La historia de un convenio sanitario con Madrid que sigue sin cerrarse
El 27 de marzo del 2014, José Ignacio Echániz aseguró que se había constituido una comisión de trabajo con la Comunidad de Madrid para trabajar con “sensatez, prudencia y responsabilidad”, a fin de firmar un convenio de atención sanitaria para los habitantes de las zonas limítrofes de Toledo y Guadalajara con la comunidad madrileña. Las cifras de atención entre ambas comunidades habían alcanzado unos costes que superaban los 100 millones de euros en 2012, y fue una de las razones que expuso el consejero, durante un pleno de las Cortes regionales. Echániz aseguró que era otra medida para solucionar la “sanidad en quiebra” que habían dejado los socialistas.
El entonces consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Rodríguez, aseguró meses después, en septiembre del año pasado, que no se firmaría ningún convenio con el Gobierno de Castilla-La Mancha, aduciendo que las deudas del Ministerio llegaban a los 56 millones. Rodríguez aseguró así que Madrid “no podía asumir los gastos de los ciudadanos de Castilla-La Mancha” y que, a pesar de las declaraciones de Echániz, “si no pagan, no vamos a firmar el convenio”. A pesar de que José Ignacio Echániz es también el cabeza de Sanidad del Partido Popular, Rodríguez lo atacó, señalando que “uno no puede comprarse un coche si no tiene para pagarlo”.
Dos meses después, ambos consejeros señalaban que ya se había “firmado” un convenio entre ambas comunidades, siempre y cuando Castilla-La Mancha debía pagar el 95% de las costas de los pacientes castellanomanchegos atendidos en instalaciones madrileñas. En este sentido, desde Toledo los pacientes podrían acceder al Hospital del Tajo de Aranjuez, y al Infanta Cristina de Parla, mientras que en Guadalajara, podían acceder al Ramón y Cajal de Madrid, el Hospital de la Paz, además del Puerta de Hierro en Majadahonda.
Este anuncio parecía finalizar los trámites del convenio, y asegurar también la asistencia sanitaria de los vecinos castellanomanchegos de las zonas más demandadas. Sin embargo, el mismo Gobierno regional ha publicado información contradictoria al respecto y, de hecho, todavía a finales de febrero de este año, el Consejo de la Comunidad de Madrid no había aprobado dicho convenio sanitario, tal como ha denunciado el PSOE regional, que esgrimió la documentación como pruebas. No sólo esto. En febrero de este año, el Gobierno regional aseguró que el convenio tendría dos años de duración, prorrogables, pero en noviembre de 2014 habían señalado que sería de cinco años.
Mientras los vecinos de la provincia de Guadalajara siguen insistiendo en la necesidad de tener un convenio sanitario con zonas más cercanas, para dejar de ser derivados a otros hospitales de la región, como el de la Ciudad Real, la realidad es que el convenio todavía no se concreta. Desde la Consejería de Sanidad se ha señalado que el Consejo de Gobierno de Madrid remitió recién el pasado jueves el convenio a la Asamblea de Madrid para su debate, y que el mismo se aprobará en las Cortes de ambas comunidades autónomas “en las próximas semanas”. La firma que se ha publicitado desde el Gobierno regional todavía no se ha producido, y sólo existe una foto entre ambos consejeros.
El PSOE regional ha señalado que la pronta disolución de las Cortes de Castilla-La Mancha, antes del 24 de mayo, hará que este convenio finalmente no se firme durante esta legislatura, a pesar de las continuas promesas que ha hecho el Gobierno regional. La convocatoria de las próximas elecciones autonómicas se formalizará el 31 de marzo, tal como ha afirmado el responsable de Sanidad socialista, Fernando Mora, y el proceso de aprobación del convenio sigue sin concretarse, a pesar de que María Dolores de Cospedal señalara que el tema estaba ya resuelto, “incluso antes de llegar a la Presidencia de la Junta de Comunidades”.