Ni Bloc, ni nacionalista: arranca el debate sobre la nueva marca del principal partido de Compromís
El Bloc Nacionalista Valencià ha iniciado un proceso de reflexión interna que debe cristalizar en el próximo congreso y refundar el partido tras el histórico cambio del celebrado en l'Eliana en 1996. Desde ese histórico proceso de decisión han pasado 24 años y el partido valencianista ha pasado de ser extraparlamentario a formar parte dentro de la coalición Compromís del Gobierno de la Generalitat, a gobernar decenas de ayuntamientos y a sentarse a negociar de tu a tu la investidura de un presidente de España.
El cambio ha sido tal que la dirección del Bloc ha querido considerar el próximo congreso del mes de junio como una refundación ideológica que sirva para poner las bases del valencianismo 4.0 y que incluso se plantea proponer a su militancia un cambio de nombre. Eldiario.es ha consultado con referentes del partido en distintas instituciones que no son portavoces de las tres ponencias para testar esta propuesta de nueva nomenclatura y abrir el debate sobre el futuro del actual Bloc.
El síndic de Compromís en Les Corts, Fran Ferri, considera que la refundación ideológica que se planteará en el congreso de junio debe ir acompañada de un cambio de nombre. La nueva nomenclatura debe tener referencias al valencianismo, al progresismo y a la izquierda, algunas de las banderas que han hecho fuerte en la Comunitat Valenciana a Compromís. Para el protavoz parlamentario, el proceso para agrandar al actual Bloc dentro de Compromís debe intentar sumar a personas de fuera del partido. “Y si queremos abrirnos, creo que la palabra Bloc debe desaparecer”, reflexiona.
En esa línea se muestra también el único diputado provincial de Compromís en Alicante y concejal de Xaló, Gerard Fullana, quien considera “indispensable” que se “reformule” el partido. “La sociedad valenciana no es la de hace veinte años. Necesitamos una marca electoral potente”, asegura. Fullana es partidario de que se saque del nombre la palabra “nacionalista”, porque “el concepto ha cambiado mucho desde los años 90 del siglo pasado”.
Marta Sorlí, la que fuera diputada en el Congreso en las dos pasadas legislatures y miembro del Bloc de Alcalà de Xivert, también es partidaria de un “replanteamiento”. “El cambio lo hemos acreditado en los últimos 15 años de política, aunque si cambiamos el nombre la marca Compromís debe estar presente”, explica. Para Sorlí, el proceso de nueva nomenclatura debe ser consensuado y similar a la que hicieron los jóvenes del Bloc, que tras la refundación pasaron a llamarse Joves del País Valencià-Compromís.
Enric Nomdedéu, secretario autonómico de Empleo y director general de Labora, considera que “si cambia la cosa debe cambiar el nombre”. “Mi equipo y yo lo hemos hecho en Labora, quisimos cambiar el Servef y le cambiamos el nombre tras un proceso de reflexión”, argumenta Nomdedéu. El militante del Bloc de Castelló considera que la marca Bloc está “periclitada” y que la nueva marca “debe ayudar a reforzar Compromís”.
Sobre el nombre, Nomdedéu opina que palabras como “izquierda, nacionalista o valencianista” no son convenientes “si nuestra intención es que se incorpore gente nueva”. “Yo voy a seguir siendo nacionalista, pero hace falta repensar el proyecto sin renunciar a lo que eres”, argumenta.
Joan Baldoví, diputado en el Congreso por Compromís e histórico militante del Bloc de Sueca, considera que el cambio de nombre no es una mala idea. “Hemos cambiado de nombre varias veces, pero se debe hacer con contenido”, apunta. Baldoví recuerda que se hizo una transición desde Unitat del Poble Valencià a Bloc Nacionalista Valencià y que desde esa fecha “han pasado muchas cosas”. “Si la militancia quiere hay que abrir una nueva etapa, porque los partidos son instrumentos de la sociedad y los nombres, instrumentos de los partidos”, defiende.
Eso sí. para Baldoví hay que tener presente que, en la actualidad, el Bloc forma parte de algo más grande que es Compromís y que ha llevado al partido a altas cotas de representatividad.
El presidente del Bloc y presidente de las Corts, Enric Morera, no muestra tanto entusiasmo por el cambio de nombre aunque tampoco se opone. “Es un debate menor que debe ser la conclusión de un debate previo”, sugiere. “Cuando mutamos de la Unitat del Poble Valencià al Bloc fue fruto de un proceso de base que tenía su lógica”, asegura. Para Morera, la comisión de organización del congreso debería impulsar un proceso que “implique a la militancia”.
El presidente del Bloc no se opone al cambio de nombre aunque avisa: “Todavía no conozco los motivos profundos”. “La reflexión del nombre se debería introducir en el debate, pero con una reflexión previa sobre el papel del valencianismo en el siglo XXI”, sentencia.
La propuesta de cambio de nombre presentada por la dirección y los equipos que deben desarrollar las tres ponencias tiene también detractores. Mònica Àlvaro, militante del Bloc de Vila-real y síndica adjunta de Compromís en las Corts Valencianes, se muestra abierta a hablar de todo pero entiende que con el cambio de nombre “se está perdiendo el foco”. “El debate ideológico debe ser fuerte y la opción de la nomenclatura puede despistar”, asegura. Para Álvaro, el debate “interesante” era el de si Compromís se constituye como partido o federación y “veo que con esto nos estamos perdiendo”.
Más duro con la propuesta se muestra Quico Fernández, exalcalde de Sagunto y en la actualidad miembro del equipo de gobierno, que considera que el cambio de nombre “es una cuestión superficial”. “No tiene mucho sentido si no hay un cambio significativo en el proyecto. Básicamente porque los objetivos del Bloc son los mismos que antes porque no los hemos conseguido”, critca.
Para este militante de Sagunto, “es una maniobra de distracción”. “Seguimos siendo un bloque, nacionalistas y somos valencianos”, apunta, al tiempo que precisa que “nos presentamos por Compromís”. “No sé qué puede aportar, nuestra batalla estratégica es Compromís y ya tiene nombre”, sentencia.
Este periódico ha intentado contactar con otros referentes institucionales y políticos del partido pero no ha obtenido respuesta.
Este mes de marzo arranca el proceso para la elección de un nuevo nombre que será votado por la militancia en el Congreso de los días 27 y 28 de junio. Entre los días 14 al 20 de marzo se votarán las candidaturas para que sean seleccionadas las dos primeras. Entre el 22 y el 27 de marzo se votará entre los dos nombres finalistas. El ganador será el que se incorporará a la ponencia política, se debatirá en el Congreso y podrá ser modificado por los participantes.
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