Cómo usar la batería de tu coche (eléctrico) para tener luz en casa

El coche como batería para el hogar

Darío Pescador

31 de enero de 2023 06:00 h

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A medida que las casas unifamiliares y las comunidades de vecinos adoptan energías renovables, especialmente la electricidad de los paneles fotovoltaicos, los consumidores se encuentran con la cruda realidad: de noche, o los días nublados, la electricidad producida no es suficiente. Por el contrario, los días de sol, dependiendo de la potencia instalada, los paneles pueden producen más de la que se necesita. 

Lo habitual es que los hogares estén conectados a la red eléctrica y así puedan tener suministro constante. Otra solución son las baterías. En el mercado se pueden encontrar paquetes de baterías para casa, del tamaño de una maleta grande, como la fabricada por Tesla.

Estas pueden proporcionar suficiente potencia para el consumo de la casa. Para las casas autosuficientes, estas baterías son una opción obligada, y no son baratas, ya que rondan los 8.000 euros, dependiendo de la potencia.

Pero, un momento, los coches eléctricos actuales son básicamente grandes baterías con ruedas. ¿Se puede usar un coche como batería para el hogar? La respuesta es sí.

Del coche a la red

En efecto, las baterías de los coches eléctricos pueden utilizarse como fuente de electricidad para los hogares cuando el coche está aparcado. Es lo que se conoce como tecnología “vehículo a red” (V2G por sus siglas en inglés).

Del mismo modo que los coches eléctricos se cargan conectados a la red eléctrica, los sistemas V2G permiten invertir el sentido y enviar energía eléctrica de la batería del vehículo a la red. 

El sistema funciona conectando la batería del coche eléctrico al sistema eléctrico de la vivienda, lo que permite cargar y descargar la batería según sea necesario. El sistema también incluye un inversor bidireccional, que permite que la electricidad fluya en ambos sentidos entre la batería del coche y la red.

Baterías con ruedas

Por término medio, los vehículos eléctricos tienen una potencia de entre 80 kW y 150 kW. En comparación, la potencia de la energía eléctrica contratada en España es de 4,4 kW.

Según la Red Eléctrica de España (REE), el consumo mensual de una vivienda media es de aproximadamente 270 kWh, es decir, menos de 1kWh al día. Las baterías de los coches eléctricos tienen una capacidad de entre 40 kWh y 100 kWh, en general cuatro veces superior a la de las baterías domésticas. 

Para revertir el flujo de energía es necesario un cargador bidireccional, que se puede instalar en una casa unifamiliar o en el garaje de una comunidad. Aquí llega otra duda: el consumo de electricidad es mayor a partir de la caída del sol (horario pico) y desciende durante la noche (horario valle).

Esto quiere decir que si el coche es la batería de respaldo de una casa con paneles solares, la energía se utilizará por la tarde-noche, y el coche no se podrá recargar hasta la mañana siguiente, cuando se supone que debería estar cargado. No parece la mejor solución, y podría requerir una batería doméstica adicional además de la del vehículo. 

Las cosas cambian si el sistema está conectado a la red, porque aquí se puede usar el coche como acumulador de electricidad barata. En países donde se han implantado los sistemas de V2G, la carga de las baterías de los vehículos eléctricos se programa.

Se hace con el objetivo de exportar energía a la red durante los periodos de mayor demanda (es decir, por la tarde, cuando la gente enciende los electrodomésticos), y vender así los kilovatios en el momento en que son más caros.

Luego las baterías se cargan durante la noche, cuando la demanda es menor y la energía más barata. El resultado final es un saldo positivo para el propietario del coche. 

¿Es posible en España?

En España la regulación del autoconsumo de electricidad permite la venta de energía a la red, pero solo cuando se renuncia a la modalidad de compensación simplificada, para instalaciones de menos de 100kW, en la que los excedentes de energía de la instalación se compensan en la factura de electricidad de la red, y se exige que la fuente sea renovable.

En otro caso, nuestro hogar se convierte en una central eléctrica de cara a la ley, supone darse de alta como productor de energía y hacer frente a trámites fiscales y administrativos, ya que se considera que se está llevando a cabo una actividad económica.

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