Un Govern digno de admirar pero del que han caído tres consellers. El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha llenado de elogios este martes a los tres consellers que cesaron del cargo la semana pasada y ha esquivado –de hecho, ni ha mencionado– los distintos motivos políticos que llevaron a abandonar el Ejecutivo catalán a Neus Munté, Meritxell Ruiz, Jordi Jané y al secretario del Govern, Joan Vidal de Ciurana, todos ellos del PDECat.
En contraste con los veinte minutos de comparecencia de Puigdemont sobre el cese del exconseller Jordi Baiget, este miércoles el president ha estado más de una hora en el atril del Parlament. Ha alabado a los consellers cesados y ha basado la mayor parte de su discurso en leer las distintas medidas impulsadas por los antiguos responsables de Presidencia, Enseñanza e Interior.
“Los consellers han prestado un servicio ejemplar al país”, ha dicho Puigdemont, y ha avisado a los nuevos consellers, Jordi Turull, Clara Ponsatí y Joaquim Forn, que tendrán que hacer frente a la “ofensiva por tierra, mar y aire” del Estado de cara al referéndum. “El estado español usa todos los instrumentos, los lícitos y los ilícitos”, ha advertido el president.
Igual que hizo en la rueda de prensa donde anunció los cambios en el Ejecutivo, Puigdemont no ha hecho mención a los motivos políticos de la última crisis de Govern, que tienen su orígen en la introducción del referéndum en la hoja de ruta soberanista. Entre ellos están el no querer asumir la respuesta del Estado en forma de eventual pérdida de patrimonio personal o discrepancias sobre la estrategia hacia el 1-O. En cualquier caso, los nuevos consellers sí están dispuestos a ir hasta el final con el referéndum.
La oposición carga contra Puigdemont
Los grupos sí han visto claro, al contrario que Puigdemont, que los cambios en el Govern están relacionados con la recta final hacia el referéndum. La líder de la oposición, Inés Arrimadas (Ciutadans), ha reprochado a Puigdemont la paradoja de que haya llenado de elogios a los conseller cesados y que, pese a su buena labor, ya no formen parte del Govern.
“Lo han hecho tan bien que como premio les ha cesado”, ha ironizado Arrimadas, que ha considerado que los cambios en el Govern demuestran que el interés del Ejecutivo no está en “gestionar bien”, sino en “tener peones del procés”.
Por su lado, el líder del PSC, Miquel Iceta, ha dicho que Puigdemont “cuando más se explica, menos se le entiende”, y ha lamentado el cese, en especial, de los consellers Neus Munté y Jordi Jané. “Si en lo que tienen que hacer ahora no cabe una persona como Neus Munté, deberían pensarselo bien”, ha dicho.
Desde Catalunya Sí Que es Pot, Lluís Rabell ha considerado la crisis de Govern como una “huida hacia adelante” que denota la “debilidad” del Ejecutivo catalán. También ha indicado que la crisis es un reflejo de una “sensación de descomposición política”, por lo que ha pronosticado unas nuevas elecciones autonómicas en poco tiempo.
Por parte del PP, Xavier García Albiol ha comparado la crisis de Govern y a los consellers cesados –“víctimas semanales del radicalismo de Puigdemont”– con la antigua Unión Soviética. “Es como en la URSS: allí no se cesaba a nadie, a los que se purgaba, simplemente dimitían y eran enviados a Siberia. Ustedes no los envian a Siberia, pero los envían a casa”, ha aseverado, antes de tildar a Puigdemont de “troll” por sus comentarios en Twitter.
La diputada de la CUP Anna Gabriel, que se ha mostrado desconfiada en que los nuevos consellers giren hacia políticas más feministas o disuelvan los conciertos educativos con escuelas de élite. “Solo tenemos en común hacer un referéndum el 1 de octubre y pedimos a los nuevos consellers que lo garanticen. Que el Govern ponga las urnas y la gente pondremos el resto”, ha reclamado.