El PP catalán vuelve a atizar el discurso antiinmigración en su campaña para las municipales
El PP catalán ha deslizado en los últimos días sus líneas estratégicas para la campaña de las municipales, para la que han retomado el leitmotive que el partido utiliza en cada cita electoral: la inmigración. Si en vísperas de las europeas el candidato catalán del PP, Santi Fisas, llegó a asegurar que “la inmigración ilegal puede poner en riesgo la recuperación económica en Cataluña y en España”, los grupos municipales del PP en Catalunya han vuelto a centrar sus propuestas para las locales de mayo en la población de origen extranjero.
El último en hacerlo ha sido el PP de L'Hospitalet, que la semana pasada distribuyó un impreso reflejando sus planteamientos en materia de inmigración. En las octavillas proponen exigir “un mínimo de 5 años de empadronamiento para acceder a los servicios sociales complementarios” y “limitar la proliferación de locutorios, bazares y kebabs”. Este buzoneo es parte de la campaña “Abre los ojos”, que la candidata popular en L'Hospitalet, Sonia Esplugas, está llevando a cabo en las vísperas de las municipales con el objetivo de “explicar barrio por barrio que L'Hospitalet necesita un cambio porque desde hace años tenemos problemas de inmigración, limpieza, incivismo y seguridad”.
La vinculación entre inmigración e inseguridad es una constante en las campañas del PP catalán desde hace varios años. No ha escapado a ello el candidato popular a la alcaldía de Barcelona, Alberto Fernández Díaz, quien durante la prestación de su campaña el pasado domingo se comprometió a “mano dura en la lucha contra la delincuencia y frenar las equivocadas políticas de inmigración”.
Además, el hermano del ministro del Interior que vinculó la semana pasada independentismo y yihadismo, se opuso a la construcción de centros religiosos musulmanes: “Una Barcelona en la que Can Vies será derribada y la gran mezquita no será construida”, prometió el candidato.
El PP catalán ha utilizado históricamente el discurso anti inmigración en la contienda electoral para neutralizar a sus oponentes por la derecha, como el partido xenófobo Plataforma Per Catalunya, que en las últimas elecciones obtuvo representación en varios municipios del cinturón industrial barcelonés, como L'Hospitalet, Sant Boi o Santa Coloma. También Ciutadans ha hecho guiños a medidas de este tipo, proponiendo que las personas sin permiso de residencia queden excluidas de algunos servicios médicos y de algunas ayudas sociales. En las pasadas municipales el PP obtuvo su récord de concejales con un marcado discurso anti inmigración, obteniendo la mayoría en Castelldefels además de la alcaldía de Badalona.
En Badalona, el único ayuntamiento de una gran ciudad catalana que controla el PP, el alcalde García Albiol ha mostrado la línea más duro contra la inmigración. Durante la legislatura se ha distinguido por propuestas como limitar las prestaciones sociales a personas que lleven menos de 5 años empadronadas, medida tumbada por la mayoría del consistorio, y se ha mostrado partidario de no a empadronar a inmigrantes en situación irregular. El alcalde volvió a utilizar la bandera anti inmigración en la presentación de su candidatura a las municipales de mayo, donde aseguró que seguiría “limpiando Badalona de quienes han venido aquí a delinquir” si resultaba reelegido.
Albiol fue juzgado en 2013 por distribuir panfletos de contenido xenófobo en los que se aseguraba que los gitanos rumanos de la ciudad eran delincuentes, pero el juez lo absolvió al considerar que sus afirmaciones no incitaban al odio contra el colectivo pese a ser ofensivas.