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La sentencia dice que los gritos racistas a Vinícius le causaron “sentimientos de frustración, vergüenza y humillación”

Vinícius, durante el partido disputado entre el Valencia CF y el Real Madrid el 21 de mayo de 2023 en el estadio de Mestalla.

Lucas Marco / Carlos Navarro Castelló

València —
10 de junio de 2024 21:42 h

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Los gritos y cánticos racistas que sufrió Vinícius el 21 de mayo de 2023 en el estadio de Mestalla durante el partido entre el Valencia CF y el Real Madrid le generaron “sentimientos de frustración, vergüenza y humillación, con el consiguiente menoscabo de su dignidad intrínseca”. Así lo establece la sentencia de conformidad dictada este lunes en València que condena a ocho meses de prisión, además de la prohibición de acceso a estadios de fútbol durante dos años, por un delito contra la integridad moral con el agravante de discriminación y la atenuante de arrepentimiento a tres aficionados del Valencia CF que profirieron insultos racistas contra jugador brasileño.

Los hechos probados del fallo indican que los tres jóvenes, sin antecedentes penales, “increparon” al delantero del Real Madrid con gritos y cánticos “referidos al color de su piel”. Todo ello “con evidente desprecio al color negro de la piel del jugador” brasileño y ante una audiencia “masiva”. La sentencia cierra así, en el terreno judicial, la polémica internacional suscitada por los insultos xenófobos, criticados por el propio futbolista afectado e incluso por el presidente brasileño, Lula da Silva.

Los condenados simularon “los gestos que hacen los primates” y gritaron “de forma repetida” los sonidos “uh, uh, uh, uh”, una “onomatopeya que imita el sonido emitido por los monos”, afirma el fallo. “Como es público y notorio”, explica la magistrada, el grito “ha sido proferido en diversas ocasiones por grupos de aficionados de distintos países para ofender públicamente a futbolistas de color de piel negra durante el transcurso de un partido de fútbol”.

La sentencia impone, además de una pena de ocho meses de prisión para cada uno de los tres acusados y del pago de las costas procesales, la prohibición de entrar durante dos años a estadios donde se celebren partidos de la Liga Nacional de Fútbol Profesional o de la Federación Española de Fútbol. Así, la prohibición incluye los partidos de ligas semiprofesionales, la Copa del Rey, la Supercopa de España y de Europa y partidos profesionales de competiciones internacionales y de selecciones nacionales de cualquier categoría.

La breve vista oral cierra el acuerdo de conformidad alcanzado entre las defensas y la Fiscalía y las acusaciones particulares que ejercían la Liga de Fútbol Profesional, la Federación Española de Fútbol y el Real Madrid, en representación del jugador. La magistrada, titular del Juzgado de Instrucción número 10 de València, dictó el pasado 15 de mayo un auto que acordaba la transformación en diligencias urgentes y, este lunes, la sentencia tras un juicio rápido propiciado por el pacto entre las partes, ante una gran expectación mediática.

Juan Carlos, Marcos y Félix, los tres jóvenes acusados, reconocieron los hechos y asumieron una pena de ocho meses de prisión, sin responsabilidad civil ni multa. Los tres aficionados, según confirmaron sus defensas, remitieron una carta de disculpas al jugador y al club.

La sentencia enmarca los hechos en el contexto del encuentro en Mestalla celebrado el 21 de mayo de 2023, un partido disputado entre el Valencia CF y el Real Madrid “de especial trascendencia para el equipo local por estar en juego la posibilidad de descender a Segunda División”. La jueza destaca que los gritos racistas fueron proferidos cuando el estadio (con un aforo de 49.300 personas) estaba “lleno”, ante los aficionados presentes en Mestalla y ante “una audiencia masiva de televisión, radio y medios de comunicación escritos y digitales”.

Los insultos racistas al jugador generaron “de forma paralela” una “gran polémica” con “gran impacto y repercusión en las redes sociales”, apostilla el fallo. La causa se inició tras un atestado de la Brigada Provincial de Información de la Jefatura Superior de Policía de València en el que constaban como denunciados los tres jóvenes, acompañados por sus padres durante la breve vista oral de este lunes.

Carta de disculpas a Vinícius

“Los acusados, desde el primer momento en que fueron localizados, mostraron su arrepentimiento y su intención de disculparse con el jugador, lo que reiteraron por escrito en este mismo acto”, afirma la sentencia en referencia al juicio rápido. El jugador, según el letrado Manuel Izquierdo, aceptó las disculpas expresadas por los condenados en la misiva, solicitada por el abogado que representa al Real Madrid. “Han pedido disculpas cada uno por los insultos que profirieron, el jugador las ha aceptado, lo cual también le honra, y bien está lo que bien acaba”, concluyó Izquierdo, que ha ejercido la defensa de los condenados.

Por su parte, la fiscal Susana Gisbert valoró positivamente la sentencia de conformidad y destacó que “ha habido una condena por un delito contemplando el agravante de odio”. La fiscal afirmó que la sentencia demuestra que “estos hechos no salen gratis”.

Los tres acusados fueron los únicos identificados por los insultos racistas al jugador brasileño. La policía no identificó a los ultras que también profirieron insultos racistas a Vinícius en el exterior del estadio de Mestalla por lo que la misma jueza instructora dictó el sobreseimiento provisional de la segunda causa.

La polémica se amplificó hasta el punto de que, un par de días después del partido, Brasil apagó la iluminación del Cristo Redentor como muestra de apoyo a Vinicius, quien durante el encuentro también hizo algún gesto a la grada alusivo al posible descenso del Valencia CF a segunda división. El jugador brasileño fue expulsado y cuando se retiraba, el estadio al unísono gritó “tonto, tonto”. Sin embargo, en la rueda de prensa posterior, el entrenador del Real Madrid denunció que todo el estadio de Mestalla había coreado “mono, mono”, lo que generó un conflicto que traspasó fronteras. Carlo Acelotti se vio obligado a rectificar al cabo de unos días: “Cuando me refiero a Mestalla no me refiero a 46.000 personas, me refiero a un grupo que se ha portado muy mal como ha pasado en Mallorca o en Valladolid”, aclaró.

“Diferencia de criterio”

El Valencia CF, a través de su director corporativo, Javier Solis, denunció el pasado 9 de mayo la diferencia de trato que a su juicio se ha producido en “la lucha contra el racismo” tras conocerse que el Comité de Apelación de la Federación Española de Fútbol (RFEF) había anulado una sanción impuesta al Atlético de Madrid a diferencia de lo que pasó con el club de Mestalla.

Apelación anuló el cierre parcial del estadio Civitas Metropolitano por dos partidos y la sanción de 20.000 euros, impuesta por el Comité de Disciplina el pasado 30 de abril, después de que en la jornada 33, en el partido ante el Athletic Club, un aficionado profiriera desde la grada de animación un grito imitando el sonido de un mono, dirigido al jugador visitante Nico Williams.

“La lucha contra el racismo es siempre, todos los días y sin ningún género de dudas. Es flagrante la diferencia de trato que sufrimos nosotros y sufrió el club y su afición y da que pensar si hay jugadores y equipos de primera y de segunda”, dijo Solís. “Parece que, según la camiseta que lleven, se actúa de una manera u otra. He podido leer que parecía que se admitía el escrito de apelación porque el club había actuado de la manera más diligente posible y quedó demostrado que el Valencia actuó con rapidez extrema. Da que pensar y es una lastima la diferencia de criterio”, agregó.

Además, según adelantó Radio Valencia Cadena Ser, los servicios jurídicos de Mestalla ampliaron la causa que sigue abierta, ante el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 7 de Madrid, contra el cierre del estadio valencianista durante tres jornadas de Liga tras los insultos que recibió Vinícius desde la grada de animación.

El Valencia CF reclama una compensación económica por el supuesto agravio que cubra la sanción económica que asumió en su día de 27.000 euros, más el dinero que devolvió a los abonados de la grada cerrada durante tres jornadas de la Liga.

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