A falta de pocas semanas para que el acceso al Park Güell de Barcelona sea de pago -a patir del 25 de octubre-, la Síndica de Greuges de Barcelona (la defensora del pueblo) cree que la entrada debería estar menos restringida. De pago sí, pero con más excepciones. De esta manera, a través de una investigación de oficio, la síndica, Maria Assumpció Vilà, pone sobre la mesa una salida intermedia entre el modelo que implantará el Ayuntamiento de Barcelona, que obligará a todos los que no sean vecino del parque a pagar 8 euros por entrar, y la propuesta de la plataforma Defendemos el Park Güell, que apuesta por mantener la entrada libre, dada la condición de parque público del recinto.
La síndica no tiene ninguna duda de que “hay que reducir la masificación del espacio” limitando la afluencia, que ahora mismo es de 25.000 visitas cada día -más del 90% de las cuales son de turistas-, y por eso ve con buenos ojos el acceso de pago. Pero considera que se podría exhimir a los menores de edad y a los ancianos -a través de la tarjeta rosa-, y dejar entrada libre en los momentos de menor afluencia o en días festivos. El consistorio prevé limitar la afluencia hasta 800 personas por hora, y 100 más a través del registro Gaudir+BCN.
¿Cómo funciona el Gaudir+BCN?
El Ayuntamiento de Barcelona siempre ha argumentado que el acceso no será del todo de pago para los que no sean vecinos, gracias al registro Gaudir+BCN, un sistema a través del cual los que quieran visitar el parque, sean de donde sean, se podrán apuntar y entrar sin pagar. Pero la síndica lamenta que no se está aportando suficiente información para saber cómo funcionará. En su informe detalla como en dos ocasiones han llamado al teléfono de atención al ciudadano para preguntar sobre el acceso y se les ha respondido que la entrada gratuita será sólo para vecinos, sin ni siquiera mencionar este sistema de registro.
El consistorio dijo hace meses que el Gaudir+BCN era abierto a todo el mundo, pero en la práctica las plataformas vecinales se quejan de que sólo servirá para quienes vivan en Barcelona, ya que los trámites de registro deberán hacerse en una Oficina de Atención al Ciudadano en particular, la de la plaza Sant Miquel. La gestión presencial dificultará que los que viven lejos de la plaza tengan acceso. Por ello, Vilà pide al menos que el registro se pueda hacer desde todas las OAC de la ciudad.
Más defectos: ni plan integral ni participación
La síndica lamenta que el plan de actuación del Ayuntamiento esté dirigido sólo a restringir el uso en la zona monumental del parque -el resto será de acceso libre-, y no a buscar una solución “global” para el espacio, que asegure “la preservación de sus jardines y de la biodiversidad del paisaje”, cuyo uso queda ahora a merced de los turistas en detrimento de los vecinos.
Vilà también deja claro en su informe que, tal como denunciaban los vecinos, “no se dieron los mecanismos ni los instrumentos necesarios para hablar de una verdadera participación” en el proceso de redacción del plan. Según la síndica, la Mesa de Participación no tuvo en cuenta ninguna de las alternativas, porque que las decisiones de cerrar y hacer pagar para entrar en el parque “ya estaban tomadas” de antemano.