Hace un mes que el agua que baja desde el río Azuer hacia el Guadiana y posteriormente hacia el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel trae un extraño color verdoso que puso en alerta a medios locales así como asociaciones ecologistas y animalistas. El entorno de las Tablas de Daimiel es un Parque Nacional único en el mundo (donde por ejemplo la empresa Coca-Cola ha grabado recientemente un anuncio promoviendo el ecologismo y su trabajo en defensa de la naturaleza) especialmente por su reserva de aves.
Ya pasó hace un año (en octubre de 2013) y este año volvió a pasar: el Azuer, río que baja desde Manzanares y Membrilla, venía de un color cuanto menos dudoso producido por los vertidos. Al principio se apuntó a la depuradora de Manzanares, si bien ahora se sabe que son vertidos producidos por bodegas en la campaña de vendimia (de ahí las fechas). De hecho la Confederación Hidrográfica del Guadiana ha abierto expediente sancionador a cinco municipios por no controlar los vertidos de sus bodegas a los cauces fluviales en vendimia (al 16% de pueblos que se han visitado para probar sus sistemas, así como al 60% de las bodegas visitadas). Esos expedientes serán en función de la gravedad de sus vertidos tanto a los ayuntamientos por no controlar las actividades de sus bodegas como a las propias bodegas.
Los animales están apareciendo muertos en los cauces fluviales. Así se muestra en aves y peces de la zona afectada por esa mancha cuyos cuerpos quedan en tierra o a flote en balsas de agua.
El alcalde de la localidad, Leopoldo Sierra, ha admitido que conocía que había vertidos desde septiembre, cuando le informó la Confederación Hidrográfica, indicándole además de dónde procedían. A pesar de ello, el Ayuntamiento no tomó ninguna medida y de hecho durante este tiempo ha negado en algunos momentos que existiese ningún vertido (afirmando en su día que no era un vertido, sino “algas” propias de la “oxigenación” de la zona). El director del Parque Nacional, Carlos Ruiz de la Hermosa, era quien aparecía en los medios nacionales indicando que el Parque estaba contaminado. Mientras tanto el alcalde y el Equipo de Gobierno municipal incluso increpaban a los medios de comunicación y a los ecologistas de la zona porque decían que estaban haciendo daño a la imagen del Parque con su “alarmismo”.
Aquella balsa que se mandó construir a toda prisa a pocos días de que llegara el agua del Azuer al Parque, como ya contamos en su momento, de nada sirvió. El alcalde ha mencionado que el agua llegó hasta el término municipal de Daimiel (sin llegar a las Tablas) y ahí se frenó la contaminación, pero que las lluvias de noviembre y la apertura del embalse de Vallehermoso hicieron que creciese el nivel del agua lo que hizo que pasase esa balsa y siguiera hacia el entorno natural.
El alcalde se ampara en unos informes de la Confederación Hidrográfica de noviembre que indican que no hay contaminación en esa balsa, a pesar de que los animales muertos aparecen. Tampoco saben nada de estos informes que niegan la contaminación los medios locales y especializados que se informan al respecto (especialmente www.tablasdedaimiel.com) que señala que no se conoce nada de ese informe. Solo se sabe que los animales muertos aparecen en el Parque y al lado del vertido.