Ruptura en el independentismo: ERC y PSC se alían en el Parlament para tumbar las delegaciones de voto de JxCAT
Ruptura total entre JxCat y ERC en el Parlament. A pocas horas del comienzo previsto del pleno, ERC se ha aliado en la Mesa con el PSC para dejar sin efecto la delegación de voto de Carles Puigdemont y el resto de diputados suspendidos de JxCat. Gracias a la abstención de Ciudadanos, los republicanos se han desligado del acuerdo alcanzado el jueves pasado con sus socios, para adecuar los votos al informe de los letrados conocido este lunes.
Una vez tumbados sus votos, los cuatro diputados procesados de JxCat han comunicado mediante una carta manuscrita que prefieren perder sus votos a ser sustituidos. “Asumiremos la decisión y nuestros derechos dejarán de ser contabilizados”, han asegurado, en una decisión que deja al independentismo sin mayoría en el pleno por primera vez en la legislatura y en uno de los momentos más sensibles, cuando se producirá la votación de decenas de iniciativas parlamentarias.
Así se ha llegado al pleno en el que la mayoría del Govern ha contado con solo 61 de los 135 diputados de la Cámara. Ante la ausencia de los cuatro procesados de JxCat y de que Toni Comín ya no pueda delegar el voto por no estar reclamado, ni siquiera los cuatro de diputados de la CUP son ya suficientes para que el independentismo llegue a la mayoría absoluta de 68 asientos. En consecuencia, el Govern ha perdido cerca de una docena de votaciones, entre otras la que reafirmaba las resoluciones independentistas de la legislatura pasada o una para reprobar al rey por su discurso de octubre pasado.
La pérdida de votaciones, poco frecuente en debates de política general, ha sido la fotografía de la debilidad en la que se encuentra el Ejecutivo de Quim Torra, que ha perdido la mayoría parlamentaría y con dificultad es capaz de pactar con otros grupos. Las grietas que se abrieron la semana pasada en el Govern, lejos de cerrarse, han seguido creciendo con cada votación perdida en el pleno.
Sin delegación de voto
Antes de entrar a la reunión de la Mesa, Esquerra había hecho suyos los argumentos de los letrados del Parlament, que aseguraron este lunes en un informe no vinculante que las delegaciones de voto de Puigdemont, Jordi Sànchez, Jordi Turull y Josep Rull no se acomodaban al mecanismo aprobado por el pleno el pasado 2 de octubre. Con este informe en la mano, ERC ha reclamado a sus socios que se dejen de “gestualidad” y se avengan a designar unos sustitutos de sus procesados, tal como hicieron sus líderes Oriol Junqueras y Raül Romeva.
JxCat, por su parte, se acoge al acuerdo alcanzado el pasado jueves, por el que sus diputados presentaron peticiones de delegación de voto tal y como les había reclamado el president del Parlament, Roger Torrent. A su entender, el acuerdo del pleno sí les faculta para acogerse a la vía de la delegación, en contra de lo que este lunes consideraron los letrados.
La ruptura entre los socios independentistas ha llegado este martes tras varios meses de zozobra a cuenta de las suspensiones de diputados dictadas por Llarena. El magistrado del Tribunal Supremo dictó un auto en el que suspendía los derechos de los diputados procesados por rebelión y encarcelados, pero habilitó al Parlament para disponer una fórmula por la que no se alterasen las mayorías. Esa fórmula, sin embargo, ha sido motivo de controversia entre los grupos parlamentarios.
JxCat y ERC, finalmente, acordaron una fórmula que se aprobó en el pleno, pero volvieron a dividirse a la hora de aplicarla. El debate de política general está aplazado desde el pasado jueves por las divergencias sobre si los diputados de JxCat podían votar, un episodio que desató los rumores sobre una ruptura dentro del Govern. El PSC ya ha interpuesto un recurso ante el Constitucional alegando que siente sus derechos vulnerados por la forma en la que los diputados de JxCat en prisión han delegado el voto.
