Para el Govern catalán el pacto suscrito por Junts pel Sí y la CUP para lograr la investidura de Carles Puigdemont no incluye el último plan de gobierno negociado entre ambas formaciones que incluía aspectos como el plan de choque, paralizar grandes proyectos como el Barcelona World y una hoja de ruta de 18 meses hacia la independencia. Así lo ha dado a entender este martes la consejera portavoz del Govern, Neus Munté, que ha asegurado que “el acuerdo con la CUP tiene cuatro puntos, no entra en tanto detalle”, refiriéndose al escueto documento firmado entre ambos para garantizar la estabilidad parlamentaria del Ejecutivo.
Según la portavoz del Govern, el acuerdo son los 4 puntos firmados el día 9 de enero, pero no las 61 páginas del preacuerdo al que habían llegado el mes anterior, y ha subrayado que éste fue firmado “con la CUP, no con una corriente de la CUP”, en relación al deseo expresado este lunes por la organización Endavant de hacer una “revisión crítica del acuerdo”, que dejaría algunas de sus cláusulas en papel mojado.
El Govern ha respondido tajante a las preguntas sobre el futuro del Barcelona World para asegurar que sigue adelante, en contra de lo contenido en el detallado plan de gobierno de 61 páginas que Junts pel Sí ofreció a la CUP como última oferta para lograr el acuerdo el pasado diciembre. En aquella propuesta, que había sido negociada en cuatro mesas temáticas por ambas formaciones, se incluía un plan de choque de 270 millones de euros, un plan para llegar a la independencia en 18 meses garantizando la seguridad jurídica o el compromiso de paralizar la ventas de activos inmobiliarios. También se aceptaban las demandas de la CUP de dejar el plan urbanístico en suspenso hasta llegar a un acuerdo por consenso.
Para el Ejecutivo, por tanto, el proyecto del Barcelona World no está paralizado, sino que continúa “plenamente vigente”. El president Puigdemont había defendido el mismo planteamiento en la sesión de control de la semana pasada, cuando aseguró que el Barcelona World no era “ni mucho menos un proyecto muerto”. Pese a eso, la oposición sostenida de ERC contra el proyecto adelanta, al menos, un replanteamiento de la operación.
La portavoz ha asegurado además que este pacto obliga a los cupaires a aprobar los presupuestos. “El acuerdo con la CUP habla de la estabilidad parlamentaria, y esta pasa por la aprobación de los presupuestos”, ha explicado, una posición que desde la semana pasada había sido también defendida por el propio Artur Mas y el lunes por la portavoz de Convergència, Marta Pascual.