El exalcalde de Madrid y exministro de Justicia Alberto Ruiz-Gallardón ha contradicho este jueves en el juicio de Nóos al expresidente de la Comunidad Valenciana Francisco Camps al negar que le solicitara que renunciase a organizar los Juegos Europeos en Valencia para no interferir en la candidatura olímpica Madrid 2020.
“No son acontecimientos que puedan competir o solaparse de ninguna manera”, ha declarado Ruiz-Gallardón en contraste con la afirmación de Camps, que el pasado 15 de abril aseguró que el entonces alcalde de Madrid le llamó para pedirle que renunciara a los Juegos Europeos porque la capital iba a volver a competir por organizar los Juegos Olímpicos de 2020 tras perder los de 2016.
Camps aseguró ante el tribunal que había descartado los Juegos Europeos “por lealtad, por patriotismo y por españolidad”, porque la prioridad debía ser para la capital del país.
“Recuerdo una conversación con el señor Camps en relación a si la realización de los Juegos Europeos podría afectar o no a la candidatura de Madrid 2016 (Camps se refirió a 2020) y concluimos que eran dos acontecimientos distintos y que por tanto no tenían porque interferir uno con otro”, ha explicado el testigo.
Cobro en una cuenta suiza
Un testigo que ha definido su relación con Iñaki Urdangarin como de “profunda amistad” ha asumido el cobro de los 375.000 euros que ingresó Aguas de Valencia en una cuenta de un banco suizo por unos servicios de búsqueda de proyectos que la empresa pública encargó al marido de la infanta.
El pasado día 5 el presidente de Aguas de Valencia (Agval), Eugenio Calabuig, declaró ante el tribunal que juzga el caso Nóos que su sociedad contrató a Urdangarin para la identificación de posibles proyectos en el extranjero a través de una empresa intermediaria de la que era titular el presunto testaferro Robert Cockx, un trabajo en el que también intervenía el testigo que ha declarado este jueves, José María Treviño.
Sin embargo, Treviño ha manifestado en su comparecencia que la intervención de Urdangarin en este contrato fue la de mero intermediario, puesto que le presentó a él a los directivos de Agval.
Su presencia en la reunión en la que se pactó el contrato resultaba un aval para Treviño, pero el marido de la infanta Cristina “no tenía que recibir nada” por esta actuación. “Nunca me ha pedido absolutamente nada ni le he pagado nada”, ha dicho sobre su amigo, al que ha desvinculado por completo de la decisión de utilizar a una empresa ajena radicada en Irlanda y con cuenta en Suiza para contratar con Agval.
“Es una equivocación que asumimos y resolvimos (...). Lo regularicé y pagué por ello”, ha manifestado el testigo, que ha abierto la cuadragésima quinta sesión de la vista en la que se juzga a Urdangarin, la infanta Cristina y otras quince personas.
Ha relatado además que acompañó al entonces duque de Palma a Jordania para que le presentase a un empresario con el que intentó acordar una operación para Aguas de Valencia que resultó frustrada.
No obstante, ha insistido en que Urdangarin estaba al margen de estos servicios para la empresa pública valenciana. “El señor Urdangarin de esta operación no sabía nada de nada”, ha recalcado.