Los partidos airean sus líneas rojas sobre pactos postelectorales para el 27-S
A la tradicional fragmentación del mapa político catalán se le suma, en la recta final hacia el 27-S, un panorama más polarizado de lo habitual en el terreno soberanista. Antes incluso de presentar sus listas completas o los programas con los que concurrirán a las urnas, los partidos han comenzado a airear sus líneas rojas respecto a pactos postelectorales, conscientes de que los entendimientos para alcanzar la mayoría absoluta podrían no ser tarea fácil dependiendo del resultado, y que las especulaciones durante la campaña podrían mermar sus apoyos.
Según dibujan las encuestas, la candidatura que se encuentra más cerca de los ansiados 68 diputados es 'Junts Pel Sí', cuyo aspirante a president es Artur Mas, pero los mismos sondeos apuntan a que es probable que para conseguirlos necesiten los votos de la CUP. Por parte de la candidatura de la izquierda independentista no dan nada por hecho y reconocen tanto que se sentarán a la mesa como que pedirán requisitos. “La CUP no se levanta de las mesas, sino que se sienta, no marcha y no falla. Decir que pondremos condiciones es exactamente lo mismo que decir que haremos política”, aseguró su candidato, Antonio Baños, en una entrevista con Público.
Diversas voces han especulado con la posibilidad de que la CUP pueda exigir que se invistiese al cabeza de lista de 'Junts Pel Sí', Raül Romeva, como president a cambio de su apoyo. Sobre este escenario se ha pronunciado Lluís Rabell, candidato de 'Catalunya Sí Que Es Pot', quien en una entrevista con Catalunya Ràdio ha insinuado que su formación no vería con malos ojos un candidato como Romeva. Sin embargo, unas horas después, Rabell se ha desdicho, descartando que los diputados de la lista de ICV-EUiA y Podemos hagan presidente a ningún integrante de 'Junts pel sí'.
El activista vecinal y expresidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona ha apuntado que en el 27-S están en juego dos opciones: la articulación de un gobierno “neoliberal” liderado por Mas, o un nuevo ejecutivo catalán progresista, que a su parecer debería estar encabezado por su formación. Rabell cerraba así la puerta a pactos de gobierno con la lista que lidera Romeva.
La negativa a la lista de ERC y CDC también ha llegado desde las filas del exsocio de los últimos, Unió. Su candidato Ramón Espadaler rechazó investir a un president que quiera declarar la independencia de forma unilateral, en referencia a Artur Mas, algo que hizo extensible a quienes “estén en contra de los intereses de Catalunya”. En la presentación de su lista, el candidato de Unió acusó a Ciutadans, PSC y PP de haber “dejado a Catalunya de lado” y se postuló como “la única fuerza no independentista que tiene a Catalunya como prioridad”.
A Ciutadans todas las encuestas le otorgan un buen resultado, condición que su candidata, Inés Arrimadas, ha utilizado para pedir a PP y PSC que sumen en la formación de un gobierno “no cesionista”. La de líder de Ciutadans ha instado este jueves a Miquel Iceta y a Xavier García Albiol a una alianza en unas elecciones en las que, según ha explicado, Ciutadans podría ganarle las elecciones por primera vez al nacionalismo. Arrimadas ha criticado a Podemos por presentar a un candidato independentista, en referencia a Lluís Rabell, quien en su momento hizo campaña a favor del Sí-Sí en la consulta del 9-N.
