Once recetas para cocinar sardinas sin tener que hacer un espeto playero
No hace falta esperar para ir a la playa a comer un espeto en la arena, tomando algo mientras la brocheta se hace a la brasa en la barquita que ponen al lado del chiringuito hasta que las sardinas se tuestan y te llegan al plato con su sal de escamas y su limoncito. Aquí hemos querido ayudarte a aprovechar la temporada de este nutritivo pescado azul que permite hacer todo tipo de recetas fáciles e incluso algunas más elaboradas e internacionales. Y también puedes optar por hacerlas en conserva y darles un punch de sabor diferente al que ya de por sí ya es sabroso e intenso.
Las recetas más españolas
Ensalada de sardinas con pesto
Haz un pesto con albahaca fresca, piñones, queso parmesano rallado, aceite y sal. Corta 250 gramos (g) de tomatitos cherry por la mitad, mézclalos con unas bolitas de mozzarela y con una lata de sardinas en aceite. Si quieres, añade unas aceitunas negras sin hueso.
Pimientos del piquillo rellenos de sardinas rellenas
Limpia las sardinas de forma que te queden solo los dos lomitos sin la espina. Extiende un pesto de albahaca o de cilantro si te gusta y haz un rollito con la sardina para freírla en aceite bien caliente cuidando que no se desmonte. Mientras, rehoga un poco los pimientos del piquillo y, cuando estén las sardinas fritas, las metes dentro del pimiento. Un chorrito de nata líquida para decorar y suavizar sabores y listo.
Cortezas de sardina
Haz un relleno con pan rallado, perejil, ajo y queso curado en polvo amalgamado con un poquito de vino blanco y un chorrito de limón. Rellena las sardinas limpias abiertas en libro y empánalas. Haz rollitos y extiéndelos sobre una bandeja de horno untada con aceite de oliva. En 15 minutos a 180ºC deberían estar ya crujientes. Sazona con sal de escamas y decora con unos gajos de limón para quien se quiera echar más.
Sardinas al horno
Aquí puedes meter las sardinas enteras (mejor si son grandes, pero limpias sin las vísceras, que sabrán mejor). Sobre la bandeja del horno untada en aceite, extiende una cama de tomate y de cebollas a rodajas con sal y luego distribuye las sardinas enteras, cubriéndolas con un ajoaceite que harás picando ajo, aceite y sal en un mortero. Dales una ducha de vino blanco seco y ponlas a hornear a 200ºC durante unos cinco minutos. (Puedes cambiar tomates por limones o por pimientos amarillos).
Las internacionales
Sardinas al estilo marroquí con chermoula
Ese relleno que puedes hacer batiendo dos dientes de ajo, perejil, cilantro, aceite de oliva, pimentón y zumo de limón. Extiéndelo bien sobre una sardina limpia y abierta en libro, tápalo con otra sardina, reboza con huevo y harina y deja reposar unos minutos. Fríelas en bastante aceite y sazona con sal de escamas.
Sardinas rebozadas en panko japonés
Limpias unas sardinas medianas y las dejas abiertas en libro. Las maceras en una salsilla con ajo, perejil y jugo de un limón o lima, máximo dos horas. En un recipiente pones un huevo batido y en otro panko (el pan rallado japonés que queda mucho más crujiente) y las untas primero en el huevo y luego en el pan. Y a la freidora, sin más.
Niguiri de sardina
Puedes seguir este vídeo para hacer el arroz o esta receta: lava 175 g de arroz especial para sushi con agua fría en un bol para retirar el almidón y enjuágalo unas seis veces. Déjalo escurriendo cinco minutos, luego mételo en una olla exprés con 190 mililitros (ml) de agua y ponlo al máximo.
Cuando el agua empiece la ebullición, baja al mínimo el fuego y deja el arroz cocer durante 10 minutos, reposando por otros 10. Mezcla 8 g de azúcar, 4 g de sal y 20 ml de vinagre de arroz en un bol para regar con ello el arroz una vez lo tengas expandido por la esterilla. Abanícalo literalmente ayudándote de un abanico y una espátula para que empape bien el aderezo entre los granos de arroz.
Tápalo con un paño húmedo mientras haces una mayonesa de wasabi y aceite de sésamo y preparas las sardinas abiertas y limpias para cubrir luego las bolitas de arroz. Las bolas has de hacerlas con las manos húmedas y amasando para que el arroz quede junto pero no aplastado. Tampoco lo aplastes con la sardina. Echa la mayonesa por encima de estas y pon unos cuenquitos con salsa de soja para mojar el arroz.
Lacitos con sardinas
Pon a hervir la pasta, mejor que sea corta, para no tener que revolverla demasiado y que se quede agarrada la sardina en sus hoquedades. Mientras se cuece, rehoga una cebolla picada y sofríe con ella las sardinas limpias y abiertas. Añade unos taquitos de tomate y sazona con sal, pimienta, orégano y albahaca, rehoga la pasta con ella y al plato con un chorrito de aceite de oliva.
Las que mejor se conservan
Escabeche de sardinas
Mezcla un litro de aceite con 250 ml de vino blanco y 250 ml de vinagre de vino blanco de Jerez. Añade especias aromáticas a elegir, como tomillo, romero, pimienta y ajo. Agrega medio kilo de cebolla en juliana, 250 g de zanahoria rallada, tres hojas de laurel, sal y diez granos de pimienta. En una cazuela, lo pones a fuego medio y remueves periódicamente para que no se pegue en el fondo durante 15 minutos.
Revisa el punto de sal y reserva hasta que se enfríe. Mientras se hace, fríes medio kilo de sardinas enteras. Cuando ambos estén fríos, los viertes juntos en un envase esterilizado de vidrio, lo cierras y lo agitas para que se mezcle bien toda la amalgama. Comer en uno o dos días.
Sardinas en salmuera
Cubres medio kilo de sardinas medianas o grandes con sal gruesa en un bote que quede sellado al vacío y lo dejas durante mínimo un mes en la nevera. Pasado este tiempo, las sacas, les quitas la mayor cantidad posible de sal y agregas en un frasco a medidas iguales de aceite y vinagre (opcional echarle tomillo, pimienta o romero). Y ya te las puedes comer.
Sardina marinada en ginebra con encurtidos
Mezcla 200 g de sal gruesa y 200 g de azúcar, añade la ralladura de una lima y un limón, además del limón exprimido y un buen chorro de ginebra con unos granos de enebro y de pimienta negra, chafándolos con el mortero. Remueve bien y cubre con ello cuatro sardinas grandes ya limpias en una fuente que puedas meter en la nevera.
Déjalas enfriar durante tres horas, lávalas y consérvalas en un recipiente cubiertas en aceite de oliva. Puedes emplatar con tomates secos en aceite, cebolletas, pepinillos y alcaparras encurtidos y tapenade con unas tostaditas para hacer un aperitivo.
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