El Gobierno niega que el CNI ayudara a Zaplana en el caso Erial como alardeaba el exministro en una carta enviada desde prisión a una amiga imputada
“¿Da el CNI algún trato de favor para amparar a exministros corruptos?”, preguntó al Gobierno el senador de Compromís Carles Mulet tras alardear Eduardo Zaplana en unas cartas enviadas a la exdiputada Elvira Suanzes, también imputada en el caso Erial, de que el espionaje español le habría prestado algún tipo de ayuda.
El Gobierno sostiene en su respuesta que desconoce la “veracidad” de esta información y añade que el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) está sometido al ordenamiento jurídico y que actúa “con absoluto respeto a la legalidad vigente sin dar algún tipo [de] trato de favor a ningún exministro”.
En las cartas que envió el exministro del Partido Popular a Elvira Suanzes, exdiputada autonómica e investigada en la causa, Zaplana aludía a la supuesta ayuda que habría obtenido de la antigua responsable del CNI, la actual ministra de Defensa Margarita Robles, a la que no citaba explícitamente.
El expresidente de la Generalitat Valenciana temía aparecer en la fonoteca del excomisario José Manuel Villarejo y especulaba con la posibilidad de que el policía de las cloacas pudiera conocer, e incluso mantener una relación de amistad, con Juan Cotino, exdirector general de la Policía e investigado en el caso Erial.
El exministro y sus presuntos testaferros, tal como informó este diario, han sido eximidos por la magistrada de ir a firmar cada quince días debido a la crisis del coronavirus. La jueza de refuerzo del juzgado de Instrucción número 8 de Valencia que investiga el caso Erial también ha pospuesto los interrogatorios previstos para este mes de abril.
El sumario del caso Erial desveló la conexión entre el empresario Adrián de la Joya, el socio de Villarejo investigado en varias causas, y Zaplana. El exministro del Gobierno de José María Aznar guardaba unas anotaciones manuscritas con el nombre de una empresa panameña y su cuenta en Suiza asociada que resultaron ser propiedad del empresario Adrián de la Joya.
De la Joya reconoció que se reunió “varias veces” en diversos actos sociales con Zaplana, pero “nunca con fines profesionales”. En las misivas enviadas desde prisión a su amiga Elvira Suanzes, el exministro del PP especulaba sobre la supuesta mala relación entre el comisario Villarejo y los servicios de inteligencia españoles.
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