La Generalitat de Catalunya ha presentado este sábado su propio plan de desconfinamiento de la población que en la práctica no podrá llevar a cabo porque contiene discrepancias de fondo con las medidas del Gobierno central. La diferencia más relevante es que, a criterio del Govern, la vuelta al trabajo de sectores no esenciales que el Gobierno permitirá desde este lunes –el martes en Catalunya porque el lunes es festivo– no debería producirse hasta dentro de dos semanas.
La consellera de Salud, Alba Vergés, ha explicado que el Govern ha trasladado su propuesta de desconfinamiento al Ministerio de Sanidad, que en virtud del estado de alarma tiene el control sobre las autonomías a la hora de flexibilizar las restricciones impuestas en la lucha contra el virus. Vergés ha ido un paso más allá de las habituales críticas del Govern al Ejecutivo central y ha acusado directamente al Gobierno de “poner en riesgo” a la población por permitir la vuelta al trabajo de algunos empleados no esenciales –básicamente, de la industria y la construcción–, que en Catalunya se traduce en la posible vuelta al trabajo de un millón de personas.
“La apertura prematura del confinamiento puede provocar un nuevo pico y un rebrote de la enfermedad”, ha advertido Vergés, que ha señalado que la curva de nuevos contagios “no ha bajado lo suficiente” para permitir otra vez las actividades no esenciales. “Necesitamos más tiempo, el sistema sanitario ahora tiene muy poco margen para atender nuevos casos”, ha alertado. Según la consellera, Catalunya está “a pocos días” de llegar al pico de contagios, cosa que podría producirse la próxima semana.
Pese a criticarlo, el Govern ha terminado por admitir a regaña dientes la vuelta al trabajo a partir del martes. “No podemos pedir a la población que no vaya a trabajar porque no podemos garantizar que no se les echará del trabajo”, ha constatado el conseller de Interior, Miquel Buch.
De cara a la vuelta al trabajo, el Govern ha recomendado a empleados y empresas el uso de mascarillas y guantes en los puestos de trabajo, una distancia entre trabajadores de 1,5 metros y lavarse habitualmente las manos. Asimismo, también ha pedido flexibilizar los horarios de entrada y salida del trabajo para evitar las aglomeraciones del transporte público, cambios en el calendario laboral y fomentar el teletrabajo. “Y si cualquier trabajador presenta síntomas, que vuelva a casa”, ha agregado la consellera de Presidencia, Meritxell Budó.
El Govern no ha dado más detalles sobre qué hará la Generalitat para garantizar la seguridad de los trabajadores que este martes vuelvan al trabajo, por ejemplo qué pasará con los horarios del transporte público. La distribución gratuita de mascarillas del Govern se ha retrasado hasta el 20 de abril y la del Gobierno está anunciada pero se saben pocos detalles. Vergés tampoco ha concretado si se adaptará la oferta de transporte público para evitar aglomeraciones en hora punta el martes.
Budó sí ha criticado al Gobierno por decretar la vuelta al trabajo pero haciendo “responsables” de un posible rebrote y de nuevos contagios a trabajadores y empresas. También ha exigido al Gobierno que haga públicos los informes técnicos en que se ha basado para desescalar el confinamiento total y que dé garantías y seguridad a empresas y trabajadores que vuelvan a la actividad. “No puede ser que el Gobierno tome medidas y se sacuda las responsabilidades”, ha apostillado.
Catalunya ha alcanzado las 3.331 muertes por coronavirus (100 más que las registradas el día anterior) y en las últimas horas ha confirmado 1.257 nuevos casos, lo que asciende la cifra total a 32.984. Según el departamento de Salud, el coronavirus afecta de forma grave a un 15% del total de los casos y se han llegado a ocupar más de 2.000 camas por pacientes críticos, aunque en los últimos días se han estabilizado en 1.600.
Vergés ha presentado el plan de desconfinamiento del Govern, un proyecto sin embargo desfasado debido a la discrepancia entre el Ejecutivo autonómico y el central respecto a la vuelta al trabajo. La consellera ha insistido en que el desescalamiento debe basarse en criterios científicos y médicos en vez de en económicos “o de calendario porque termina Semana Santa”.
Para empezar a revertir en varias fases el confinamiento, para el Govern es necesario conjugar cinco aspectos a día de hoy incompletos: que el sistema sanitario pueda asumir un nuevo rebrote, la realización a gran escala de tests, la implantación de medidas higiénicas y de distancia social, identificar los casos y los contactos así como trazar la tendencia de la incidencia de la enfermedad.
Respecto a los tests y su distribución a las residencias, el foco del virus que más preocupa al Govern en estos momentos, Salud ha explicado que desde el 8 de abril está realizando 1.200 tests diarios en las residencias pero que la semana que viene puede llegar a los 2.000. En total, se prevé disponer de 570.000 tests en las próximas tres semanas.
Pese a no apuntar fechas debido a esta discrepancia con el Gobierno por la primera medida de desconfinamiento, según el Govern las fases de la desescalada deberían contemplar, tras los trabajadores no esenciales, permitir la salida a la calle de adultos y niños siempre con mascarilla y con distancia de seguridad, la reapertura de bares y restaurantes con aforo limitado y con mascarillas y por último la puesta en marcha de los equipamientos culturales y las escuelas.