El discurso que Felipe VI realizó el pasado 3 de octubre, en el que cargó duramente contra el Govern de Carles Puigdemont, ha marcado un antes y un después en su relación con las instituciones y buena parte de los partidos catalanes. El resultado del malestar que provocaron sus palabras en el independentismo pero también en el electorado que representan los 'comuns' se ha podido comprobar este domingo en la visita que el monarca ha realizado a Barcelona con motivo del Mobile Word Congress. Es la primera tras el 1-O y el polémico discurso.
Había expectación para escuchar la intervención del rey previa a la cena de gala del Mobile, marcada por el plantón en la recepción oficial que han dado al jefe del Estado la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; el presidente del Parlament, Roger Torrent, y los altos cargos de la Generalitat invitados, en desacuerdo con el papel del rey en la crisis catalana.
Felipe VI ha optado por esquivar la polémica. Ni una referencia a la ausencia inicial de algunas autoridades ni a los abucheos que se escuchaban en la calle. Todo lo contrario. El rey ha agradecido la colaboración de todas las instituciones, Gobierno central, Generalitat y Ayuntamiento de Barcelona, para lograr que el Mobile sea un éxito. “La cooperación institucional con objetivos claros y en beneficio de todos es una clave evidente de este éxito”, ha subrayado.
El jefe del Estado, además, ajeno a las manifestaciones que protestaban en la calle, ha destacado el papel jugado por los barceloneses: “Es un éxito que debemos, en primer lugar, a los barceloneses, a su dinamismo y espíritu emprendedor; que, además, tienen la oportunidd de asumir un papel central para su ciudad en el gran reto de un mundo cada vez más urbano, ya que es un hecho que más de la mitad de la población mundical vive en ciudades”.
El acto se ha celebrado en un Palau de la Música blindado por los Mossos d'Esquadra, que desde tres horas antes ya habían restringido el paso a la zona. Ha habido registros, agentes en las azoteas y más de un empujón para evitar que las protestas protagonizadas por centenares de personas convocadas por los comités de defensa de la república pudiesen complicar la llegada de las autoridades.
Un año después
Posteriormente todos los políticos sí han acudido a la cena. Colau se ha acercado al monarca para saludarlo y acompañará a Felipe VI en la inauguración del congreso este lunes. El presidente del Parlament, Roger Torrent, que ha asistido también al banquete oficial, ha evitado aplaudir el discurso del rey y ha lucido un lazo amarillo en recuerdo de los políticos presos.
En la anterior edición, el monarca compartió mantel con Carles Puigdemont. Un año después, el president cesado, ahora instalado en Bruselas, ha trasladado a través de Twitter su rechazo a esta visita del rey a quien insta a pedir perdón por su “papel inconstitucional el pasado mes de octubre”.
Felipe VI ha estado acompañado en esta cena de gala por la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y el ministro de Energía y Turismo, Álvaro Nadal. El Ejecutivo central, igual que Ciudadanos y el PSC, han criticado el plantón al jefe del Estado y han alertado del riesgo que supone para el futuro de la principal feria que se celebra en Catalunya. El impacto económico de la última edición se ha cifrado en 465 millones de euros.
El director general de la fundació Mobile World Capital Barcelona, Carlos Grau, pronostica que la bronca política “no afecta” al certamen y ha subrayado el compromiso de todas las administraciones para garantizar el éxito de la feria. Esta edición del Mobile espera atraer a 108.000 visitantes a Barcelona. Algunos han sido testigos de las manifestaciones de este domingo en el centro de la ciudad.
El último viaje a Catalunya que realizó el Rey fue fue hace seis meses, cuando asistió a la manifestación contra el terrorismo tras los atentados de Barcelona y Cambrils, que también provocó las protestas de algunos asistentes a la marcha.