El PSPV pide empatía con el turismo para no implementar la tasa mientras la patronal saca pecho de la ocupación hotelera
La creación de un impuesto al turismo es uno de los mayores quebraderos de cabeza del Gobierno del Botánico. En la coalición progresista, dos de las tres fuerzas que la componen llevan años planteando una tasa a las pernoctaciones de visitantes extranjeros, mientras que la tercera y mayoritaria se muestra reacia a una tasa en toda la autonomía.
El PSPV-PSOE no cierra la puerta definitiva ante la enésima propuesta de Compromís y Unides Podem, pero trata de rebajar sus expectativas. Después de que la vicepresidente y representante de Compromís, Mónica Oltra, y el vicepresidente segundo, Héctor Illueca, de Unides Podem, plantearan la implementación de la tasa turística en el debate previo a los presupuestos, la propuesta se cayó del anteproyecto de ley de medidas fiscales, dejando el debate en las enmiendas parlamentarias. Los socialistas no se niegan a un impuesto, pero creen que se debe dejar margen a los municipios para decidir si lo aplican y su importe y consideran que este no es el año para comenzar a trabajarlo, dado el impacto económico de la pandemia en el sector.
El conseller de Hacienda, Vicent Soler, ha comparecido este martes en la comisión de Economía, Presupuestos y Hacienda, en sustitución del vicepresidente segundo y a petición del PP para explicar la posición del Ejecutivo en este tema. “Los momentos que vivimos no son para una aplicación inmediata”, afirma el titular de Hacienda, que recuerda que en la autonomía conviven distintos modelos turísticos, por lo que, considera, el debate no es “sí o no”, es “qué, para qué, cómo y cuándo”. Los socialistas se abren a un impuesto en capitales como Valencia, pero eluden el tema en municipios como Benidorm, argumentando que en ese mercado se compite hasta por el último euro y que la tasa podría repercutir en las condiciones laborales precarias del sector.
Mientras Soler destacaba que “no puede ser abordado de una forma superficial o sin tener en consideración la coyuntura actual”, en la que “la recuperación aún es frágil” y “los mercados turísticos están reposicionándose”, la patronal hostelera, radicalmente contraria al tributo, dibujaba un escenario distinto. Según los datos de Hosbec, la asociación empresarial hotelera y turística, asegura que la ocupación se encuentra en torno al 70% en toda la autonomía, con unas cifras mejores respecto a las previsiones iniciales. Según Hosbec, la ocupación en Valencia supera el 85%, Benidorm logra un 73% con casi toda su planta abierta y Castellón mantiene una demanda estable en torno al 62%.
“El buen tiempo que se está registrando, con temperaturas suaves que invitan a disfrutar de todos los atractivos, está favoreciendo las reservas hoteleras. A ello se suma la progresiva e incesante recuperación de los mercados internacionales así como la reactivación de eventos sin restricciones como el pasado Congreso del PSOE celebrado en València”, ha señalado el presidente de Hosbec, Toni Mayor, en declaraciones recogidas por Europa Press. “A pesar de las restricciones que todavía imperan en Reino Unido y de las falsas expectativas que el Gobierno de España generó con el Imserso, hemos registrado una ocupación más que digna y posiblemente una de las mejores de todo el territorio español”, ha añadido.
En la misma línea se manifestó, también en las Corts Valencianes, el secretario autonómico de Turismo, Frances Colomer. En una comparecencia el pasado septiembre, el dirigente, contrario a la tasa turística, apuntó que el mes de agosto fue “positivo y dinámico” con una ocupación media hotelera del 79,4 %, mientras que para septiembre se esperaba que fuera del 60 %, ha indicado Colomer. En el balance del mes, presentado el 5 de octubre, Colomer aseguró que “en la temporada estival de 2021 se ha podido recuperar gran parte de la demanda turística que teníamos en 2019, apoyada dicha recuperación en el turista residente en España”.
Los portavoces de Compromís y Unides Podem en la comisión se han apoyado en estas declaraciones para insistir en la implementación del impuesto. Los parlamentarios apuntan que el impacto de la tasa en el precio final es irrelevante en el momento de determinar un destino turístico y recuerdan que la actividad genera externalidades negativas como la gestión de residuos, contaminación o presión sobre el precio del alquiler.
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