El pueblo de Cuenca para buscar setas con tres rutas de senderismo perfecto para un plan de otoño

Vista panorámica de las casas colgadas en Cuenca.

Edu Molina

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En el corazón del parque nacional de la Serranía de Cuenca, Tragacete se posiciona como un sitio perfecto para los amantes de la micología y el senderismo. Este pequeño lugar esconde innumerables tesoros naturales que lo convierten en una parada obligatoria para los visitantes de la región.

Rodeado de extensos bosques y parajes naturales de gran belleza, ofrece un entorno perfecto para disfrutar del otoño, cuando estos se llenan de colores cálidos y de una gran diversidad de setas.

Tragacete, situado a más de 1.200 metros de altitud, cuenta con un clima y unas condiciones naturales óptimas para la proliferación de setas y hongos. En sus arboledas de pinos, robles y hayas, es común encontrar una gran variedad de especies micológicas, como níscalos, boletus y senderuelas.

Este rico ecosistema no solo atrae a experimentados en la recolección de setas, sino también a aficionados que desean iniciarse. Además de su riqueza en la micología, Tragacete destaca por sus excursioniones, que ofrecen paisajes espectaculares, que combinan con la gastronomía y la oportunidad de disfrutar de la naturaleza en estado puro.

Nacimiento del río Júcar

Una de las rutas más populares es la que conduce al nacimiento del río Júcar, un recorrido que combina la belleza del paisaje con la posibilidad de recolectar setas cumpliendo con la normativa y siempre asegurándonos que son aptas para consumir. Este sendero, de dificultad moderada, transcurre a través de frondosos pinos y praderas que embellecen el lugar.

La altitud y las características del suelo hacen que estas tierras sean fértiles y propicias para la biodiversidad micológica. Durante el otoño, el itinerario se convierte en un lugar perfecto para la observación de hongos, especialmente en los tramos más húmedos y sombreados.

El punto culminante es el nacimiento del río Júcar, un paraje de gran valor natural donde el agua brota cristalina entre rocas y musgos. Este enclave, especialmente hermoso en otoño, es ideal para tomar una pausa y para disfrutar del sonido del agua y los colores del bosque. Durante el camino, es posible avistar aves y pequeños mamíferos, lo que añade un atractivo adicional al recorrido.

Los callejones de Las Majadas

Ubicada en la Serranía de Cuenca, la ruta del valle de Las Majadas es una opción destacada para el senderismo otoñal. Este recorrido de dificultad moderada se extiende por aproximadamente 8 kilómetros, atravesando bosques de pinos y quejigos, mientras rodea acantilados de roca caliza.

Entre sus principales atractivos se encuentran el Mirador del Tío Cogote, con vistas panorámicas del valle, y los callejones de las Majadas, un laberinto natural de formaciones rocosas cercano al sendero principal.

Muchos visitantes destacan que este recorrido permite combinar el disfrute del senderismo con la oportunidad de aprender sobre la flora local, haciendo que sea una experiencia educativa y recreativa.

En temporada, es ideal para la micología, con especies como níscalos y boletus que pueden encontrarse a lo largo del camino. Apta para familias y excursionistas ocasionales, la experiencia se complementa a la perfección con la gastronomía local, donde destaca la cocina tradicional serrana.

Nacimiento del río Cuervo

Aunque no comienza en Tragacete, el trayecto hacia el nacimiento del río Cuervo, ubicado a pocos kilómetros del pueblo, es una excursión imperdible para quienes visitan la zona. Este sendero es conocido por su impresionante paisaje, donde las cascadas y los saltos de agua se mezclan con la vegetación autóctona.

A medida que los caminantes avanzan, la vegetación se vuelve más densa y la aparición de pequeños arroyos y pozas donde el agua se recoge, y forma imponentes cascadas. Esta ruta es una de las más visitadas por su belleza natural, la cual lleva a los excursionistas hasta los manantiales que forman el nacimiento del río.

Es un trayecto sencillo, perfecto para familias con niños, lo que la convierte en una opción ideal para aficionados de la micología, al tener que transitar áreas donde es común encontrar numerosas especies de setas.

El municipio, consciente del auge del turismo micológico, promueve prácticas sostenibles y la importancia de respetar el entorno natural. Entre las recomendaciones se encuentran el uso de cestas de mimbre para recolectar setas, la identificación adecuada de las especies y la prohibición de removerlas del suelo de forma agresiva.

Dicha combinación de senderismo y micología en Tragacete no solo permite conectar con la naturaleza, sino también disfrutar de la gastronomía local. En los restaurantes de la zona, las setas recolectadas durante la temporada se convierten en las protagonistas de los platos del lugar.

El pueblo ofrece un entorno pintoresco que invita al descanso y la desconexión. Con sus calles empedradas, casas tradicionales y el sonido de la naturaleza como telón de fondo, es fácil entender por qué este destino se ha convertido en uno de los favoritos para los amantes del turismo rural.

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