Un año más, el mundo pone sus ojos este 6 de febrero en la mutilación genital femenina (MGF), una práctica cuya finalidad última “supone la dominación de la mujer en las sociedades patriarcales”. La que habla es María Reig Alcaraz, autora de la tesis ‘Actitudes y experiencias de los profesionales sanitarios y de mujeres inmigrantes ante la mutilación genital femenina“ y que este martes va a ofrecer una charla junto con otras profesionales en la Universidad de Alicante.
En su investigación, esta enfermera disecciona esta problemática puesta en práctica a entre 100 y 140 millones de niñas y mujeres en todo el mundo y que, como recordó la consellera de Sanidad Universal Carmen Montón el lunes, en la Comunidad Valenciana están en riesgo 5.429 personas de 23 países donde la mutilación genital está generalizada. De ellas, 1.268 son menores de 15 años y están en riesgo potencial de ser sometidas a esta práctica.
España no escapa a esta aberración debido al aumento exponencial de la inmigración. “Las personas cuando viajan la cultura no la dejan atrás”, afirma Reig. ¿Y cómo lo llevan a cabo si hay una ley que lo prohíbe? Le preguntamos. “Lo están haciendo de manera clandestina. También aprovechan en algunos casos el viaje de verano para realizarlo en sus países de origen y vuelven”. Para estos últimos casos, el marco jurídico también contempla la persecución extraterritorial de este delito.
Entre los motivos que llevan a los varones a promover esta práctica “son muchos y variados pero el principal es el de presión social”, explica la doctora. “Para ellos la comunidad y el respeto de la familia es lo más importante y si te niegas a esta práctica tan arraigada quedas excluida”. Otras de las razones es la sexual, aunque María Reig cree que se enmascara en otros motivos como el religioso o el de salud. Las fatales consecuencias de la MGF van, desde problemas en el parto a infecciones urinarias o incluso “muerte por shock o por infección”, asegura la ponente de las jornadas. “Y por supuesto problemas en las relaciones sexuales y psicológicos, con miedo, ansiedad y terror”, añade.
La Comunidad Valenciana es “pionera a nivel nacional” en la atención quirúrgica y psicológica a las mujeres ya sometidas a mutilación, aseguró ayer la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública. Todo comenzó en junio de 2016 cuando se puso en marcha una Unidad de Referencia para la Cirugía Reconstructiva en el Hospital Universitario Doctor Peset de Valencia a la que pueden ser remitidas mujeres y niñas desde todos los centros sanitarios.
En esta unidad han pasado 28 mujeres y diez se han sometido a cirugía reconstructiva, entre ellas una mujer embarazada y una niña de 13 años. Más tarde, en noviembre de 2016 arrancó el protocolo de actuación sanitaria ante la MGF que ha dado como resultado en el conjunto de centros de atención primaria 55 diagnósticos, 25 de ellos de 2017.
Sobre este protocolo, María Reig entiende que “es una herramienta pero no se enseña”. Esta profesional sanitaria espera que se hagan más cursos y talleres que los ofrecidos hasta ahora para que llegue a todos los centros sanitarios de la comunidad. Esta es, por desgracia, una de las conclusiones a las que ha llegado en su investigación académica: “a los profesionales aún nos falta mucho”.
Entonces, ¿en qué punto estamos en la lucha contra la MGF? Le preguntamos. “Queda mucho por hacer y la principal estrategia es la educación tanto para los sanitarios como para profesionales del ámbito de educación”. Incide en la importancia de formar al profesorado y a los agentes de los Servicios Sociales “para que detecten esta práctica”. “Aunque al final la educación que reciban las personas inmigrantes es fundamental para que continúe o se frene la mutilación genital femenina”.
La ‘Jornada de concienciación sobre la mutilación genital femenina’ comienza este martes a las 10,30 horas en el Salón de Grados de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Alicante con la participación, además de la doctora Reig, del historiador José Siles (en la foto), la matrona Modesta Salazar y la enfermera Isabel Casabona.