El pasado día 16 de febrero falleció José Álvarez de Paz, lo que significa la pérdida de una de las personas más significativas de la Transición Política Española.
En los años de la Dictadura, como tantos españoles que deseaban estudiar, ingresó en el seminario de Astorga hasta ordenarse sacerdote. El tiempo que ejerció de cura lo dedicó a trabajar con los movimientos cristianos más avanzados, como la HOAC y la JOC, así como también a promover asociaciones y movimientos de base naturalmente democráticos y por lo tanto antifranquistas lo cual le ocasionó graves desencuentros con la jerarquía de la iglesia y lógicamente con el régimen político.
Entre otros estudios cursó la carrera de Derecho y ejerció como abogado laboralista en Ponferrada, León y Castilla y León, siendo el defensor de los derechos de los trabajadores, también ejercicio la docencia en la UNED y en un tiempo muy complicado se secularizó.
De su actividad política hay que señalar que fue Diputado por el PSOE en varias legislaturas y también Eurodiputado en Estrasburgo, y asimismo para mejorar su pueblo, Noceda, fue concejal. Finalmente fue el último Gobernador Civil de Pontevedra, ejerciendo dicha tarea en un tiempo de intenso narcotráfico en la zona. Terminadas sus responsabilidades públicas regresó a su despacho.
Quisiera destacar su contribución en la configuración política y constitucional de la Comunidad Autónoma al ser ponente del Estatuto de Autonomía, donde tuve la fortuna de compartir la dirección del debate.
La construcción de Castilla y León tuvo una elaboración muy complicada por ser una Comunidad compleja. Compuesta por dos regiones históricas, como son León y Castilla, nueve provincias, 2.248 municipios y miles de asociaciones, trece obispados, etc..
La elaboración del Estatuto de Autonomía perseguía los acuerdos de la mayoría de los ayuntamientos. A eso hay que añadir las dificultades que generaron los grupos leonesitas y castellanistas que se oponían a su creación. Los debates en la ponencia, en la Comisión y en el Pleno fueron profundamente arduos. A ello hay que sumar la negativa de la derecha de Alianza Popular que se oponía frontalmente y fomentaba los grupos disidentes.
Como ejemplo de su inteligente aportación en una intervención memorable, Álvarez de Paz lo explicó meridianamente: “Nosotros creemos que la Constitución y el Estatuto son un proyecto de futuro. No tenemos ningún interés en hacer entrar por la fuerza a León en Castilla…. Porque incluso para mal, el deterioro de Castilla y León ha estado unido históricamente a las mismas causas de siempre, como puede ser la debilidad del mercado, la emigración del ahorro o el sistema fiscal regresivo… El problema con el que nos encontramos es que Alianza Popular tiene por lo menos cuatro proyectos autonómicos dentro de la Comunidad Castellano-leonesa. En Burgos dicen: Burgos cabeza de Castilla sin León. En León dicen: León sin Castilla. En Segovia dicen: Segovia sin Castilla y sin León. En Valladolid dicen: Castilla sin León. Cuatro opciones por lo menos diferentes. Nosotros creemos que, si un día Alianza Popular llega a gobernar el Estado Español, lo va a tener difícil dentro de su propio Grupo para poner de acuerdo estas actitudes tan contradictorias. Nosotros no lo entendemos”.
No es posible abarcar la semblanza de una persona tan especial como Pepe Álvarez de Paz. Probablemente los rasgos más definitorios de su rica personalidad sean su condición humanista, su capacidad de dialogo, su inteligencia y afabilidad, huyendo de la dialéctica amigo-enemigo y siendo apoyado y acompañado siempre por su mujer Teresina y su hijo David.
Este perfil, creo yo, configura el de un hombre de Estado. Todo esto viene a cuento sobre el debate de los políticos de antes y los de ahora. Este recuerdo coincide con este día 23 de febrero, en el que hace 40 años ambos estuvimos secuestrados en el Congreso de los Diputados.