Ocho maneras en que nos pueden timar con el Black Friday
El viernes que viene es el Black Friday, un acontecimiento comercial que ha cogido vuelo en la última década, exportado desde Estados Unidos, donde sí tiene arraigo y tradición. Sucede que este país las familias se reúnen por el Día de Acción de Gracias, el último jueves de noviembre. Es la fecha más señalada en su calendario -más que la Navidad- y lleva a muchas personas a cruzar el continente de este a oeste y viceversa, ya que es habitual que las familias vivan separadas por largas distancias.
Tras el Día de Acción de Gracias, jueves, cada miembro de la familia regresará a su lugar de residencia generalmente el domingo o el sábado por la tarde. Pero el viernes se aprovecha la reunión familiar para comprar regalos para los miembros de la familia que no se verá en Navidad, y dárselos, ya que es la única época del año donde muchas familias están todas juntas. Como las personas ya están puestas en comprar, compran también los regalos de Navidad de su familia directa, que tal vez estén ese día en otro estado. Total que se aprovecha para comprar los regalos.
Los comerciantes hace décadas que detectaron esta costumbre en sus cuentas, porque en los grandes núcleos poblacionales se hace ese viernes un importante beneficio neto de caja que dejaba los números en negro, es decir en superávit. Por eso le llamaron viernes negro, black friday en inglés. En consecuencia, para incentivar el volumen de compras, se inventaron la rebajas exclusivamente para ese día.
Posteriormente, en internet estas rebajas se han alargado hasta el lunes con el llamado cibermonday, que se aplica ya tanto en comercios online como en grandes superficies de tecnología y electrónica.cibermonday Ahora bien, no debemos obviar que estos acontecimientos son rebajas al fin y al cabo, y por tanto deben regirse por la Ley de Ordenación del Comercio Minorista, en los artículos que se refiere a los productos rebajados.
Esta especifica una serie de requisitos que deben cumplir tales productos, pues aseguran que se respetan nuestros derechos. No hacerse así, nos podríamos encontrar con que caemos en alguna de las ocho siguientes trampas que pueden tendernos los comercios deshonestos.
Ocho maneras de timarte con el Black Friday
1. Vacilarte con los precios
La ley estipula que los productos rebajados mostrarán en sus etiquetas la sucesión de rebajas que hayan sufrido en el precio, de mayor a menor. Con ello se pretende que tengamos una referencia clara de en qué porcentaje se ha rebajado el precio del producto, algo que también se debe estipular de forma clara y diferenciada. Así podemos juzgar si la rebaja nos merece la pena o no y comprar con criterio.
2. Hacer pasar precio caro por barato
También evitaremos con la clarificación de precios y porcentaje de rebaja que nos cuelen gato por liebre dándonos un producto a precio caro pero haciéndolo pasar por rebajado. El año pasado, la OCU detectó esta incorrección“ en un 22% de los productos supuestamente rebajados en esta fecha. Esto se consigue subiendo mucho el precio del producto unos días antes del Black Friday, para después ese día rebajarlo de manera ficticia hasta el precio normal o incluso un poco superior a este. Es técnicamente una rebaja, pero el consumidor compra más caro.
3. Colocarte un producto no rebajado
Otro requisito obligatorio de las rebajas es distinguir claramente y de modo entendible para los consumidores los productos rebajados de los que no lo están, de modo que pueda haber confusiones que se tengan que resolver de manera embarazosa en la caja, o de modo que el consumidor compra colección o modelo nuevo a precio de mercado creyendo comprar rebajado.
4. Colarte colecciones y modelos antiguos
También puede suceder que nos quieran colocar como rebajado y nuevo, un modelo de televisor del año pasado, o una colección de ropa de dos temporadas atrás, etc. Se pueden vender estos productos rebajados por el Black Friday, pero debe especificarse claramente qué colección o qué modelo es y en que año se puso a la venta.
5. No darte la factura
Tenemos derecho a una factura de papel o bien electrónica, a escoger, y es importante que la recojamos por si luego debemos reclamar. Algunos comercios deshonestos, que muchas veces no aceptan pagos con tarjeta en los productos rebajados, alegan que no están obligados a dar factura en rebajas para que luego no podamos reclamar. Es falso.
6. Venderte un producto defectuoso
Pueden vendernos productos defectuosos por el Black Friday, pero no colárnoslos; es decir colocarlos sin que sepamos que el producto es defectuoso. Este tipo de productos se atienen a una normativa específica y por tanto debe estar especificado claramente en la etiqueta y en el expositor que son productos defectuosos. Si no se ha obrado así y hemos comprado sin saberlo un producto con taras, tendremos derecho a devolverlo durante los catorce primeros días tras la compra.
7. Hacerte phishing si quieres comprar por internet
Mucho ojo estos días con las promociones comerciales que nos entrarán por correo electrónico y SMS con la excusa comercial del Black Friday. Puede que algunas de ellas sean intentos de estafa por phishing que busquen que entreguemos los datos de nuestra tarjeta de crédito en una falsa página de pasarela de pagos. Es mejor no atender a estas ofertas, si vamos a comprar por internet, y buscar nosotros mismos lo que deseemos directamente en las páginas web de los comercios.
8. No enviarte la mercancía comprada
Finalmente, si no seleccionamos el sitio donde compramos online de modo que tenga un mínimo de garantías, nos podemos encontrar con que el paquete adquirido y por el que hemos pagado no nos llega, o nos llega con taras. La ley dice que podemos reclamar, pero la ley española solo es válida para comercios de la Unión Europea.