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La Zona de Bajas Emisiones no reduce el tráfico en Barcelona en el primer día de plena actividad laboral

La reducción del tráfico en la Zona de Bajas Emisiones es mínima a la espera de las multas

Pau Rodríguez

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La Zona de Bajas Emisiones de Barcelona ha arrancado este mes de enero sin incidentes y también sin lograr una reducción de tráfico significativa, pese a que se impide circular a los vehículos sin distintivo ambiental. Los primeros datos del consistorio muestran que este 8 de enero de 2020, el primer día de vuelta a la actividad tras la Navidad, han circulado los mismos coches que el mismo día de 2019.

“Es prematuro saber el impacto real para hacer una valoración”, ha expresado el concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica, Eloi Badia, que en otras comparativas sí ha encontrado ligeras reducciones. Respecto a la media de días laborables de noviembre, este martes se aprecia una caída el 2,4% del tráfico en el interior de la ciudad y del 0,8% en los accesos. El día 2 de enero, jornada laboral pero de poca actividad, regitró un 11% menos de tráfico que el 23 de diciembre.

La reducción del tráfico, que el consistorio preveía que debía ser de unos 50.000 vehículos, será difícil de calibrar hasta que no se pongan en marcha las multas a los vehículos que incumplan la normativa. Hasta el 1 de abril todos los coches y motos que entren a Barcelona durante el horario de restricción –de 7 a 20h en días laborables– no serán sancionados.

La concejal de Salud, Gemma Tarafa, ha recordado con todo que el objetivo principal de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) no es eliminar tráfico de la ciudad, sino los contaminantes como el NO2 o el CO2, que es lo que perjudica a la salud de los vecinos. Estos datos no los tendrá hasta más adelante el Ayuntamiento, que también advierte de que es pronto para saber cuántos conductores de vehículos contaminantes han optado por desguazarlo, cuántos se pasarán al transporte público o cuántos han optado legítimamente por comprarse uno nuevo.

Tampoco el anticiclón que hay ahora mismo en la capital catalana ha ayudado a hacer lucir los datos de la Zona de Bajas Emisiones. Los niveles de NO2 han sido este martes especialmente altos –superando los 100 microgramos por metro cúbico en el Eixample–, aunque en este aspecto el cometido principal de la medida, que prevé reducir la contaminación en un 15%, es que las medias anuales se sitúen por debajo de los 40 µg/m3. Este es el límite que fija la UE y que hasta ahora Barcelona incumple.

Para supervisar el impacto en cuanto a la contaminación y a la salud de las personas, el Ayuntamiento ha anunciado la creación de un comité científico formado por investigadores del CSIC y el ISGlobal y técnicos municipales y de la Generalitat.

La Zona de Bajas Emisiones de Barcelona, en vigor desde el 1 de enero de 2020, impide el acceso a un perímetro de 95 kilómetros cuadrados de todos los vehículos que no tengan distintivo de la DGT –excepto los de transporte de mercancías y pasajeros, que tienen una moratoria de una hora–. A partir de las multas de abril, los vetados podrán entrar solo 10 días al año previa autorización.

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