La prensa española perpetúa la discriminación hacia el pueblo gitano y Youtube les da voz
Son entre 600.000 y 750.000 en España; entre 10 y 12 millones en Europa. Aproximadamente el 1'5% de la población española es de etnia gitana. Un pueblo que se asocia con la marginación, la conflictividad y la delincuencia y que es discriminado allá donde se mencione.
Según los datos del Observatorio Proxi, el 55% de los gitanos se han sentido discriminados a la hora de buscar empleo, el 46% cree que el racismo es su principal problema y el 42% se ha sentido discriminado al acceder a un servicio público. Si miramos los datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) una de sus encuestas, realizada en 2013, determina que el 52,2% de los encuestados no querían tener un gitano como vecino.
Esa exclusión se observa también en los medios de comunicación. La investigadora de la Universitat de València, Carolina Moreno, y el investigador en la Universidad Internacional de Valencia, Joan Oleaque, han realizado un análisis de más de mil publicaciones en prensa escrita para observar cómo se habla de la comunidad gitana. El resultado, previsible y negativo. La prensa española de referencia perpetúa los tópicos y la imagen que la población tiene del pueblo gitano como una etnia conflictiva y marginada.
Según Oleaque, cuya tesis doctoral también analiza la integración de la comunidad gitana, a los investigadores les ha costado encontrar reportajes en los que no se vincule a los gitanos a conflictividad. “Son o causantes o víctimas de los problemas, pero siempre hay problemas”, señala el investigador. Además, los grandes medios tampoco hacen partícipes a los gitanos de las informaciones que les afectan, “apenas hay fuentes gitanas y, cuando salen, es para decir cosas sin importancia”, critica Oleaque.
Según los autores, “cuando presentan fotografías, titulares, planteamientos periodísticos o estrategias discursivas, lo hacen dentro de un estereotipo étnico que atribuye al pueblo gitano una conducta precivilizada y lejana, conectada con la inmigración”. Además, señalan que en todos los casos, “los gitanos se presentan en un estrato vital y moral alejado de la mayoría de la sociedad”. “La sociedad, teóricamente comprometida con la multiculturalidad, no tiene en cuenta a los afectados”, añade el investigador.
Por el contrario, las redes sociales son un altavoz para la población gitana y ayudan a que puedan romper estos tópicos. Con el ejemplo del vídeo Yo no soy trapacero, que criticaba que la RAE utilizara este término como sinónimo despectivo, los investigadores explican el poder de las redes. El audiovisual, en el que se pueden ver a unos niños buscando la definición de la palabra gitano al diccionario , se hizo viral el 2015 y tuvo gran apoyo social. En este contexto, Moreno y Oleaque plantean que los canales de internet ofrecen a las minorías la posibilidad de comunicar una imagen propia.
La metodología de análisis de textos periodísticos ha consistido en la selección de tres segmentos temporales: 2003-2004, 2007-2008 y 2009-2010, periodos en los cuales el tratamiento informativo del grupo se incrementó. La investigación incluye 970 textos con las palabras gitano, gitana, gitanos o gitanas.