Miles de personas protestan contra la gestión del magnate Peter Lim al frente del Valencia CF
Miles de seguidores del Valencia CF se han manifestado este sábado en Valencia contra el dueño del club, Peter Lim. La pancarta que encabezaba la manifestación, a la que han asistido figuras míticas del equipo como Santiago Cañizares, rezaba: “Per la dignititat del Valencia CF. Lim go home”. La marcha, que acaba en los aledaños del estadio de Mestalla, discurre por el Paseo de la Alameda con gritos contra el magnate de Singapur.
El Valencia CF atraviesa seguramente la crisis institucional más grave de sus 101 años de historia. La entidad valencianista, con los altibajos normales de una institución de tan larga trayectoria, ha pasado de ser un referente internacional de prestigio, reconocido como mejor club del mundo por la Federación Internacional de Historia y Estadística en el año 2004, a una triste caricatura.
El comienzo de este declive en la imagen de la centenaria entidad empezó cuando en octubre de 2014 se cerró “la transacción más grande del fútbol mundial”. Así calificó el expresidente del club, Amadeo Salvo, la venta de la mayoría accionarial a Meriton Holdings, una de las empresas del magnate de Singapur, Peter Lim. Salvo fue uno de los principales responsables de la operación de venta junto al expresidente de la Fundación del Valencia CF, Aurelio Martínez, actual presidente del Puerto de València.
Ninguna de las principales promesas realizadas por Salvo y Martínez con respecto a la oferta de compra de Meriton se ha acabado cumpliendo. De hecho, en el plano deportivo se ha debilitado cada temporada, especialmente desde la salida del técnico Marcelino y del director general de Mateu Alemany, contratados por Lim y paradójimente despedidos dos años después tras clasificar al equipo dos temporadas para la Champions y ganar la Copa, en un momento en el que el club volvía a revolarizarse. Desde entonces, se ha instalado en la más absoluta mediocridad.
En el plano económico, el accionista mayoritario se ha visto obligado a aprobar dos ampliaciones de capital para evitar la causa de disolución, mientras en el plano social, ha expulsado a la Agrupación de Peñas de su sede de Mestalla, mantiene las redes sociales del club cerradas a la interacción con los aficionados, y se ha vetado y denunciado a periodistas críticos con su gestión.
Por no hablar de las formas del presidente del club, Anil Murthy, cuando acudió a la reunión con el presidente del Gobierno valenciano, Ximo Puig, para solicitarle una prórroga para finalizar el nuevo estadio sin presentar ninguna garantía que justificara esa moratoria.
Ahora, Murthy ha solicitaro una nueva reunión con Puig, supuestamente para presentarle el acuerdo con el fondo de inversión CVC, que reportará a la entidad unos 118 millones de euros, como garantía para finalizar las obras.
Todo este caldo de cultivo ha hecho estallar a la masa social del club que ha acudido de forma multitudinaria a la manifestación convocada por la asociación Libertad Valencia, que trata de aglutinar el 5% del accionariado para fiscalizar la gestión de Meriton y de recuperar el paquete de acciones de Lim para democratizar el club. Se trata de la segunda protesta tras la del pasado 8 de mayo, que también fue masiva.
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