El Ayuntamiento de Barcelona quiere evitar el colapso de las zonas céntricas de la ciudad a causa del turismo. Con ese objetivo, el consistorio aprobó en pleno verano un decreto que prohibía el paso a bicitaxis, segways, patinetes eléctricos o carros motorizados en el distrito de Ciutat Vella a partir de este mes de setiembre y durante seis meses. Ahora, el Gobierno de la alcaldesa Ada Colau anuncia un código de buenas prácticas consensuado con el sector de los guías de la ciudad para evitar grandes grupos turísticos que perturben la vida cotidiana de los vecinos.
La declaración del consistorio no sólo prevé limitar la medida de dichos grupos, sino también abogar por la implantación de sistemas de radioguía –para disminuir el impacto acústico de los tours– o planificar itinerarios que minimicen los impactos sobre espacios concurridos de la ciudad. Según ha podido saber este medio, el acuerdo supone “un primer paso” para forjar una regulación “a medio plazo” que regule las visitas guiadas.
Con tal propósito, el de hacer cristalizar una nueva normativa, el Ayuntamiento de Barcelona ha firmado con las Asociaciones de guías turísticos una “Declaración de Buenas prácticas en el guiado de grupos en la vía pública de Barcelona”. El acuerdo en forma de declaración de intenciones se hará extensible en las próximas semanas también a los operadores que organizan freetours.
Según ha informado este viernes el consistorio, las buenas prácticas contemplan además el fomento de la compra anticipada de entradas como sistema para mejorar la organización de la llegada y estancia de turistas. El Ayuntamiento estudia la prohibición del ejercicio de las actividades de guía en el interior de los transportes públicos colectivos.
Con este acuerdo con Asociaciones de guías turísticos habilitados por la Generalitat, el consistorio pretende ampliar la protección de los ciudadanos del centro histórico, cuya masificación turística ha provocado –entre otros– el incremento de los alquileres y la expulsión del vecindario.