Faltan apenas tres meses para que el festival de las artes escénicas de Valencia, Russafa Escènica, celebre su séptima edición, que se desarrollara del 14 al 24 de septiembre bajo el lema 'Caminos'. Este año serán 18 las piezas escénicas que compondrán el cartel del festival (divididas entre El Invernadero, 13 Viveros y 4 Bosques) cuya singularidad, según destacan desde la organización, es la fusión entre profesionales consolidados y nombres emergentes, entre compañías con una larga trayectoria y jóvenes talentos.
Destaca, además, la mezcla generacional en el elenco de actores de las distintas propuestas. Como ejemplo de ello, una de las obras, 'Bienvenido a casa', dirigida por Eva Zapico -nacida como pieza breve en el festival Cabanyal Íntim y transformada en pieza larga para Russafa Escènica- que pone frente a frente en el escenario, junto a Manu Valls, a Juan Mandli y Alejandra Mandli, padre e hija en la realidad y en la ficción.
En esta séptima edición continúa la tendencia que Russafa Escènica inició el pasado año: reducir el número de propuestas en cartel. Una decisión que viene motivada, en primer lugar, para respetar la propia singularidad del festival que, en palabras de Jerónimo Cornelles, director artístico de Russafa Escènica, no es otra que “la posibilidad que tiene el público de abarcarlo todo, gracias a la duración de las obras y a lo reducido de sus precios”. Y, en segundo lugar, para premiar la calidad por encima de la cantidad.
Russafa Escènica, que llegó a programar 30 estrenos absolutos en su cuarta edición recupera ahora, tras una minuciosa selección, la misma cifra de espectáculos que presentó en su segunda cita, en el año 2012. Todo ello al mismo tiempo que aumenta de forma destacable el número de proyectos que se han presentado este año al festival, alrededor de 170, de lugares tan diversos como Madrid, Barcelona, Baleares, México o Argentina.
En esta séptima edición Russafa Escènica se convierte en el primer festival de su categoría que remunera económicamente con un caché fijo a las compañías participantes, lo que supone la consecución de un objetivo que el festival tenía desde que comenzó su andadura en 2011 y que simboliza la dedicación y el esfuerzo por crecer y mejorar. Esta remuneración, que facilita la contratación de los intérpretes, se sumará al porcentaje correspondiente de la taquilla al finalizar el festival, hasta ahora el único pago que percibían las compañías.
Este es uno de los motivos por los que casi la totalidad de la programación -exceptuando una propuesta de circo cuya compañía está formada en Barcelona con intérpretes de Francia y Chile- la forman compañías valencianas, quienes han confiado en Russafa Escènica desde el momento de su creación y hacia quienes el festival dirigirá sus recursos en la presente edición.
En cuanto a los formatos repiten teatro textual, danza, performance y circo, entre otros, y destacan nombres como Carla Chillida, un referente en el teatro político, Eva Bertomeu, reconocida profesional en danza, o Pepa Juan y Laura Useleti, actrices de gran recorrido profesional. Los espacios de representación tanto de Viveros como Bosques se seguirán realizando en espacios no convencionales y privados del barrio.
El proyecto El Invernadero es un taller de creación e investigación gratuito para jóvenes actores y actrices guiado por un profesional de las artes escénicas valencianas. En esta séptima edición será la actriz y directora María José Peris quien dirigirá la propuesta, una metáfora de la situación escénica actual a través de un formato musical abordando cuestiones como el deber de la administración pública ante la cultura, el respaldo de la crítica, el apoyo del público y, en general, la condición de artista.
Tras el taller de creación, la obra pasará a formar parte de la programación oficial del festival como producción propia y se representará, un año más, en la Sala Russafa.