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Ayer tuve la suerte de participar en la celebración del día de las mujeres rurales, organizada por FADEMUR en Avilés (Asturias). Más de 1.000 mujeres procedentes de toda España, celebrando, pero, sobre todo, reivindicando.
Este año, FADEMUR ha cumplido 20 años desde su fundación, en un acto similar celebrado en Cáceres en 2004, y al que tuve la oportunidad de asistir como asesor de la ministra Elena Espinosa que, con su presencia y sus palabras, dio el espaldarazo decisivo para que FADEMUR se convirtiera en el referente que es hoy en nuestro país, en la defensa de la igualdad, el feminismo y los derechos de las mujeres rurales.
Hoy, veinte años después, la lucha sigue siendo necesaria, aunque se ha avanzado extraordinariamente en las dos ultimas décadas, en gran parte, debido al trabajo y compromiso de FADEMUR a nivel nacional y en todas las Comunidades Autónomas.
En este período, durante ocho años, he tenido el honor, además, de ser consejero de agricultura en Castilla-La Mancha. Entre las prioridades de estos años, situamos el apoyo al modelo de agricultura familiar, la incorporación de jóvenes al campo y la defensa -y visibilización- de los derechos de las mujeres en el ámbito rural.
Fui consciente que una de esas prioridades, la que se orientaba al papel de las mujeres rurales, era el eslabón imprescindible para garantizar el futuro de nuestros pueblos -y de nuestro sector agrario-. El aprendizaje adquirido de las mujeres de FADEMUR a lo largo de todos estos años de anhelos y luchas comunes, y la cooperación de la organización en Castilla-La Mancha nos llevó a elaborar, en 2019, el primer Estatuto de las Mujeres Rurales de toda España, aún hoy, el único en vigor.
El Estatuto equipara a las mujeres con los hombres en los órganos de decisión de las entidades agrarias y rurales, aumenta las ayudas -y establece prioridad- para las mujeres en todas las convocatorias de la administración regional y, de una vez por todas, cambia el paradigma del futuro del medio rural y del sector agrario, en el que las mujeres adquieren el papel preferente.
La política es útil cuando, lejos de dejarse llevar por lo ya realizado o lo que siempre se ha hecho de una manera, apuesta de manera valiente por transformar el mundo y la realidad de las personas, haciendo que la sociedad progrese. Es la política en la que creo, la que merece la pena.
He podido contarlo en Avilés con 1.000 mujeres que ejercen el liderazgo en sus pueblos y comarcas de toda España, y me siento hoy muy orgulloso.
Y no podía dejar pasar la oportunidad de contarlo.
Ayer tuve la suerte de participar en la celebración del día de las mujeres rurales, organizada por FADEMUR en Avilés (Asturias). Más de 1.000 mujeres procedentes de toda España, celebrando, pero, sobre todo, reivindicando.
Este año, FADEMUR ha cumplido 20 años desde su fundación, en un acto similar celebrado en Cáceres en 2004, y al que tuve la oportunidad de asistir como asesor de la ministra Elena Espinosa que, con su presencia y sus palabras, dio el espaldarazo decisivo para que FADEMUR se convirtiera en el referente que es hoy en nuestro país, en la defensa de la igualdad, el feminismo y los derechos de las mujeres rurales.