La atención temprana no se va de vacaciones o la tele intervención que llegó para quedarse tras la pandemia
Laura es una niña que necesita servicios de atención temprana. Tiene entre cero y seis años y presenta algún tipo de trastorno en su desarrollo, sufre discapacidad (o riesgo de padecerla) y puede estar en una situación de vulnerabilidad o de dependencia. Su familia no pasará el verano en su lugar habitual de residencia así que se beneficiará de la tele intervención. Sus padres recibirán los consejos y recomendaciones de su profesional de referencia -al que ya conocen en su día a día- a través de un dispositivo móvil.
El de Laura es un caso 'tipo', pero existe y además funciona bien en Castilla-La Mancha. Durante la pandemia de COVI-19 los centros de desarrollo infantil y atención temprana (CDIAT) adaptaron su manera de trabajar.
La tele intervención llegó para quedarse. “Siempre habíamos utilizado vídeos para cerrar determinadas del día como el baño de la tarde o la cena e incluso el propio sueño, pero la pandemia permitió implantar algo que ya existía en otros países”, explica Paola de la Mano, responsable de Atención Temprana en el movimiento asociativo Plena Inclusión..
Y es que ya hace muchos años que existen experiencias con demostrada evidencia científica: la tele intervención es una forma de trabajo complementaria que aporta beneficios similares a las sesiones presenciales y que resulta útil a las familias durante las vacaciones de verano o en otras épocas y situaciones que hacen imposible el servicio presencial.
Paola de la Mano es educadora social y cuenta con 20 años de experiencia profesional. Explica que la tele intervención “no se basa en una tele llamada y ya está. Ha de cumplir requisitos basados en los principios de la atención temprana. En Castilla-La Mancha ha funcionado”.
“El profesional y la familia de Laura acordarán juntos un día de reunión en la que se conectarán a la plataforma. Es importante que se conozcan”. Con la llegada de la tele intervención ha cambiando la forma de invertir recursos, reconoce la profesional. “Al principio hubo ayudas para que las familias tuvieran acceso a los dispositivos móviles. Ahora ya los tiene casi todo el mundo”.
Lo habitual es diseñar un plan de apoyo diseñado para cada familia, según sus necesidades y preocupaciones. “Se marcarán los objetivos y las estrategias. También el periodo de trabajo. Es algo que se va revisando”. La clave estará en conseguir que el niño o niña “vaya teniendo cierta autonomía a la hora de comer, de vestirse... Se pone en práctica en aquellos momentos del día que pueden ser más angustiosos o estresantes para las familias, además de ser desafíos para el propio niño en su proceso de desarrollo”.
Paola de la Mano anima a las familias “a probar para que comprueben el valor que pueda tener para ellos e incluso para los familiares. Creo que tiene muchas bondades que los propios profesionales también tienen que ir encontrando”.
Gratuidad por ley desde 2023
La tele intervención “ha venido a cubrir una necesidad no cubierta ya tenga que ver con los horarios de la familia, las dificultades por las distancias en los desplazamientos u otras cuestiones” y además, añade, “es una manera de evitar que la intervención se paralice. La continuidad es importante”. Sin embargo, advierte la profesional, esta es una modalidad “complementaria y no sustitutiva de la sesión presencial”.
La atención temprana es un conjunto de intervenciones dirigidas a niños y niñas con dificultades en su desarrollo o en los que se aprecie factores de riesgo biológico o social. Desde febrero de 2023 una ley garantiza su gratuidad en Castilla-La Mancha y además incluye la tele intervención. Las familias pueden solicitar este servicio que se atenderá desde uno de los cinco centros base que hay en esta comunidad autónoma.
Ya no es una mera práctica clínica. “Ahora no se trata de que el niño entre a una sala con el profesional mientras la familia espera fuera, sino que ese profesional se acerca al entorno del niño o niña, en la medida de lo posible, para que tenga oportunidades de desarrollo potenciando capacidades y aprendizaje”.
Castilla-La Mancha, Canarias, Murcia y Andalucía son las únicas comunidades autónomas que cuentan con este tipo de legislación, más o menos desarrollada, pero no hay datos que puedan determinar cuál es la población diana candidata a recibir atención temprana en España, reconoce Paola de la Mano. “Algunos estudios hablan de un 10% de la población y otros del 21%. La variación en la cifra está en los criterios que se utilizan. Por ejemplo, muchos investigadores apuntan la necesidad de hacer un seguimiento de los hermanos de los niños con trastorno del espectro autista porque pueden desarrollarlo”.
El Gobierno de Castilla-La Mancha aseguró el pasado mes de junio que “no hay listas de espera en Atención Temprana”. Unos 400 profesionales atienden en la actualidad a más de 7.200 niños y niñas. “Los equipos están formados por un coordinador, un fisioterapeuta, un logopeda y por una persona que trabaja en la estimulación. Hacen un trabajo global en las rutinas”, explica la educadora social. ¿Son suficientes?, preguntamos. “No. Siempre se necesitan más y también mayor grado de formación. Hay que seguir alentándola para puedan estar actualizados. Es uno de los grandes desafíos de la universidad”.
El reto social de conectar Ciencia, práctica profesional y gestión pública
En 2013 Plena Inclusión puso en marcha un proyecto de transformación de la atención temprana, en el que ya participan el 80% de los centros de la red pública, pero queda espacio para la mejora. “El reto social está en conectar lo que dice la Ciencia con la práctica. Eso es muy complejo pero el conocimiento debe llevar a los profesionales y a las administraciones públicas”, señala esta especialista.
Dice que Castilla-La Mancha “está abriendo camino para minimizar esa brecha”, pero sugiere “cambiar los procedimientos o la regulación. Le diría que incluso es necesario revisar los planes de estudios en las carreras o estudios universitarios para actualizarlos. No siempre sucede”.
Los ministerios de Derechos Sociales y Sanidad acordaron el año pasado con las comunidades autónomas una hoja de ruta para la mejora de la Atención Temprana en España para reducir los tiempos de espera entre la detección y la prestación de servicios, agilizar los trámites de acceso y que la atención sea lo más personalizada posible. Los territorios gobernados por el PP votaron en contra por considerarla “electoralista”.
“Se pretende que la atención temprana no sea diferente según la comunidad autónoma, sino que se garanticen mínimos comunes”, explica Paola de la Mano.
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