Muy bien pues. “Elecciones” para los partidos políticos es el equivalente a las cajas de cartón por los gatos: se pondrán dentro corriendo sin saber qué hay en el fondo. No pueden resistirlo, es su razón de ser. Sin elecciones no hay cargos electos. Sin cargos electos no han asesores, ni cargos elegidos discrecionalmente en las Administraciones Públicas. En fin, no money, no party. Los partidos, sin elecciones, dejan de serlo. Pensándolo bien, la comparación con los gatos quizás es un poco exagerada. Los gatos todavía pueden sobrevivir sin cajas.
Una semana después de la Declaración de la República en diferido, el 155 se disfrazó de - tachán - elecciones anticipadas. El 155 es un monstruo sin forma identificable, que es la no-forma que toman los peores de los monstruos. Algunas veces muta en forma de amenaza de porra y barrotes; otras se reviste, radiante y constitucional, en la representación del pacto como el Único medio para conducir la minoría tumultoso y delirante hacia su propia salvación. Es difícil saber qué es el 155. De momento, sólo hay una cosa clara: es un instrumento político en manos del Ejecutivo más anti-sistema y corrupto que ha existido desde que existe la democracia. (Nota: democracia no es un código binario, sino gradual. Basta ya de decir que “España es una democracia”, como si el trabajo ya estuviera hecho). Por su parte, la fiscalía - a por ellos oé oé - anuncia que - más dura será la caída- quieren acusar a todos los Consellers por, atención: rebelión, sedición, y malversación de fondos. Estos días lo que con más debate está generando por su desproporcionalidad es el delito de rebelión. Al tanto, pues, que no sea premeditado: acusarlos de rebelión para desestimar los cargos y parecer que son moderados para encarcelarlos, “sólo”, por sedición y malversación. Aunque a veces el cálculo racional parece una herramienta abstracta para el Gobierno de España.
Hablábamos, sin embargo, de las “Elecciones del 155”. Por partes: el muy mal llamado (pero muy bien encontrado en términos de naming) “bloque constitucionalista” - recordemos que el Monstruo del 155 está muy cuestionado por expertos constitucionalistas - liderado por Inés Arrimadas considera una alianza para restablecer la paz, la normalidad y blablablá. Es curioso esto de hacer alianzas anormales para volver a la normalidad. Es igual. Ni suman ahora ni sumarán para tener una mayoría alternativa. Sólo hay dos resultados posibles en estas elecciones. Técnicamente tres, pero dos en realidad. Veremos cuales.
La participación de ERC y del PDeCAT a las elecciones entierran de facto la neonata República Catalana. Junqueras anunciaba que habría “decisiones difíciles de entender”. Ésta era una de ellas. Las otras están por venir, pero no se explican porque se desconocen cuáles son. ERC arrasará. Han salido victoriosos del Round 1 del Proceso. Queda por saber si se reeditará JxSí bis, aunque no tienen demasiados incentivos para ello. Sin embargo es probable que los partidos pro-independencia copien la fórmula del bloque “constitucionalista” y anuncien la voluntad de, en el caso de ir por separados, hacer un pacto para seguir solidificando la República. (Nota 2, y sin acritud: la República no ha nacido, por lo que no se podrá solidificar). El discurso del “proceso” se está convirtiendo cada vez más en un relato teleológico, como el comunismo o el cristinanismo. Es decir, creer que la historia tiene un telos (fin, objetivo) y que nos encaminamos inexorablemente hacia él / ella.
La CUP, de la que cabría esperar una oposición frontal a las elecciones, han pasado de hacer una paella alternativa a “confrontarlas”. Tiene toda la pinta que tampoco podrán escapar su naturaleza felina. El PDeCAT es a estas alturas un sálvese quien pueda. Lo lleva siendo los últimos seis años, justamente desde el disparo de partida de este maratón llamado “Proceso” que fatigaría al mismo Kafka. Santi Vila ya ha dicho que se presentará como candidato, y que si fuera por él pondría el freno de mano. Que es independentista, sí, pero que sólo se consigue enfadar al Monstruo, acabar en la cárcel y - no menos importante, no conduce a Ítaca. No está diciendo nada más que el PDeCAT debería ser lo que siempre ha sido Convergencia. Sin embargo, la realidad de las bases del PDeCAT es que, a diferencia de la época dorada del peix al cove donde se instrumentalizaba el autonomismo nacional, estas sí son nítidamente independentistas. En todo caso, el equipo independencia, según la última encuesta del CEO sumaría, otra vez, mayoría en el Parlamento. ¿Y a quien le extraña? El 1-O grabó en los ojos y la carne de demasiada gente la respuesta a un clamor, este sí, mayoritario, del pueblo de Cataluña: el derecho a decidir sobre la composición territorial y orgánica de Cataluña.
Por último, hay fuertes turbulencias en Cal Común / ICV / Podemos / En Común Podemos /. Ada Colau anunciaba en la Sexta que el candidato que debería llevar el equilibrio a la fuerza (o la fuerza al equilibrio, depende de cómo se mire) sería Xavier Domènech, que deberá ratificar su liderazgo en unas primarias. Pero esto sólo resolvería una parte de la sopa de la letras. El líder de Podemos en Cataluña, Albano Dante-Fachín, en guerra abierta con la Ejecutiva de Podemos, podría tener los días contados. Harto de sus flirteos con el Equipo Independencia, Pablo Iglesias forzó una votación para decidir si Podemos se incorpora dentro del mundo Común, lo que implicaría casi de facto la disolución de Podemos en Cataluña que, recordemos, no tiene entidad jurídica propia. La respuesta de Albano Dante fue el de comparar la decisión de la Ejecutiva de Pablo Iglesias con Mariano Rajoy y el 155, lo que vendría a ser un cierto ejercicio de banalidad del mal. La delicada situación de los Comunes es paradójico, porque podrían tener la clave del Parlamento. Lo que nos lleva al último punto, los escenarios electorales.
Escenario 1: El equipo independencia (PDeCAT, ERC, CUP) no suman, por los pelos, mayoría de diputados. Entraríamos en un escenario de geometría variable, en el que, como decíamos, la llave maestra la tendrían los comunes. Podría ser que ERC gobernara con minoría con el apoyo de Comunes por una parte, PDeCAT y CUP, Comunes y PSC, Comunes y CUP ... lo que es seguro es que C's y PP quedarían marginados. Como en los otros escenarios. Este, sin embargo, y sin saber lo que pasaría, podría ventilar las ventanas del proceso, como mínimo, por una temporada.
Escenario 2: El equipo independencia gana en escaños, pero no en votos. ¿A alguien le suena? Es, hoy por hoy, el escenario más factible. La independencia no se hizo en 16 meses. Tampoco se ha hecho ahora. Pero el escenario 2 mantendría las puertas abiertas a este camino largo, al acumular fuerzas, etc, etc.
Escenario 2.⅓: El equipo independencia gana en escaños y en votos. Desde Bruselas, Puigdemont retaba a Rajoy, (y al equipo constitucionalista en general) con un: ¿“respetará el resultado que salga de las urnas”? Se refería al escenario Escenario 2.⅓. ¿Porqué éste escenario no tiene una entidad propia? Enric Millo, autoridad suprema en funciones en Cataluña, le respondía algo del estilo de: obviamente que lo haremos, quien no respeta las cosas (ya se sabe lo que les gusta a los catalanes hacer cosas), es usted. Traducción: Podéis ganar a todo el que queráis que de independencia, nanai. Lo dice la ley. Por cierto. Estos días corre la voz de que el viaje de Puigdemont en Bruselas era, en realidad, para pactar un plebiscito con las autoridades europeas que, en caso de que ocurra el escenario 2.⅓, estas reconocerían inmediatamente la independencia de Cataluña. La verdad; cuesta creer.
Escenario Z: El escenario Z es el escenario de lo contingente. El escenario de lo contingente existe principalmente por dos razones. La primera, porque, efectivamente, la historia no está pre-determinada. El análisis que se pueda hacer del mañana viene marcado por lo que creemos hoy, pero lo que pasará mañana, sencillamente, no se puede saber. La segunda: el Estado Español, y concretamente el ejecutivo del PP ya ha mostrado que es capaz de hacer las cosas peor de lo posible. Nadie esperaba el 1-O, donde, en términos de realpolitik, pusieron la pata hasta el fondo. El PP es el principal valedor del independentismo, y conociendo su historial violento, corrupto y autoritario podría ser que desencadadenara un nuevo 1-O donde, esta vez sí, forzara la comunidad internacional a intervenir.
Seguiremos expectantes.