Hasta 13 internos han iniciado este jueves una huelga de hambre en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Zapadores, en València. Lo que señalan como “la gota que colma el vaso” ha sido encontrarse gusanos en la comida de algunos de los internos, hechos que han denunciado con vídeos a través de las redes sociales, denunciado que reciben un trato que “no es humano”.
Pero las quejas vienen de más lejos, ya que según explica David García de CIEs No los internos han padecido falta de agua durante el año, ya que recibían un litro y medio por día, y esta cantidad no se ha aumentado ni en el verano ni durante las repetidas olas de calor que se han producido durante los últimos meses.
Otras situaciones denunciadas con anterioridad han sido una plaga de chinches en las instalaciones en 2016, la muerte violenta de uno de los internos en 2019, así como también un brote de coronavirus que surgió el pasado mes de enero y afectó a diversos de los internos.
García ha subrayado que “estas personas se encuentran en una gran incertidumbre, por el miedo de ser expulsados, por la desconsideración del trato de la Policía Nacional y por el miedo a represalias como castigos a no salir al patio y que les quiten los móviles”. Por ello advierte que se producen casos de autolesiones de los afectados que también sufren falta de vigilancia que garantice su integridad física.
Desde CIEs No recuerdan que su lucha no es por la mejora de estos centros de internamiento, sino por su cierre total porque “no se garantizan los derechos humanos”.
Ante esta situación el senador de Compromís, Carles Mulet ha preguntado al Gobierno por qué se producen estas diferentes situaciones que comportan tanto falta de calidad y de cantidad de alimentos como falta de higiene, entre otros.
Fuentes de la Policía Nacional han afirmado que no tienen constancia de ninguna huelga de hambre porque los internos han realizado las tres comidas que se suministran (desayuno, almuerzo y cena) hasta este mismo jueves. Respecto a las quejas por la alimentación señalan que no han tenido constancia de que se haya suministrado comida en mal estado y sobre la falta de agua explican que se da una botella diaria de litro y medio, pero que en caso de más necesidad los internos tienen a su disposición el agua potable de los grifos de las dependencias.