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El artista del mural hallado a piezas dos décadas después en Castellón: “Carlos Fabra es honesto en sus creencias y en su proceder”

Carlos Fabra y el artista Ripollés durante la inauguración del Aeropuerto de Castellón.

Lucas Marco

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El escultor y pintor Juan Ripollés (Alzira, 1932), también conocido como Ripo y artista de cabecera del expresidente de la Diputación de Castellón Carlos Fabra, estuvo durante años buscando el mural que le encargó la institución provincial hace dos décadas por 140.000 euros. Las piezas de la enorme obra, de 24 toneladas, han sido halladas durante unos trabajos de limpieza en un depósito de vehículos y los actuales responsables de la Diputación no saben muy bien qué hacer ahora con el mural dadas sus dimensiones. “Me dieron la alegría de que ha aparecido”, cuenta Ripollés en una conversación telefónica con elDiario.es. 

El hallazgo se ha producido dos décadas después de que su ubicación inicial fuera descartada. “Sabía dónde debía de estar pero me dijeron que no estaba, me dijeron que estaba en otro sitio y tampoco estaba y se me perdió la pista”, relata Ripollés sobre el misterioso itinerario del mural, que costó 140.000 euros. El objetivo inicial del encargo, hace dos décadas durante el mandato de Carlos Fabra, era instalar el mural de 29 metros en la fachada de un edificio que da al patio de la plaza de las Aulas de Castellón. Sin embargo, los técnicos de la Corporación provincial desaconsejaron su instalación. Ahora estudian colocar el mural en alguna localidad castellonense que pueda albergar una obra de semejante tamaño y peso.  

“Todos los sitios son buenos, lo importante es que el trabajo esté en la vía pública, está hecho para el aire público”, declara el autor de la escultura. Tras la negativa inicial a instalar la obra en la plaza de las Aulas, Ripo se acercó al depósito de vehículos: “Me dijeron que en el cocherón no había ningún mural, que estaba en el Hospital Provincial”. Y hasta allí se desplazó en busca de su obra. “Iba pasando el tiempo y no me decían nada”. Pero el gerente del hospital le dijo que “no había ningún mural”, rememora Ripollés. “Me callé hasta que el otro día me llaman y me dicen que han encontrado el mural que estaba perdido. Perder un mural de 29 metros no es cualquier cosa”, agrega el escultor.   

Ripollés ha agradecido a los actuales responsables de la Diputación de Castellón, en manos de la izquierda desde hace tres años, que se hayan preocupado por recuperar la obra. “Estaré esperando como he esperado hasta ahora a ver si deciden algo, no es fácil porque debe instalarse en un edificio en el que no haya ventanas ni patios de luces”, explica. 

“Carlos Fabra es uno de mis amigos de toda la vida”

Ripo, autor de la escultura del aeropuerto de Castellón que costó 300.000 euros, ha sido el artista de cabecera de Carlos Fabra. El escultor y pintor, que siempre viste con un peculiar atuendo, rechaza que tenga implicaciones políticas desde que participó en el movimiento cultural contra la dictadura franquista pero reconoce una estrecha amistad con la familia Fabra.

En materia de contratación, el artista siempre contó con el favor de las autoridades del PP aunque a veces ha tenido serios problemas con sus obras. La escultura en homenaje a las víctimas del terrorismo, encargada por el Ayuntamiento de Castellón, fue derribada por el viento, y quedó partida en dos en medio de una rotonda.

Tras el accidente, el escultor pidió que la dejaran así tras mantener un supuesto “diálogo” con su obra. “Hablé con esa nueva realidad y me di cuenta de que con la caída de la escultura había concluido mi obra”, dijo al equipo de gobierno del consistorio, en manos del PP en aquel entonces. La escultura le habría comunicado: “Déjame, no me toques, como un muerto que está enterrado y no quiere que lo remuevan”. La obra costó 180.000 euros.

El clan de los Fabra ha sido una auténtica institución en la provincia desde el caciquismo de la Restauración en el siglo XIX y varios de sus antecesores han tenido responsabilidades políticas de primera línea. Ripollés era amigo de la anterior generación de la familia y ha mantenido la amistad con el otrora todopoderoso presidente de la Diputación de Castellón, que ha pasado por la cárcel y hoy está imputado por asuntos de corrupción. “Iba a pintar la casa de los padres y Carlos iba a cuatro gatas”, recuerda. El artista se considera un “hombre de moderación” y no reniega de su amistad con el expolítico del PP: “No soy de esos que condena a nadie”, dice.  

“Carlos es un hombre honesto en sus creencias y en su proceder, esas cosas las respeto”, asegura Ripollés en referencia al expresidente de la Diputación,  procesado por ocultar su patrimonio para no pagar sus deudas con Hacienda, a pesar de haber movido 26 millones en varias cuentas bancarias, según ha acreditado la investigación. 

“Es un amigo al que quiero, lo demás cada uno tiene sus cosas, como persona lo aprecio”, remata Ripo.

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