Este blog se dedicará a hablar de uno de los fenómenos más incipientes de la actualidad: el mundo seriéfilo. Recomendará, analizará y traerá curiosidades de series de televisión estadounidenses, británicas, europeas y de otros países del mundo.
La telerrealidad en sus distintos formatos es un género televisivo hiper desarrollado a lo largo de la historia de la pequeña pantalla. En España, más conocido por reality show, es un tipo de programa que tiene bastante aceptación y audiencia: ‘Gran Hermano’, ‘Adán y Eva’, ‘Granjero busca esposa’, ‘¿Quién quiere casarse con mi hijo?’ o ‘Un príncipe para Corina’, entre otros. La serie sobre la que trato esta semana pretender ser una parodia o sátira ácida de ‘The Bachelor’, programa estadounidense donde un chico apuesto es cortejado por 25 mujeres, que lleva unas 20 ediciones en la cadena ABC.
‘Unreal’, creada por Sarah Gertrude Shapiro y Marti Noxon para el canal ‘Lifetime’, es una autopsia de este tipo de programas o, en definitiva, una disección de una ‘realidad’ adulterada. La primera, Sarah, trabajó varios años en ‘The Bachelor’ de los que no se llevó muy buena experiencia; y, la segunda, con una dilatada carrera en series de televisión como ‘Buffy, cazavampiros’, ‘Mad Men’ o ‘Glee’ ayudó a escribir el piloto que daría luz verde a una ficción que introduce a la televisión dentro de la propia televisión. Un producto meta-televisivo en un canal -’Lifetime’- del que prácticamente no se le conocen producciones reseñables.
Tras haber sufrido una terrible crisis en el final de la temporada anterior, la productora Rachel Goldberg (Shiri Appleby) vuelve a retomar su trabajo en un nuevo episodio del exitoso y afamado programa sobre citas: ‘Everlasting’. Quinn King (Constance Zimmer), la cínica y despiadada productora ejecutiva, vigilará de cerca todos sus pasos mientras realiza lleva a cabo algo de “buena” televisión. Así, ellas dos y todo el equipo del programa utilizarán todas las técnicas de manipulación posible para conseguir que el show obtenga la mayor audiencia posible.
Es fácil, tras el visionado del piloto, acordarse de series como ‘Studio 60 on the Sunset Strip’ o incluso ‘The Newsroom’ de Aaron Sorkin, en ese afán por mostrar lo que ocurre entre bambalinas. La serie de ‘Lifetime’ intenta desarticular todos los mecanismos narrativos de este tipo de formatos para que de alguna manera descubrir ante el espectador una selva salvaje y despiadada donde los límites de la ética y moral son muy difusos. Una ficción meta-televisiva que nos muestra la telerrealidad donde la manipulación y la mentira se convierte en un arte: todo por el bien del show y de la audiencia.
El eminente halo culebronesco de ‘Unreal’ se abre paso a través de un sátira ácida con un rescoldo crítico. Una quirúrgica disección de la ‘realidad’ adulterada. La muestra perfecta de la prostitución televisiva que tan fielmente se puede reconocer en nuestra televisión actual. Donde el cinismo se sirve en platos hondos y las mentiras se sirven en ensaladeras tanto para las chicas -pretendientas- y el chico como para las propias protagonistas. Así, no solo hay televisión dentro de la televisión sino también ficción dentro de la propia ficción. Una farsa que se convierte en realidad llena de cinismo y autodestrucción que le dan ese tono oscuro y macabro.
Quinn y Rachel son el alma mater de ‘Unreal’; el pilar donde absolutamente todo pivota. Ellas dos, a su manera, son dos auténticas zorras -con cariño- con un fuerte componente feminista. La potencia de estos personajes femeninos está en sus matices y sus contracciones que los dotan de complejidad. Unas actitudes y características que bien puede recordar al antihéroe clásico televisivo. La transferencia de caracteres se irá produciendo poco a poco aunque más de un lado que del otro: Rachel irá evolucionando en Quinn. Su lucha por derrocar el patriarcado y cambiar ‘Everlasting’ será aún más aguda en la segunda temporada -actualmente en emisión-. De hecho, conseguirán postular el primer chico negro, con los prejuicios que ello conlleva, de la historia del programa. Así, ‘Unreal’ destaca por ese enfoque feminista y racial que retrata a la perfección la sociedad estadounidense.
Una serie ligera, fresca y adictiva que fue la sorpresa veraniega del año pasado y que en esta segunda temporada se confirma como una ficción a seguir; de hecho, ya ha renovado por una tercera. Un producto que te da más de lo que esperas y que al menos sirve para abrir los ojos de algunos. Que con sus virtudes y sus defectos se le escapan diálogos afilados y corrosivos.
Un recomendación perfecta para aquellos que quieran ver las tripas a este tipo de formato televisivo.
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Este blog se dedicará a hablar de uno de los fenómenos más incipientes de la actualidad: el mundo seriéfilo. Recomendará, analizará y traerá curiosidades de series de televisión estadounidenses, británicas, europeas y de otros países del mundo.