Ocho trucos para limpiar y dejar como nueva tu plancha de la ropa

Mantener una buena limpieza de nuestras planchas alargará su vida útil.

Elena Segura

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Lo habrás escuchado miles de veces y es probable que ya te hayas dado cuenta de lo importante que es para asegurar su correcto funcionamiento y alargar su vida. Pero por si no lo sabías, mantener una buena limpieza de tus electrodomésticos es tan importante como hacerlo en el hogar. Para ponerla en práctica, siempre será de ayuda rescatar las instrucciones del aparato en cuestión y leer lo que nos recomienda el fabricante para dejarlo como nuevo.

En esta ocasión, vamos a darte unas claves para una puesta a punto de tu plancha y que no te amargue la tarde estropeando tu camisa favorita mientras la pasas una y otra vez por encima de esas arrugas rebeldes tras su paso por la lavadora. Una plancha deteriorada nos obligará a estar más tiempo de pie detrás de la tabla porque será menos eficaz, e incluso puede quemar nuestras prendas.

Antes de empezar con la tarea de limpieza de la plancha, dale la vuelta y fíjate si tiene en su base suciedad incrustada o alguna parte más quemada. Esta será una señal inequívoca de que ha llegado el momento de poner en práctica los trucos que vamos a darte. Aunque no hay que esperar tanto, lo ideal será realizar una pequeñas limpiezas de mantenimiento antes de llegar a extremos.

Aquí tienes algunos trucos:

  • Utilizar sal gruesa. Es un método muy efectivo y para el que solo necesitaremos un poco de tiempo y un ingrediente. Consiste en colocar sobre alguna superficie como una mesa (u otra) un trapo sobre el que esparciremos unas cuantas cucharadas de sal gruesa. Después encenderemos la plancha y cuando esté caliente, la pasaremos sobre la sal hacia adelante y hacia atrás. Lo haremos varias veces, siempre de forma suave para no estropear el aparato, hasta que empiecen a desaparecer las quemaduras que aparecen derivadas del uso en su base. Cuando lo hayamos logrado, apagaremos la plancha y la dejaremos enfriar. En ese momento, podemos pasarle un trapo húmedo para terminar la operación.
  • Vinagre blanco en caliente. El vinagre blanco es uno de esos productos que, además de ser respetuoso con el medio ambiente, es un desinfectante muy poderoso. Es multiusos y podemos utilizarlo para toda la limpieza del hogar. Por todas esas razones, te recomendamos tenerlo siempre disponible en tu despensa. En este caso, lo que haremos es calentar el líquido y no la plancha, que limpiaremos sin enchufarla a la corriente. Impregnaremos un trapo con el vinagre caliente y lo pasaremos sobre la superficie quemada. Después, limpiaremos con otro trapo para sacarle brillo.
  • Vinagre blanco en frío. Lo que haremos será empapar un trapo con este líquido y ponerlo sobre la base de nuestra plancha. Se deja actuar una media hora y después pasamos otro trapo para eliminar la suciedad. Es un método perfecto para eliminar también las bacterias que se hayan adherido a este pequeño electrodoméstico.
  • Vinagre y sal combinados. Si las quemaduras que se han instalado en la base de nuestra plancha son más complicadas, podemos probar a combinar los dos productos ya recomendados. Lo que haremos será mezclar ambos (el vinagre y la sal) a partes iguales; en principio con medio vaso por ingrediente será suficiente. Calentaremos la solución en un cazo y apagaremos el fuego antes de que rompa hervir. Dejamos enfriar la pasta y humedecemos con ella un trapo con el que frotaremos las manchas y quemaduras de la plancha.
  • Bicarbonato de sodio. Al bicarbonato de sodio le pasa como al vinagre blanco. Es uno de esos productos que podremos usar para limpiar distintos objetos y espacios de una forma muy eficaz. Es, por ejemplo, un espectacular blanqueador para la ropa, deja como nuevos azulejos y el baño en general, es perfecto para limpiar nuestros colchones o para desatascar tuberías. Aquí lo que haremos será mezclar dos cucharadas soperas de bicarbonato con una de agua y formaremos una pasta, que esparciremos por la base de la plancha frotando —no hay que hacerlo fuerte—. Ten cuidado y evita en lo posible que la mezcla se vaya hacia los agujeros que tiene la plancha para que salga el vapor. Con una toalla húmeda eliminaremos los restos que hayan quedado.
  • Detergente de la ropa. Puede que no se te hubiera ocurrido nunca, pero el detergente de la ropa también puede ser útil para terminar con esas quemaduras que se resisten. Especialmente en el caso de que tu plancha sea antiadherente. ¿Qué haremos? Lo primero será calentar un poco de agua, a la que añadiremos una pequeña cantidad de detergente. Podemos probar con una cucharada o unas pocas gotas. Removemos y con la plancha fría —tampoco la encenderemos en esta ocasión— insistiremos sobre las manchas con un trapo suave o un algodón.
  • Velas. Tampoco es un método muy usado en la actualidad, pero sí que tiene mucha tradición. Para ponerlo en práctica encenderemos la plancha pero la dejaremos a temperatura media. Ya caliente, pasaremos la base de la vela por la superficie de la base de la plancha y observaremos cómo la vela se derrite y se adhiere al aparato. Después frotaremos con un paño para ir quitando la cera y, con ella, la suciedad incrustada. Se recomienda proceder con mucha precaución para evitar quemaduras y otros accidentes.
  • Paracetamol. Has leído bien, sí. Lo que harás será machacar algunas pastillas y mezclar el polvo con agua tibia. Después puedes frotar esta pasta por la base de la plancha.

Si lo que tienes es un centro de planchado, tendrás que estar atento también al interior de tu electrodoméstico. Este tipo de plancha requiere además mantener la cal a raya, para lo que tendrás que emplear de vez en cuando —cada cuatro o seis meses por lo menos— algún tipo de producto para descalcificar el depósito y no dañar los conductos. Algunas marcas cuentan con sus propios productos para realizar este tipo de limpieza, aunque también puede emplearse una mezcla de agua con vinagre blanco, que añadiremos al calderín del centro de planchado. Seguidamente, lo encenderemos hasta que suba la temperatura y comience a expulsar el vapor.

A medida que sale el vapor —lo dejaremos expulsándolo al menos diez minutos— irá saliendo también la suciedad, por lo que es aconsejable tener un trapo a mano. Repetiremos la operación solo con agua para terminar con los restos de vinagre y con el centro de planchado frío y desconectado, vaciaremos bien todo el líquido. Para evitar que la cal se apodere del aparato, lee bien las instrucciones antes de utilizarlo para saber qué tipo de agua tienes que utilizar. Si bien algunos centros de planchado admiten la del grifo hasta cierta dureza, otras marcas recomiendan el uso de agua destilada o incluso una mezcla de ambas.

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