Las 9 claves para evitar robos en casa durante las vacaciones

Foto: Life-Of-Pix

Jordi Sabaté

Agosto es el mes de las fiestas de pueblo, de la canícula, las siestas prolongadasfiestas de pueblo y también de los cacos en las ciudades, que por ser redundantes y ocurrentes, podríamos decir que ellos “hacen su agosto”. El motivo es muy sencillo: el parque de casas vacías disponibles para robar es el más alto del curso, ya que a partir de la Virgen de Agosto (día 15) los españoles abandonamos en masa nuestro refugio doméstico cotidiano y nos mudamos a algún país exótico, a una villa marinera o al chalé de la sierra o del monte.

En resumen, agosto es el mes del año en el que se produce la casi totalidad de los robos en domicilios en nuestro país. Por otro lado, según los expertos del sector de la seguridad privada, a pesar de que el 70% de las incursiones se produce en viviendas unifamiliares, el restante 30% de allanamientos de morada tiene lugar en pisos y edificios de apartamentos, sobre todo en las zonas residenciales más alejadas del centro de las ciudades.

A este respecto, los profesionales de la seguridad hacen hincapié en que ninguna vivienda está exenta del peligro si la banda de cacos considera que la incursión es relativamente fácil y posteriormente hay posibilidad de escape rápido y sigiloso, ello con independencia de que la casa cuente o no con un sistema de seguridad privada domésticaseguridad privada doméstica.

Por lo tanto, tengamos o no alarma anti-robo en casa, las siguientes nueve premisas son de obligado cumplimiento antes de cerrar la puerta por última vez durante las siguientes semanas y sumirnos en la canícula y el relajo veraniego.

1. Todo cerrado a cal y canto

Elemental y básico no dejar ni una ventana abierta, pero para nuestra sorpresa en un buen número de ocasiones la dejamos, por ejemplo la del baño para los malos olores, y los cacos le sacan partido colándose por estrecheces impensables. También hay que revisar que no haya puertas a las que no se les ha dado doble vuelta para entrar. Los amigos de lo ajeno recorren las avenidas y callejuelas y repasan con la vista los edificios hasta dar con una ventana entreabierta; entonces le dan al piso la nominación de robable. En consecuencia se impone un repaso concienzudo a cerraduras y manetas antes de decir “hasta luego Lucas”.

2. Las persianas entreabiertas

Suena a contradicción pero no lo es: dejar la mayor parte de las persianas a medio bajar sugiere que hay vida al otro lado y que en algún momento u otro del día la vivienda está ocupada. Lo contrario, es decir las persianas bajadas del todo, es una señal de que la casa está cerrada y sus habitantes de vacaciones, por lo que estamos regalando información a los ladrones.

3. El seguro del hogar al día

Un seguro de hogar en regla y con las coberturas adecuadas no nos evitará el disgusto y la sensación de vulnerabilidad que produce ver que alguien ha entrado a nuestra casa. Pero puede minimizar el daño y hacer que todo quede en poco más que un disgusto a medio plazo, pues la reparación de destrozos y la compensación por objetos sustraídos correrá de la mano de la compañía aseguradora.

4. Cuidado con las copias de las llaves de casa

Por distintas causas, las llaves de una vivienda van clonándose y pasando a veces de mano en mano, y de este modo pueden acabar en las inapropiadas. Se trata de tener un control de las distintas copias de nuestras llaves que circulan por nuestro entorno. Además, siempre que sea posible, intentaremos que retornen a nosotros o que residan en familiares y personas de la máxima confianza.

5. Que alguien nos vacíe el buzón de vez en cuando

Si rebosa de correspondencia o correo comercial, el buzón de convierte en un chivato para el caco profesional. Lo ideal es que un familiar, un amigo o la vecina nos lo vacíe de vez en cuando.

6. Empleemos temporizadores

Se trata de dispositivos que programan el encendido periódico de distintos electrodomésticos. Los hay de rueda o digitales, y se colocan entre el enchufe y una lámpara o un electrodoméstico. Su objetivo es programar el encendido diario del aparato, así como la duración y frecuencia del mismo para que parezca que hay vida detrás de las paredes. Están de venta en ferreterías.

7. ¿Tenemos buenos cierres en casa?

Un cuidado especial debemos tener con las ventanas de aluminio. Si bien por cuestiones de aislamiento y estética son muy ventajosas, a veces la calidad de los cierres puede ser muy baja. Adicionalmente, las puertas de cerradura simple son fáciles de abrir, por ejemplo, con una radiografía. Es imperativo valorar si merece la pena mejorar los cierres; aunque tengamos que pagar más es posible que nos marchemos de vacaciones con mayor tranquilidad.

8. No contar las vacaciones en Facebook e Instagram

No es imposible que haya amigos de lo ajeno entre nuestros contactos en Facebook e Instagram, especialmente si las tenemos abiertas y sumamos como contacto al primero que pasa. Los selfies en redes sociales chuleando de que estamos a miles de kilómetros arrancarán amplias sonrisas a los cacos, que pueden saber por los datos que vamos dejando en Facebook dónde vivimos y hasta cuándo tienen tiempo de robar en nuestro hogar.

9. Enviar los objetos de valor con un familiar

Los lugares más frecuentes donde escondemos nuestros objetos de mayor valor casualmente son los mismos para todo el mundo. Los cacos lo saben y van directos a ellos; y la mayoría de las veces aciertan. Si tenemos cosas de valor elevado o bien las llevamos a la caja fuerte de un banco o se las dejamos a un familiar.

Si no te quieres perder ninguno de nuestros artículos, suscríbete a nuestros boletines

suscríbete a nuestros boletines

Etiquetas
stats