El 88% de la superficie quemada en el incendio de Llutxent está en riesgo muy alto de erosión
La Fundación Centre de Estudios Medioambientales del Mediterráneo (CEAM) ha alertado de un riesgo muy alto de erosión en el 88% del territorio quemado en el incendio de Llutxent. Así lo explica en el informe urgente sobre el impacto del incendio para la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente en el que cifra en 3.146 las hectáreas de terreno forestal quemado y 126 hectáreas de otro tipo de vegetación.
Señala así que en la zona, debido a la elevada intensidad de las precipitaciones el riesgo erosivo está condicionado a que se produzcan intensas precipitaciones pocas semanas después de un incendio, cuando el suelo se encuentra desprovisto de la cubierta protectora de la vegetación.
Regeneración
Por lo que respecta a la regeneración de la vegetación se explica que en general, la severidad del incendio ha sido muy alta, afectando a arbustos y árboles. Así la abundante población arbustiva de coscojos ha quedado muy afectada, aunque se espera que se regeneren de una manera más o menos rápida debido al carácter rebrotador de las especies dominantes.
Así se destaca la presencia de herbáceas rebrotadoras en torno al 30% de las que se espera un nivel de respuesta rápido y que mantienen un importante papel en la protección del suelo. De hecho el CEAM subraya que, en el momento de la prospección de campo para este informe, solo una semana después del incendio,
ya se observaba algún rebrote de graminoides y de palmito.
Los pinares han tenido también una afectación con severidad muy alta (hojas consumidas completamente), mientras que la afectación al alcornocal ha sido variable, entre severa y medio-baja, así además se señala que este tipo de árbol tiene una gran capacidad de rebrote por la protección que le proporciona su característica corteza.
El carrascal también ha tenido una afectación con severidad muy alta, mientras los cultivos de olivo y almedro han tenido menos afectación, así como los naranjos en territorio de Gandia, por se menor densidad de arbolado y mayor hidratación de la vegetación.
Población de aves “arrasada”
Por otro lado la Sociedad Valenciana de Ornitología (SVO) ha afirmado que el incendio “arrasó” las poblaciones de aves en la zona. Señalan así que la desaparición de la vegetación natural debido al incendio ha supuesto la merma considerable de sus poblaciones de aves, que podrían tardar entre dos y tres décadas en recuperarse y alcanzar los valores previos a la catástrofe, según los expertos.
La SVO explica que dos meses antes del incendio hizo un seguimiento de las poblaciones de aves presentes en estas comarcas del sur de València, señalando que había más de 50 especies de aves, entre ellas algunas rapaces de gran valor por su vulnerabilidad como el águila perdicera, el águila real y el halcón peregrino. También se han visto afectadas especies que apenas se reproducen en unos pocos rincones de la provincia, como el mosquitero común y el picogordo.
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