Poner fin a la acumulación de grasa: así puedes limpiar la rejilla de los fogones de manera sencilla

Fogón de gas.

Héctor García Alonso

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La cocina es una de las partes del hogar que más suciedad acumula a lo largo del día. La preparación del desayuno, la comida y la cena requiere del uso de múltiples utensilios que posteriormente habrá que lavar. Uno de los elementos más utilizados a la hora de cocinar son los fogones, que acumulan suciedad tras cada plato que preparemos aunque seamos constantes con su limpieza.

Las cocinas de gas no son lo más habitual en la actualidad; sin embargo, son muchos los dueños que siguen confiando en ellas o que las mantienen porque aún funcionan perfectamente. Estas tienen sus ventajas ya que son compatibles con cualquier utensilio de cocina y además proporcionan calor inmediato y ajustable de forma precisa.

No obstante, uno de los principales inconvenientes de este tipo de fogones es su limpieza. A pesar de que otros tipos de cocinas como las vitrocerámicas tan solo requerirían de un fregado básico, los fuegos de gas requieren desmontar sus partes y una limpieza exhaustiva con frecuencia.

Por ello, pese a que la asiduidad con la que debemos de lavar nuestra cocina de gas depende principalmente del uso que la demos y del tipo de alimentos que cocinemos en ella, es recomendable ser constantes con su limpieza para prolongar su vida útil y evitar posibles incendios.

Cómo limpiar las rejillas de los fogones de gas

Para la limpieza de las rejillas de una cocina de gas tan solo necesitaremos útiles de limpieza de uso diario, habituales en un hogar. Antes de comenzar a limpiar, prepara los siguientes materiales:

  • Agua caliente.
  • Detergente desengrasante.
  • Un cepillo de cerdas duras o un estropajo.
  • Vinagre blanco de limpieza.
  • Bicarbonato de sodio.

Para comenzar la limpieza, retira las rejillas de los fogones y colócalas en el fregadero. A continuación, pon el tapón para que no se vaya el agua y llénalo de agua caliente con las rejillas dentro hasta que el agua cubra las mismas completamente. Cuando las piezas estén sumergidas en su totalidad, añade un chorro de jabón desengrasante o friegaplatos.

Remueve bien para que la mezcla haga efecto y déjalo reposar por al menos un cuarto de hora. De esta manera, el agua caliente junto al jabón reblandecerán y desincrustarán parte de la grasa y restos adheridos.

Si por otro lado la suciedad está muy incrustada, es posible retirar las rejillas del agua y, con las mismas aún mojadas, espolvorear bicarbonato de sodio por las zonas más difíciles de limpiar. Tras ello, vierte un chorro de vinagre blanco de limpieza con las zonas llenas de bicarbonato. Esto creará una reacción efervescente que te permitirá retirar hasta la suciedad más incrustada.

A continuación, utiliza el cepillo de cerdas o el estropajo para fregar contundentemente las rejillas, no te dejes ninguna zona sin frotar. La grasa debería estar más suelta gracias a las combinaciones de agua, jabón y bicarbonato con vinagre, por lo que debería salir fácilmente. De no ser así, repite los primeros pasos y deja las rejillas reposar durante un mayor periodo de tiempo.

Una vez llevados a cabo todos los pasos previos de manera satisfactoria, enjuaga las piezas con abundante agua caliente. Es importante que no quede ningún resto de vinagre blanco ni bicarbonato durante el aclarado.

Seca las rejillas completamente antes de volver a instalarlas en los fogones. Es posible dejarlas secar al aire libre o utilizar papel absorbente de cocina para facilitar la tarea y tenerlas secas lo antes posible.

Aunque la limpieza de las rejillas de las cocinas de gas es más tediosa que compleja, es recomendable realizarla con asiduidad. De esta manera, la limpieza a fondo será más sencilla una vez haya que llevarla a cabo. Además, es recomendable pasar una esponja o estropajo húmedo después de cada cocción, de esta manera, reducirás la acumulación de restos sustancialmente.

Otro tipo de fuegos

El cuidado y la limpieza será distinto según el tipo de cocina que tengas en casa, y también en función de la comida que se cocine y las dimensiones del mismo. Otros de los tipos de cocina más utilizados, aparte de los fogones de gas, son:

  • Fogones eléctricos.
  • Cocinas de inducción.
  • Vitrocerámicas.
  • Cocinas de leña.

Cada tipo tiene unas especificaciones diferentes respecto a uso y limpieza. Por ello, es recomendable seguir siempre las instrucciones del fabricante sobre cuidados del electrodoméstico para estar informado antes del primer lavado.

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