablemente por su limpieza, finura y delicadeza en el aroma, y el número de palmas es proporcional a su grado de vejez».

Cada colección de Finos Las Palmas es seleccionada por Antonio Flores, enólogo de Tío Pepe y recientemente nombrado ‘Mejor enólogo español del año’ conjuntamente con un experto en el mundo vinícola ajeno a la propia bodega que varía de año en año. En esta ocasión, Flores ha contado con la ayuda de Gerard Basset, Master of Wine y Master Sommelier. Ambas narices privilegiadas han puesto sobre la mesa su intuición, sabiduría, tiempo, tiza y venencia en un incesante trabajo en bodega para descubrir y seleccionar estos cuatro vinos que año a año fascinan al mundo.

Venencia en mano, Flores y Basset han catado las mejores botas de la solera (las botas- toneles o barriles así llamados en Jerez- que están tocando el suelo) de amontillado fino para elaborar la colección. Una Palma, fruto de la evolución en el tiempo de un Tío Pepe con seis años, se ha elaborado a partir de la selección de tres botas, de un total de 142, botas en las que el velo de flor (capa de levadura formada sobre la superficie del vino) aún muestra el vigor de la vida.

Dos Palmas procede de dos botas seleccionadas entre 150 y es resultado de ocho años bajo velo de flor. Tres Palmas, que ya es un Tío Pepe con la crianza biológica llevada al extremo, con trazos de levadura que languidecen tras 10 años de envejecimiento, procede de una única bota seleccionada entre 150 y, por último, Cuatro Palmas, originado en solo una de las seis botas que envejecen en González Byass desde hace 51 años, es un amontillado viejísimo que muestra la sorprendente capacidad de Tío Pepe de evolucionar en el tiempo gracias a la labor de selección y clasificación de la bodega y del que Antonio Flores dijo en la presentación que «no hay dinero que pague lo que vale este generoso, el mejor del mundo».

Presentación en Sevilla

«Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, y un huerto claro donde madura el limonero», así comienza uno de los poemas recogidos en la obra Campos de Castilla de uno de nuestros poetas más renombrados, Antonio Machado. Nacido en el Palacio de Dueñas cuando los administradores de la Casa De Alba alquilaban parte de este a familias de clase media, Machado pasó su infancia entre los patios de este monumento de la arquitectura gótico-mudéjar y renacentista viendo los mismos patios que recorrimos el pasado jueves 3 de noviembre los privilegiados invitados a la presentación de las Cuatro Palmas. En cada patio se presentó y degustó una de las Palmas, presentado el acto -¡cómo no!-, por Antonio Flores acompañado de un guitarrista jerezano que amenizó los poemas de Machado recitados por el renombrado enólogo.

Una encantadora presentación a la que además del buen tiempo, acompañó la belleza de la poesía y del Palacio de las Dueñas (con Casa de Alba representada por Cayetano Martínez de Irujo) y, sin duda, la elegancia y singularidad de los cuatro vinos.