El calvario de Carla Mena (identidad protegida) está a punto de terminar, a medias. Este miércoles coge un avión de vuelta a Chile después de finalizar sus estudios de máster en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona; se marcha obligada, pues no ha conseguido renovar su visado, y tiene un procedimiento abierto que le puede acarrear una multa de no menos de 1.000 euros por no disponer de Número de Identidad de Extranjero (NIE). Carla fue detenida el pasado 4 de mayo y pasó una noche en un calabozo por estar indocumentada. No había conseguido cita previa en la Oficina de Extranjería para prorrogar su visado pese a disponer de toda la documentación requerida.
Mena tenía desde hacía un año toda la documentación a punto para renovar su visado como estudiante, pero no consiguió cita previa en el servicio telemático de la web del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas. El suyo es un caso extremo, pero no aislado. “Hay muchas personas sin papeles porque no consiguen cita; y si se te pasa el tiempo, lo tienes complicado”, destaca el abogado Luciano Banchio del Espacio del Inmigrante de Barcelona, y abogado de Mena.
Banchio, miembro del Ilustre Colegio de la Abogacía de Barcelona (ICAB) no es la primera vez que denuncia una situación como la de Carla. Desde el ICAB, de hecho, el mismo mes de mayo de este año en que fue detenida Carla, se hizo llegar una petición –a través del Defensor del Pueblo– a la Oficina de Extranjería de Barcelona: personas pendientes de entregar papeles se estaban quedando en situaciones irregulares por no conseguir cita con la administración.
Mena vino a Barcelona en octubre de 2014 a cursar un Máster en Salud Pública. Estaba becada por el gobierno chileno con unos 1.300 euros al mes. La solvencia económica es uno de los puntales para conseguir la renovación del visado, por lo que gracias a los trámites con la universidad, consiguió su permiso hasta junio de 2015. Tres meses antes que venciera su fecha, en mayo, empezó a pedir día y hora a través de la aplicación y la web de Extranjería: “No disponible”. Una vez tras otra.
A punto de caducar su visado decidió acudir a Extranjería. “Lo sentimos mucho, pero no te podemos atender aquí, tienes que hacerlo mediante la cita previa”. Desesperada por la situación, pidió –sin fortuna– que el cónsul de su país mediara. Finalmente obtuvo una fecha, pero en noviembre de 2015 en la Oficina le respondieron que había caducado el tiempo para su renovación y que, por tanto, no podían darle la prórroga.
Fue entonces cuando Luciano Banchio interpuso un recurso que se alargó durante meses. Suficientes como para que, en mayo de este año, y a punto de entregar su trabajo de final de máster, Carla fuera detenida y llevada a un calabozo en el que permaneció 13 horas.
Un domingo, en la Rambla del Raval –al lado de su casa– la policía le pidió los documentos. No tenía encima los recursos interpuestos por su abogado, por lo que, indocumentada, le dijeron que debían llevarla a la comisaría. “Me tomaron los datos, era sobre la una de la mañana de un domingo. No pude llamar al abogado a esas horas. Con toda la angustia pasé la noche allí. Me registraron como a un delincuente y me vi en una celda de tres por tres metros pese a que quería arreglar mi situación desde hacía un año”, recuerda Carla, pocas horas antes de partir a Chile. “Lo que me pasó es muy serio, pero hay casos peores... A mi lado había un chico en el calabozo con una situación similar a la mía... Él ni siquiera hablaba castellano”, añade.
Hacia la 13h del día siguiente a la detención, fue liberada e informada que se le abría un procedimiento que podía acarrear una multa de 1.000 euros. Luciano Banchio presentó otro recurso, esta vez a nivel judicial, para esquivar dicha multa y para reparar los perjuicios a su clienta: la estudiante tuvo que renunciar a un vuelo ya comprado para un voluntariado a Marruecos por no tener NIE. Ahora, Carla está a punto de abandonar el país: sin visado, y sin saber si además tendrá que pagar o no.
¿Colapso en Extranjería?
Según informa Luciano Banchio, son múltiples los casos de personas que entran en una encrucijada burocrática por no conseguir cita previa a tiempo con la administración. La denuncia la apoya el Espacio del Inmigrante de Barcelona, que también explica que el mensaje más concurrido estos días en la web de la subdelegación del gobierno en Catalunya sigue siendo “no hay suficientes citas disponibles”.
“La de Barcelona es la provincia que más peticiones de citas recibe, y ya en verano se colapsó”, dice Luciano Banchio que, dentro del ICAB, ha seguido la problemática con las citas los últimos meses. El mismo abogado destaca que, ante la desinformación en los procedimientos, algunas personas –las más privilegiadas– acaban acudiendo a los profesionales para que les ayuden, como fue el caso de Carla. “Los inmigrantes siguen sin tener información, en Extranjería te dicen que puedes presentar en cualquier registro. Hay muchas vías abiertas y al final no accedes por desinformación”, matiza.
Por el contrario, subdelegación del Gobierno en Catalunya respondía al ICAB el pasado mes de junio que en relación a las expediciones de tarjetas de extranjeros y autorizaciones de retorno se había “solucionado el problema” y que para el resto de trámites se había aumentado la jornada a 26 funcionarios.
Este miércoles, la Oficina de Extranjería ha hecho llegar una nueva circular al ICAB donde destaca que se permite a los familiares de residentes comunitarios pedir cita aunque tengan vencidos sus plazos. “El resto, arraigo y reagrupamiento familiar, siguen igual... Hay que pedir cita. En principio se dejan más recursos para las citas desde Extranjería... Habrá que ver si en la práctica sucede algo”, añade Banchio.
La subdelegación del Gobierno ha informado a Catalunya Plural que, sólo del 28 de setiembre al 1 de octubre, se han dado más de 4.000 citas. No disponen, eso sí, del número de peticiones. “Todo funciona con normalidad”, zanjan.