La “injusticia interesada y programada” que deja sin agua a la Sierra Norte de Guadalajara
Se abre una página más en la guerra del agua en Castilla-La Mancha y, en concreto, en la provincia de Guadalajara. La (guadalajareña) consejera de Fomento, Elena de la Cruz, aseguraba el pasado jueves en las Cortes regionales que la mitad de los empleos que se generan en el mundo están vinculados al agua. Eso parece que lo tienen claro los municipios que integran la incipiente Asociación de Ribereños de los Embalses de El Vado y Beleña de la que forman parte, de momento, Tamajón, Valdesotos, Retiendas, Cogolludo, Semillas y Campillo de Ranas aunque su problemática, con respecto al agua, es similar en más de una docena de municipios del entorno.
Son pueblos pequeños o muy pequeños. El mayor de ellos (Cogolludo) no pasa de 600 habitantes según el padrón de 2015. El presidente de esta nueva asociación de ribereños a los ‘otros embalses’ de Guadalajara -mucho más al norte de los conocidos como ‘cabecera del Tajo’- asegura que esta zona vive “un problema medioambiental de primerísimo orden relacionado con la falta de agua y depuración”.
Eugenio Esteban de la Morena es el alcalde de Tamajón, un ‘histórico’ edil, que considera “una injusticia interesada y programada” que se estén realizando inversiones para desarrollar la zona más al sur de la provincia y el Corredor del Henares, tanto en la parte de Guadalajara como en la de Madrid, “mientras se abandona la nuestra que es donde está la fuente del recurso, el agua”.
Al norte de la provincia de Guadalajara hay más de media docena de embalses, entre ellos Alcorlo, Beleña, el Vado o el Pozo de los Ramos vinculados a los ríos Sorbe y Jarama. Gracias a ellos ‘bebe’ parte de la provincia de Guadalajara y de Madrid. Esteban de la Morena recuerda que solo en Cogolludo y en Tamajón hay 500 hectáreas de agua embalsada. “Si no fuera por ellas el Corredor del Henares no podría beber. ¿De dónde beberían Alcalá de Henares y Guadalajara”, se pregunta.
El “desprecio total” de las administraciones
El alcalde lamenta como el agua se marcha o se pierde. “Los ríos son un secarral” en los que, además, vierten sus aguas fecales los municipios de la zona que carecen de depuradoras. Cree que todos esos núcleos urbanos “por muy pequeños que sean” deben tener servicio de depuración de aguas.
Es el caso de Muriel, una pedanía de Tamajón, donde “hay un problema que no está en los escritos, porque no hay agua para beber”. Ya en otras ocasiones había denunciado la “falta de colaboración” de la Confederación Hidrográfica del Tajo que es quien explota la presa de Beleña. “El agua la cogemos del río y medio pueblo de Muriel vierte en la presa. Para el otro medio hay una depurada que hizo la Confederación, de mala manera y que es inaccesible”. Lo mismo se repite, lamenta, en más de media docena de pueblos del entorno como Retiendas, Campillo de Ranas, Campillejo, Almiruete, Palancares, Majaelrayo, Valverde de los Arroyos…
En la Sierra Norte de Guadalajara hablan de “desprecio total de las administraciones” hacia sus necesidades o posibilidades de desarrollo “¡Es que pasan olímpicamente! Ahora una tercera conducción desde el embalse de Alcorlo. Ahora un túnel por allá…”, comenta visiblemente enfadado el alcalde.
Eugenio Esteban de la Morena es alcalde por el Partido Popular pero reconoce que “no ha habido ningún gobierno que nos haya conseguido algo. Todo lo que tenemos lo hemos ganado en los tribunales”. Lamenta que las zonas rurales estén cada vez más despobladas y ríos como el Sorbe “son una cloaca, en la que ya no te puedes ni bañar”.
Piden “a gritos” embalses de regulación
Una de sus reivindicaciones pasa por la puesta en marcha de embalses de regulación. “Lo pedimos a gritos porque lo que ahora tenemos son embalses de explotación. Cumplen una función. Se llenan y se vacían pero no hay regulación en la cabecera y ahora mismo que está el río Sorbe Seco, se podían estar desembalsando 15 o 20 metros cúbicos por segundo para que el río tuviera agua. Los muros son fronteras para toda la fauna, para las truchas…”, comenta el alcalde.
Es lo que ocurre, por ejemplo, con el embalse de El Vado. “Ahora está lleno y en 20 días se lo beben los de Madrid y se queda como un secarral”. Fue construido para asegurar el agua de los regadíos en la comarca de la Campiña de Guadalajara. Pero de ahí se pasó a utilizarse para el consumo humano (a Madrid). “Me parece bien e incluso que se llene y se lo lleven pero le falta el complemento, un pantano de regulación para que el río Jarama no sea un hilo de agua”. Propone construir pequeñas presas de 15 hm3. “No hablo de hacer un muro de 150 metros de altura sino de pequeñas presas que convertirían la zona en un vergel”.
“La FEMP se olvida del medio rural”
Tampoco se libra de las críticas la Federación de Municipios y Provincias (FEMP) de la que dicec que está “gobernada por los cuatro ayuntamientos grandes. ¿Para quién legislan? ¡Para ellos! Pero se olvidan del medio rural y luego vienen con los programas Leader. Son bienvenidos pero, claro, el recurso más importante que tenemos es el agua”
En su opinión, “el agua está creando riqueza en otros sitios y nos alegramos pero nosotros cada vez estamos más empobrecidos”, lamenta porque en la zona no hay inversión pública que, sostiene, serviría para crear más empleo y fijar población. “Es una cadena”.
Plantar cara al Canal de Isabel II
Eugenio Esteban de la Morena ha sido nombrado recientemente vicepresidente de la Federación Nacional de Municipios Afectados por Embalses, en la que pretende que Guadalajara tenga “voz propia” en nombre de unos municipios que vienen cobrando desde los años 90 el llamado Impuesto de Bienes Inmuebles de Especiales Características (BICES) por el que cotizan, entre otros, las confederaciones hidrográficas y las compañías eléctricas. Un impuesto similar al IBI que recaudan estos municipios y que a lo largo de los años ha experimentado varias subidas coincidiendo con la actualización de los valores catastrales. Esteban de la Morena recuerda la necesidad de una nueva actualización, en particular, en lo que se refiere a los valores catastrales vinculados a la presa de Beleña.
Otro de los problemas de la zona a la que representa tiene que ver con el madrileño Canal de Isabel II, que cuenta con una conducción de agua desde el río Sorbe, en la provincia de Guadalajara, hasta el Jarama, ya en Madrid. “No estamos de acuerdo con los actuales valores catastrales de esa conducción de agua, ni con los del embalse del Vado o el azud del Pozo de los Ramos”.
La “pelea” con el Canal de Isabel II es histórica. “Nos devuelven los recibos y así estamos”. Y es que, en su pugna con el Canal “el Castastro de Guadalajara no se declara competente para resolver sobre el BICES que afecta a la conducción porque pasa por dos Comunidades Autónomas. Tampoco el Catastro de Madrid. ”Ha de ser la Dirección General del Catastro quien califique el BICES, asegura para mostrar sus “sospechas” de la existencia de unos 15 kilómetros de túneles que no aparecen en ningún sitio y, por tanto, no pagan. La Federación nacional realizará para los ayuntamientos afectados un estudio sobre las conducciones de agua. “Queremos movilizar las conciencias”, concluye.