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El barrio de Sagrada Familia se manifiesta de nuevo contra el turismo masivo

Vecinos de Sagrada Familia en una de las manifestaciones contra el turismo

Cristina Palomar

Barcelona —

Cristina Palomar/Barcelona

Los vecinos de Sagrada Familia volverán a salir a la calle este sábado 29 de noviembre para protestar contra la invasión turística que sufre el barrio y contra la incapacidad del Ayuntamiento de Barcelona para solucionar los problemas de convivencia provocados por la masificación del entorno del templo expiatorio. La primera movilización contra el modelo turístico de CiU basado en el monocultivo turístico la celebraron el pasado 19 de septiembre, a rebufo de las protestas de los vecinos de la Barceloneta contra los apartamentos turísticos ilegales.

La manifestación, convocada por la Asociación de Vecinos de Sagrada Familia y por la Plataforma Recuperem el Niza, empezará al mediodía en la esquina de las calles Aragón y Marina, precisamente uno de los puntos negros respecto a la concentración de turistas que se dirigen hasta la Sagrada Familia desde los aparcamientos para autocares de la avenida Diagonal. La marcha, bajo el lema Aturem el turisme massiu, pasará por las calles que conforman el itinerario habitual de los grupos organizados de turistas y acabará delante del monumento de Antoni Gaudí.

Las entidades vecinales han justificado la organización de una nueva manifestación por “la inoperancia y la falta de voluntad política” del regidor del distrito del Eixample, Gerard Ardanuy, para escuchar las quejas del barrio y para consensuar con los vecinos las soluciones. “Los vecinos y vecinas estamos ofreciendo alternativas pero no nos hacen caso. Hemos de conseguir que la movilización del barrio obligue al Ayuntamiento a tomar las medidas adecuadas y así poder llegar a una solución armónica entre turismo y convivencia vecinal”, remarcan en el manifiesto.

Después del fracaso del pleno extraordinario que se celebró el 15 de octubre pasado en el distrito para abordar los problemas del turismo en Sagrada Familia, la comunicación entre vecinos y Ayuntamiento es prácticamente inexistente. CiU y PP se unieron una vez más para rechazar una propuesta presentada por los grupos de PSC, ICV-EUiA y Unitat per Barcelona que recogía todas las demandes vecinales, entre ellas las que instaban al consistorio a exigir a la junta de la Sagrada Familia medidas para disminuir el impacto que la presencia diaria de miles de visitantes tiene en la ocupación del espacio público de las calles de alrededor del templo.

Para evitar ir a remolque de las peticiones de las entidades vecinales, Gerard Ardanuy anunció durante el pleno monográfico la elaboración de un plan de medidas que incluiría mejoras de movilidad así como la reordenación del espacio público alrededor del templo y la implicación de la junta. Sin embargo, a pesar de que el regidor del Eixample aseguró a los vecinos que el plan sería “inminente” y que estaría preparado en pocas semanas, ha pasado más de un mes desde el anuncio y en el barrio nadie sabe nada.

La celebración de una nueva protesta coincide en el tiempo con la publicación, por parte del Ayuntamiento, de la Encuesta de Servicios Municipales que el consistorio hace anualmente para conocer la opinión de los barceloneses, y donde aparece el turismo como uno de los principales problemas de la ciudad en el séptimo lugar de una lista de veinte que encabeza el paro. Por barrios, la masificación turística es la queja principal de los vecinos de Sagrada Familia y la segunda preocupación para los vecinos de la Barceloneta.

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