¿Debo cepillarle los dientes a mi perro? ¿Cómo, cuándo, dónde y por qué?

Perros, gatos, y cualquier otro mamífero con el que compartamos la casa y la vida, precisará de los cuidados dentales preceptivos, al igual que nosotros, dado que las piezas bucales expuestas a los elementos corrosivos de los alimentos se estropean y tienen a acumular sarro y placa bacteriana. En los humanos este fenómeno esta en la actualidad ampliamente controlado gracias a que nos cepillamos cada día los dientes con pasta dentífrica.

Pero en los canes, la conciencia de que ellos también deben tener un cuidado exigente de su dentadura es toda una novedad, aunque cada vez son más los dueños que se ocupan de este aspecto. No obstante, la salud bucal en los perros, que variará según la raza, la edad y la alimentación, es fundamental no solo para que tengan una buena calidad de vida, sino también para que esta sea prolongada.

A partir de los tres años, los problemas dentales de los canes se vuelven serios y pueden derivar en gingivitis y posteriormente en periodontitis; son las dos fases de la enfermedad periodontal, que en general que les lleva a perder piezas, no sin antes haber padecido un gran dolor. Para hacernos una idea, el mismo dolor que padecemos nosotros cuando se nos infecta una muela, solo que nuestro perro no se queja con palabras.

Si este problema no es debidamente abordado, puede derivar en enfermedades graves de riñón, hígado e incluso problemas cardíacos. Por contra, si se aborda adecuadamente desde los primeros meses de vida del perro, podemos sortear la enfermedad periodontal y mejorar mucho tanto su calidad de vida como su longevidad.

Ahora bien, cuando nos planteamos cómo cuidar su salud dental nos surgen no pocas dudas: ¿Cómo detectamos que tiene los dientes sucios? ¿Tenemos que cepillárselos tal como hacemos con nosotros mismos? ¿Cuándo es mejor hacerlo? ¿Vale cualquier pasta? ¿Es cierto que se hace con bicarbonato? ¿Hasta dónde es importante la alimentación? ¿Hay alternativas eficaces al cepillado? ¿Son recomendables las limpiezas bucales del veterinario?

A continuación respondemos a estas ocho preguntas.

1. ¿Cómo detectamos que tiene los dientes sucios?

Es bastante sencillo; para empezar la mayoría de los perros tienen sarro en los dientes. Lo detectaremos porque la base del diente va adquiriendo un color marrón que se va volviendo oscuro: es el sarro. Sobre este sarro actúa la placa bacteriana que degrada la pieza bucal. Además, lo oleremos en su aliento: si es fétido, es que tiene exceso de sarro y precisa una limpieza.

Otros indicios que nos pueden llevar a deducir que además la suciedad le está afectando en forma de enfermedad periodontal, es que tenga pereza de comer pienso seco en bolas y en cambio no tenga ningún reparo en tragar lo que encuentra por la calle, siempre que sea blando, o acepte bien el pienso húmedo. Es posible que la dureza del pienso seco le provoque molestias.

También si le vemos apagado, y no detectamos ningún malestar ni físico ni psicológico, es posible que sufra de enfermedad periodontal. Finalmente, si en la inspección detectamos una línea roja en el borde de las encías, no debemos descartar que se deba a una gingivitis. En todos estos casos deberemos aplicarnos en limpiar los dientes de nuestro perro con una periodicidad fija. 

 

2. ¿Tenemos que cepillárselos tal como hacemos con nosotros mismos?

Sí, aunque no con el mismo tipo de cepillo que usemos nosotros, ya que los perros tienen las encías más sensibles y por otro lado pueden mostrarse molestos y ponernos cada vez más difícil la tarea. Existen en el mercado unos cómodos cepillos de goma en forma de dedal que son muy poco agresivos para ellos y nos permiten a nosotros manejarnos mejor dentro de su boca para cepillar bien las piezas más ocultas del fondo de la boca.

Existen unos cepillos de doble ángulo para cepillar las caras internas del diente, pero no todos los perros los aceptan igual de bien. Finalmente, si queremos optar por un cepillo para humanos, deberá ser aquel que tenga las cerdas más suaves. En cuanto al modo de cepillar, haremos igual que con nosotros mismos: de arriba abajo partiendo de la base del diente. 

3. ¿Cuándo es mejor hacerlo?

Los veterinarios recomiendan hacerlo por la noche después del que el perro ya haya hecho su ejercicio, pero todo depende del carácter, el nervio y la edad de nuestro can. Los hay que se dejan e incluso les gusta, pues lo interpretan como una señal de cuidado y atención. En cambio a otros les disgusta y aunque se someten, no paran de moverse. Es por ello que es importante acostumbrarlos desde cachorros a este ritual; no esperemos a que surjan los problemas.

4. ¿Vale cualquier pasta?

No, no puedes usar tu pasta de dientes porque tiene ciertos elementos, entre los cuales el flúor, tóxicos para tu perro. Existen pastas de dientes para perro en centros veterinarios especialmente pensadas para ellos, que además se pueden tragar sin problemas e incluso tienen sabores agradables.

5. ¿Es cierto que se hace con bicarbonato?

No se recomienda. Algunas personas hacen pastas caseras en base a bicarbonato de sodio y es cierto que pueden ser eficaces. Pero los veterinarios advierten de que no debe ser un remedio ni cotidiano ni medianamente recurrente, ya que el bicarbonato puede ser tóxico en función de la frecuencia de los cepillados y el tamaño del can. 

 

6. ¿Hasta dónde es importante la alimentación?

Hasta hace relativamente poco se creía que con el pienso seco se evitaban los problemas periodontales, porque al ser duro rascaba contra el diente y limpiaba el esmalte. Hoy se sabe que tanto el seco como el húmedo no eximen de una limpieza sistemática con pasta y cepillo, aunque el pienso seco sí que contribuye menos al sarro.

Ahora bien, en lo que coinciden todos los veterinarios es que salirse de la alimentación equilibrada -léase dar chucherías, dulces o incluso comida de nuestro plato- dispara la cantidad de sarro en los dientes de nuestro can.

7. ¿Hay alternativas eficaces al cepillado?

Aunque huesos y tiras confeccionadas con los mismos elementos que las pastas de dientes son un buen complemento para mantener un cierto nivel de higiene, algunos veterinarios no los consideran sustitutivos del cepillado, que creen más efectivo. Pero si el perro es difícil o muy sensible de encías, estos productos pueden ser un plan B que nos permita espaciar los cepillados. De todos modos, no todos los perros toleran este tipo de remedios y algunos pueden padecer gastritis o diarreas.

8. ¿Son recomendables las limpiezas bucales del veterinario?

Depende de la edad del perro, del cuidado que haya tenido su dueño a lo largo de su vida y del estado en que tenga las piezas. Un mantenimiento constante de la boca de nuestro perro puede ahorrarnos llevarlo al veterinario para que le haga una limpieza en profundidad, que no es precisamente barata y además añade el peligro de que se anestesia al animal. Ahora bien, si tiene las piezas muy sucias y descuidadas o bien sufre una enfermedad periodontal avanzada, es recomendable una limpieza bucal profunda por parte del veterinario si queremos evitar males mayores.

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